Washington. Por medio de una serie de órdenes ejecutivas, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dejó en claro el jueves que el combate de la nación contra el COVID-19 se encuentra bajo nueva administración, y que exigirá progreso para reducir los contagios y poner fin al asedio que los estadounidenses han soportado por cerca de un año.

Con las 10 órdenes firmadas por Biden se pretende dar inicio a una estrategia nacional contra el COVID-19 a través de un aumento en la vacunación y en la realización de pruebas diagnósticas, creando las bases para la reapertura de escuelas y negocios.

También, incrementa el uso de mascarillas, incluyendo la obligación de usarla durante los viajes. Una directriz aborda la inequidad en cuanto a atención médica para comunidades minoritarias asoladas por el virus.

“No caímos en este desastre de la noche a la mañana, y tomará meses cambiar la situación”, advirtió Biden. “Pese a las mejores intenciones, vamos a enfrentar reveses”.

Sin embargo, declaró: “A una nación que espera que se tomen medidas, permítanme dejar algo claro: La ayuda va en camino”.

El nuevo presidente ha prometido tomar medidas mucho más agresivas para frenar el virus de las que tomó su predecesor, iniciando con un estricto apego a las normas de salud pública. Biden enfrenta grandes obstáculos, ya que el virus se está propagando en la mayoría de los estados, la campaña de vacunación es lenta y existe incertidumbre política sobre si los legisladores republicanos estarán dispuestos a aprobar un paquete de rescate económico de 1.9 billones de dólares.

“Debemos pedir al común de los estadounidenses que cumplan con su deber”, dijo Jeff Zients, el funcionario de la Casa Blanca que dirige la respuesta nacional. “Para derrotar el virus se requiere de un esfuerzo nacional coordinado”.

Funcionarios de Biden se quejan de la falta de cooperación del gobierno anterior durante la transición. Dicen que no comprenden plenamente qué medidas se tomaron para la distribución de vacunas. Y los estados se quejan de la falta de vacunas en momentos en que se les pide que extiendan la campaña de inmunización a nuevos sectores de la población.

Biden lo reconoció en su discurso de investidura.

“Estamos entrando en lo que bien pudiera ser el período más difícil y mortífero del virus”, dijo antes de pedir un minuto de silencio en memoria de los más de 400,000 muertos de COVID-19 en Estados Unidos.

El principal asesor médico de Biden sobre la pandemia, el doctor Anthony Fauci, anunció además que Estados Unidos renovará su apoyo a la Organización Mundial de la Salud —blanco de fuertes críticas del gobierno anterior— con nuevos compromisos para enfrentar el coronavirus y otros problemas globales de salud.

Fauci dijo el jueves por la mañana que Estados Unidos se sumará a las iniciativas de la OMS para llevar vacunas, terapias y diagnósticos a la gente necesitada, en países ricos o pobres, y retomará su nivel anterior de aporte de fondos y personal a la OMS.

La orden de Biden de utilizar mascarilla se aplicará a aeropuertos y aviones, barcos, autobuses de larga distancia, trenes y el transporte público. Los viajeros del exterior deberán presentar una prueba negativa de COVID-19 antes de partir hacia Estados Unidos y observar cuarentena al arribar. El uso de la mascarilla en toda propiedad federal ya era obligatorio.

Si bien las aerolíneas, el sistema de trenes y otros proveedores de transporte exigen que los pasajeros utilicen mascarillas, la orden ejecutiva de Biden lo convierte en un mandato federal, lo que deja poco margen a los pasajeros tentados a discutir sobre sus derechos. Marca un claro rompimiento con la cultura del gobierno de Donald Trump, bajo la cual el uso de mascarillas era opcional, y el propio Trump lo dejó en claro al no usar mascarilla y ser anfitrión de reuniones con partidarios que compartían sus posturas. La ciencia muestra que las mascarillas, cuando son usadas correctamente, reducen la transmisión del coronavirus.

Biden también pretende ampliar la disponibilidad de pruebas y vacunas, con la meta de 100 millones de inyecciones en los primeros 100 días de su mandato.