Nueva York. El ex senador estadounidense Bob Menéndez fue sentenciado el miércoles a 11 años de prisión por aceptar sobornos en efectivo y lingotes de oro y por actuar como agente de Egipto al vender influencia a empresarios deseosos de explotar su poder político.

El juez de distrito Sidney H. Stein en Manhattan anunció la sentencia después de que Menéndez se dirigiera entre lágrimas al juez y dijera que había perdido todo lo que le importaba, excepto a su esposa.

“Usted fue exitoso, poderoso, estuvo en la cima de nuestro sistema político”, dijo el juez. “En algún momento del camino, y no sé cuándo fue, perdió el rumbo y trabajar por el bien público se convirtió en trabajar por su propio bien”.

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Los fiscales habían solicitado una pena de 15 años de prisión para el demócrata, que fue declarado culpable de múltiples cargos, entre ellos actuar como agente de Egipto al vender su otrora considerable influencia en Washington a cambio de sobornos por valor de cientos de miles de dólares.

Cuando se le dio la oportunidad de hablar antes de ser sentenciado, Menéndez se quebró en varias ocasiones al describir sus logros. “Usted realmente no conoce al hombre al que está a punto de sentenciar”, le dijo Menéndez a Stein mientras permanecía de pie frente a él con las manos en los bolsillos, excepto cuando se secó la cara con un pañuelo de papel.

“Su señoría, estoy lejos de ser un hombre perfecto. He cometido más errores y he tomado malas decisiones de los que me correspondían”, agregó. “He hecho mucho más bien que mal. Le pido, Su señoría, que me juzgue en ese contexto”.

El abogado Adam Fee le dijo a Stein que reconociera a Menéndez el mérito de “toda una vida de extraordinario servicio público y sacrificios personales”.

“A pesar de sus décadas de servicio, ahora es más conocido como Bob el lingote de oro”, dijo Fee.

Los abogados de Menéndez habían dicho antes de la sentencia que su cliente merecía menos de dos años de prisión, citando sus décadas de servicio público y una vida en gran parte bien vivida después de que el hijo de inmigrantes cubanos saliera de la pobreza para convertirse en “el epítome del sueño americano”.

Pero Fee dijo que el equipo de defensa decidió pedir que Menéndez no fuera condenado a más de ocho años después de escuchar a Stein más temprano ese día dar sentencias de prisión sustanciales a dos empresarios de Nueva Jersey condenados por pagar sobornos al senador. Fred Daibes, un desarrollador inmobiliario, recibió siete años y una multa de $1.75 millones. Wael Hana, un empresario, recibió ocho años, una multa de $1.25 millones y se le ordenó que renunciara a $125,000.

Antes del anuncio de su sentencia, Daibes, de 67 años, dijo entre lágrimas a Stein que el veredicto del jurado lo había dejado “al borde del suicidio”, y pidió clemencia para poder cuidar de su hijo autista de 30 años.

Hana le dijo al juez: “Soy un hombre inocente”.

“Nunca soborné al senador Menéndez ni le pedí influencia a su oficina”.

Sin embargo, el juez dijo que el veredicto del jurado fue “muy, muy sustancial”.

Un tercer empresario se declaró culpable y testificó contra Menéndez en un juicio el año pasado.

Menéndez renunció al Senado después de su condena el año pasado, aunque perdió gran parte de su poder en el otoño de 2023 cuando se revelaron los cargos en su contra y se vio obligado a renunciar a su poderoso puesto como presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.

El juicio rastreó los tratos de Menéndez con funcionarios egipcios y su búsqueda para ayudar a tres hombres que lo colmaron de lucrativos regalos encontrados durante una redada en 2022 en la casa de Englewood Cliffs, Nueva Jersey, que compartía con su esposa, Nadine.

Los agentes del FBI que registraron la casa encontraron 480,000 dólares, parte de ellos metidos dentro de botas y en los bolsillos de la ropa colgada en los armarios de la pareja. También se incautaron lingotes de oro con un valor estimado de 150,000 dólares.

Los fiscales dijeron que Menéndez había “puesto su alto cargo a la venta a cambio de este tesoro de sobornos”, incluso sirviendo a los intereses de Egipto mientras trabajaba para proteger un monopolio de certificación de carne que Hana había establecido con el gobierno egipcio.

Entre otras cosas, Menéndez proporcionó a funcionarios egipcios información sobre el personal de la embajada de Estados Unidos en El Cairo y escribió una carta a sus colegas senadores alentándolos a levantar la retención de 300 millones de dólares en ayuda militar a Egipto.

Los fiscales dijeron que, para otros sobornos, Menéndez intentó persuadir a un fiscal federal en Nueva Jersey para que fuera indulgente con Daibes, un promotor inmobiliario políticamente influyente acusado de fraude bancario.

Y en el juicio, otro empresario, José Uribe, testificó que ayudó a Nadine Menéndez a conseguir un Mercedes-Benz convertible después de que el senador intentara presionar a los fiscales estatales para que abandonaran las investigaciones penales de sus asociados.

Menéndez ha insistido en que es inocente de cualquier delito, diciendo repetidamente que sus interacciones con funcionarios egipcios eran normales para el jefe del Comité de Relaciones Exteriores, y que siempre puso los intereses estadounidenses por delante. Negó haber aceptado sobornos y dijo que los lingotes de oro pertenecían a su esposa.

Nadine Menéndez se enfrenta a un juicio en marzo por muchos de los mismos cargos que su marido después de pasar el último año luchando contra el cáncer de mama.

Los abogados de Menéndez, en una presentación previa a la sentencia, dijeron que ya había sufrido mucho.

“No es de sorprender que la condena del senador Menéndez lo haya convertido en el blanco de las burlas a nivel nacional y lo haya despojado de todos los beneficios personales, profesionales y financieros imaginables”, escribieron sus abogados. “Bob tiene ahora 71 años y su reputación, construida durante mucho tiempo, está hecha trizas. Ha sufrido la ruina financiera y profesional”.

En los documentos judiciales, los abogados describieron cómo Menéndez dedicó gran parte de su vida a su país y a su comunidad después de quedar marcado por la temprana pérdida de su padre, quien se suicidó cuando Menéndez tenía 23 años después de no poder pagar sus deudas de juego.

Describieron una historia de 50 años de servicio público en términos heroicos, trazando una carrera en la que Menéndez fue alcalde de Union City, Nueva Jersey, legislador estatal, miembro de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos y luego senador de 2006 a 2024.

Sin embargo, también tuvo la distinción de ser el único senador estadounidense acusado dos veces.

En 2015, fue acusado de vender su influencia a un rico oculista y empresario de Florida que, según los fiscales, lo colmó de vacaciones de lujo y contribuciones de campaña. Pero el jurado en ese caso no pudo llegar a un veredicto unánime. Los fiscales federales desestimaron el caso en lugar de llevarlo a juicio nuevamente.