El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, presumió este martes de que su país ha donado más vacunas a otros países que China y Rusia, en medio de una competición geopolítica por hacer llegar dosis a naciones con menos recursos.

En un discurso en la Casa Blanca, Biden afirmó que EE.UU. ha donado más de 110 millones de dosis a 65 países, entre los que figuran algunos latinoamericanos como Argentina, Bolivia, Colombia o Ecuador.

“Según las Naciones Unidas, esto es más que lo que han donado todos los 24 países juntos que donan cualquier vacuna a otros países, incluidos China y Rusia”, aseguró.

Biden afirmó que Estados Unidos está comprometido a proporcionar al mundo un “arsenal de vacunas” en la guerra contra la covid-19, y opinó que las donaciones registradas hasta ahora demuestran que las democracias pueden “dar resultados”, frente a “autocracias” como la de China.

Pese a que Estados Unidos ha acelerado sus donaciones de vacunas en las últimas semanas, las que ha proporcionado son solo un pequeño porcentaje de las solicitadas por el programa COVAX, establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Fundación GAVI.

Ese programa tiene el objetivo de distribuir este año unos 2.000 millones de dosis, de las que 1.800 millones se entregarán a países de ingresos medios y bajos, suficientes para inmunizar al menos a los grupos de riesgo en todo el mundo (trabajadores sanitarios, tercera edad y enfermos crónicos).

La aceleración de las donaciones de vacunas de Estados Unidos coincide con una ralentización del ritmo de vacunación en el propio país norteamericano, donde hay millones de dosis que posiblemente expirarán antes de que acabe el verano sin ser utilizadas, según varias informaciones de prensa.

Ya en junio, Biden se comprometió a entregar al menos 80 millones de vacunas a otras naciones, y la mayoría de las dosis que ha compartido hasta ahora se han enviado a través del mecanismo COVAX.

Según la Casa Blanca, los países latinoamericanos que más dosis han recibido hasta el momento por parte de EE.UU. son Colombia (6 millones), Guatemala (4,5 millones), México (4,04 millones), Argentina (3,5 millones) Honduras (3 millones) y El Salvador (3 millones).

Las vacunas compartidas están aprobadas para uso interno en EE.UU. -las de Moderna, Pfizer y Johnson & Johnson-, y se suman a otras 60 millones de dosis que Washington ya donó en mayo de la de AstraZeneca, que aún no ha recibido el visto bueno de los reguladores estadounidenses.

La Casa Blanca anunció además este martes que, a finales de este mes, el Gobierno comenzará a mandar las 500 millones de dosis de la vacuna de Pfizer que se había comprometido a donar a 100 países de ingresos bajos a lo largo de dos años.

Pese al aumento de las donaciones, la OMS ha advertido de que, al ritmo actual de vacunación a nivel global, parece improbable que se cumpla el objetivo de que al menos 10 % de la población de cada país esté completamente vacunada para finales de septiembre y 40 % para fin de año.