Washington. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, presentó este jueves un proyecto de presupuesto en el que solicita al Congreso la aprobación de $6,000 millones para Ucrania y para fortalecer la alianza de Washington con la Organización del Tratado Atlántico del Norte (OTAN) y sus aliados en Europa.

De estos $6,000 millones, al menos $1,700 millones se destinarán a “ayudar a Ucrania a ganar la guerra”, a “sentar las bases para la paz” y a “apoyar a otros socios afectados por la guerra”, detalló el Departamento de Estado.

Estas partidas forman parte del plan presupuestario para el año fiscal 2024 (del 1 octubre de 2023 al 30 de septiembre de 2024) que hizo público la Casa Blanca y que suele ser el inicio de las negociaciones del presidente con el Congreso, el órgano con autoridad para aprobar el presupuesto.

Aparte de Ucrania, el presupuesto incluye varias partidas destinadas a contener a China y reforzar las alianzas de Estados Unidos en el Indopacífico.

En concreto, incluye $2,300 millones para que el Departamento de Estado y la Agencia para el Desarrollo Internacional (Usaid, en inglés) refuercen las alianzas de Estados Unidos en Asia y garanticen un Indopacífico “abierto” y “seguro”, es decir, en el que la influencia de China esté contenida.

También pide $400 millones discrecionales para la diplomacia estadounidense a fin de “contrarrestar los comportamientos problemáticos de China a nivel mundial”.

Además, el Gobierno solicita $6,000 millones para hacer inversiones en desarrollo económico e infraestructuras en varias naciones asiáticas.

Por otro lado, la parte del presupuesto destinada a Defensa contiene una petición al Congreso de $9,100 millones en “inversiones clave”, cuya naturaleza no se especifica, pero cuyo objetivo es demostrar el compromiso de Estados Unidos con sus aliados en Asia.

Las secciones del presupuesto dedicadas a defensa y política exterior también incluyen fondos para aumentar el número de refugiados afganos a los que se les da asilo en Estados Unidos y otras partidas para defender la democracia y luchar contra ciberataques.

En el texto, Biden solicita al Congreso que aumente en un 3.2% los fondos destinados al Departamento de Defensa, que tendría un presupuesto total de $842,000 millones.

También pide un incremento del 11% con respecto al año pasado para el Departamento de Estado y otros programas de cooperación, que contarían con $70,500 millones si el Congreso acepta las peticiones del presidente.

De aprobarse el presupuesto, el Departamento de Estado contaría con $3,200 millones para combatir la corrupción en otros países, así como 3.000 millones para promover la igualdad de género en el mundo.

El presupuesto presentado hoy es solo un punto de partida en las negociaciones entre Biden y el Congreso, por lo que podría sufrir cambios.

Mientras, Biden pidió una partida de $1,430 millones para reducir la inmigración procedente de Latinoamérica.

La mayoría, unos $1,000 millones, estarían destinados a ayudar a Centroamérica y otros $430 millones al resto del continente.

Además, una de las partidas lleva el título de “Construir seguridad y prosperidad en Centroamérica y Haití”.

En ella, el Gobierno de Biden pide que se destinen mil millones de dólares a abordar las “causas de raíz”, entre otras la violencia y la falta de oportunidades económicas, que provocan que millones de centroamericanos migren a Estados Unidos.

Durante su campaña a la Presidencia y cuando llegó a la Casa Blanca en enero de 2021, Biden dejó clara que su intención era trabajar con el Congreso para aprobar $4,000 millones en asistencia a Centroamérica, especialmente Honduras, El Salvador y Guatemala, para acabar con la migración forzada.

Los mil millones que pide ahora Biden son un paso en esa dirección, argumenta el texto del proyecto.

Además, se solicitan $291 millones para Haití, uno de los países del que provienen gran cantidad de los migrantes que llegan a Estados Unidos de manera irregular y al que Washington quiere ayudar a recuperarse de la crisis que vive en materia de seguridad, salud, economía e instituciones democráticas.

El presupuesto incluye otra partida para implementar la llamada “Declaración de Los Ángeles sobre migración y protección” que Estados Unidos y otros 19 países del continente americano suscribieron durante la Cumbre de las Américas del año pasado.

En concreto, Biden pidió al Congreso $430 millones para ayudar a los países del continente americano a gestionar los flujos migratorios con medidas que aumenten las oportunidades para migrar legalmente, mientras que al mismo tiempo se trata de contener la migración irregular.

Además, el presupuesto contiene una petición de $40 millones para programas de ayuda a migrantes en Latinoamérica y $75 millones para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), del que Washington ya es el máximo accionista.

Otra de las prioridades de Biden, según muestra el presupuesto, es aumentar las medidas de seguridad en la frontera con México, partida para la que pide una cantidad sustancial de dinero.

Específicamente, el Gobierno pide $25,000 millones para la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense (CBP), encargada de la seguridad en la frontera, y para el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), que gestiona entre otras cosas los centros de detención para migrantes.

También se incluye una solicitud de fondos para contratar a 350 nuevos agentes fronterizos de la CBP, $535 millones para mejorar con nueva tecnología la seguridad en los puntos de entrada en la frontera y 40 millones para la lucha contra las organizaciones criminales transnacionales.

El presupuesto que se presentó hoy debe ser aprobado por el Congreso y podría sufrir cambios.