La red social Bluesky da la bienvenida a los periodistas y destaca un crecimiento lento en los últimos meses, pero con un repunte tras la victoria del presidente electo, Donald Trump, vinculado al dueño de X, Elon Musk, según dijo en una entrevista con EFE su directora de operaciones, Rose Wang.

Ante el éxodo de periodistas que está habiendo desde X a Bluesky, Wang y su equipo abren la puerta y sostienen que esa red “es tu casa, donde eres dueño de tu identidad, tienes una relación directa con tu público, y nosotros no tenemos ningún control sobre eso”.

Aunque asegura que no se recolectan datos sobre los usuarios, Wang describe la comunidad en Bluesky como generalmente angloparlante y con un gran número de periodistas y medios independientes, incluido el medio británico The Guardian, que se mudó a la plataforma tras la victoria de Trump y, en su primera semana, llegó a los 300,000 seguidores.

Sobre si la aplicación se ha convertido en una “cámara de eco” o burbuja, la directiva reflexiona que se trata de una “reacción” a cómo esta se utiliza, pero “cualquiera con cualquier punto de vista o creencia política puede crear un espacio para sí mismo en el que se sienta seguro en su comunidad”.

Un crecimiento lento con repuntes

La directora de operaciones asegura que, en parte, el equipo esperaba el resultado obtenido en la plataforma tras las elecciones de EE.UU. por cómo la han visto crecer a lo largo de estos meses.

Los orígenes de la plataforma pasan por el entonces consejero delegado de Twitter (ahora X), Jack Dorsey, que anunció la iniciativa en 2019, pero la aplicación no estuvo disponible al público hasta febrero de este año.

Tras las elecciones, Bluesky comunicó que ganó más de 700,000 nuevos usuarios (sumando 14.5 millones a nivel mundial), mientras que actualmente cuenta con casi 25 millones, según Bluesky User Count.

Aún así, Wang matiza que el crecimiento de los usuarios ha sido “lento” y pone como ejemplos el millón de usuarios japoneses que ganaron la primera semana después de su lanzamiento, o los usuarios brasileños que sumó entre abril y agosto, tras la prohibición de X en el país.

Wang usa una metáfora: “Normalmente no es por eso por lo que la gente abandona los hogares que construyeron durante muchos años, y sus amigos y relaciones. Es porque su casa ya no es su casa, y fue el último acontecimiento que les impulsó a mudarse”.

La confianza y seguridad como su primera prioridad

Wang subraya la descentralización de la red social y su protocolo abierto y público como factores diferenciales respecto a sus competidores, entre ellos X, donde los usuarios llevan un tiempo descontentos con un ambiente tóxico.

Por este motivo, Bluesky tomó medidas preventivas para hacer frente a los problemas que tienen otras redes sociales, como los ‘bots’ o ‘trolls’.

La plataforma tiene tres objetivos claros: que la gente se divierta, hagan amigos y se sientan seguros.

“Las mejores aplicaciones son las saludables para la gente, los mejores servicios de moderación (son los) que protegen a la gente; esos son los que se estamos utilizando frente al mundo ‘online’ en el que vivimos ahora”, señala.

Ante posibles críticas sobre el poder que tienen los usuarios en la ‘app’, Wang añade que “decir que dar el poder al pueblo es peligroso es decir que la democracia es peligrosa” y que cree en la sabiduría del público.

La personalización también es una parte importante de Bluesky, ya que cuenta con ‘feeds’ que permiten al usuario filtrar sus preferencias, y que la directiva comparó con la libertad que existe para crear contenido.

Similar a la red social Reddit, la aplicación cuenta con servicios de moderación que “protegen a los usuarios” y en los que juega un papel importante la Inteligencia Artificial (IA), que asegura que no se utiliza para entrenar sus propios modelos generativos.