Biden firma una ley que busca presionar a presidente de Nicaragua con más sanciones
Miembros del Gobierno de Biden, incluido el secretario de Estado, Antony Blinken, han adelantado que EE.UU. seguirá imponiendo sanciones.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Washington. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó este miércoles una ley que busca presionar al presidente nicaragüense, Daniel Ortega, con más sanciones y permite que se revise un tratado de libre comercio con el país centroamericano.
La Casa Blanca anunció en un comunicado que Biden había firmado este miércoles la llamada ley para Reforzar el Cumplimiento de Condiciones para la Reforma Electoral en Nicaragua (Renacer, por sus siglas en inglés) y que hace seis días fue totalmente aprobada en el Congreso de EE.UU. con el apoyo de demócratas y republicanos.
La legislación urge al Gobierno de Biden a examinar la participación de Nicaragua en el Tratado de Libre Comercio con Centroamérica (CAFTA, en inglés) y, además, le pide que aumente sus sanciones contra actores claves del Gobierno de Ortega.
El texto también insta a Biden a expandir la cooperación con Canadá y con la Unión Europea (UE) en la política hacia el país centroamericano.
Asimismo, el proyecto amplía la supervisión de los préstamos de las instituciones financieras internacionales a Nicaragua.
A finales de 2018, el Congreso de EE.UU. ya aprobó un proyecto de ley conocido como Nica Act, que ordena a funcionarios estadounidenses de las instituciones multilaterales de crédito usar su influencia para detener la financiación a los organismos estatales nicaragüenses.
Este tipo de sanciones de EE.UU. han dificultado que Nicaragua, uno de los países más pobres de América Latina, salga de la depresión económica que atraviesa desde las protestas de 2018, que perjudicaron las inversiones nacionales y extranjeras y provocaron el colapso del turismo.
La legislación fue presentada en marzo de 2021 por legisladores de los dos partidos, liderados por el presidente del comité de Relaciones Exteriores del Senado, el demócrata Bob Menéndez, y por el senador republicano, Marco Rubio.
Ortega se impuso el domingo en unas elecciones en las que no participaron sus rivales políticos porque, en los meses anteriores, las autoridades disolvieron tres partidos políticos y arrestaron a más de una treintena de dirigentes opositores, entre ellos siete aspirantes presidenciales, incluida Cristiana Chamorro.
El mandatario, que mañana cumplirá 76 años y que coordinó una Junta de Gobierno de 1979 a 1984 y presidió por primera vez el país entre 1985 y 1990, ha acusado a los líderes opositores de intentar derrocarlo con el apoyo de los Estados Unidos, algo que Washington ha negado tajantemente.
La mayor parte de la comunidad internacional, incluida la Unión Europea (UE) y EE.UU., han criticado el proceso electoral.
Nada más terminar la jornada electoral en Nicaragua el domingo, Biden calificó de “pantomima” los comicios en un comunicado en el que amenazó con usar todas las herramientas diplomáticas y económicas” a su disposición contra Ortega.
Miembros del Gobierno de Biden, incluido el secretario de Estado, Antony Blinken, han adelantado que EE.UU. seguirá imponiendo sanciones.