El candidato presidencial demócrata, Joe Biden, acusó este domingo a su rival en las elecciones de noviembre en Estados Unidos, el presidente Donald Trump, de usar al Tribunal Supremo para “eliminar” la ley sanitaria que aprobó su antecesor, Barack Obama (2009-2017), conocida como “Obamacare”.

“No hay ningún misterio en lo que está pasando aquí, el presidente de Estados Unidos, está tratando de eliminar la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, lo ha intentado durante los últimos cuatro años. El Partido Republicano ha intentado eliminarla durante una década”, dijo Biden en una declaración a la prensa desde Wilmington (Delware).

El sábado, Trump anunció la designación de la jueza conservadora Amy Coney Barrett para cubrir la vacante que dejó en el Tribunal Supremo la magistrada progresista Ruth Bader Ginsburg, fallecida el 18 de septiembre.

Barrett, católica y de 48 años, fue nominada en 2017 por Trump para la Corte de Apelaciones del Séptimo Circuito, con sede en Chicago y donde ejerce actualmente.

En 2017, Barrett publicó un ensayo en el que ofrecía su visión sobre la reforma sanitaria de Obama y criticaba la decisión de salvar la ley que tomó en 2012 el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, nominado por el presidente republicano George W. Bush (2001-2009).

La reforma sanitaria de Obama, aprobada en 2010, ha sido rechazada por la mayoría de los miembros del Partido Republicano, que han intentado anularla por la vía judicial ante el Tribunal Supremo y también en el Congreso, donde todos los intentos han fracasado hasta ahora.

Desde que llegó a la Casa Blanca en 2017, Trump ha hecho todo lo posible para anular “Obamacare” y, aunque no lo ha conseguido, sí que ha logrado debilitar esa ley.

Durante el próximo curso judicial, que empieza en octubre, el Tribunal Supremo tiene previsto evaluar una denuncia que han interpuesto contra la reforma sanitaria de Obama una coalición de fiscales generales estatales del Partido Republicano con el apoyo del Gobierno de Trump.

Normalmente, el Tribunal Supremo de EE.UU. está compuesto por nueve jueces con puestos vitalicios y que tienen el poder de cambiar las leyes del país.

Sin embargo, la muerte de Ginsburg ha dejado a la corte con tres jueces progresistas y cinco conservadores.

Los magistrados son nombrados por el presidente y, luego, deben ser confirmados por el Senado, donde los republicanos actualmente tienen mayoría.

Si los republicanos del Senado logran confirmar a Barrett antes de los comicios del 3 de noviembre, se habría batido un récord: nunca antes un juez para el Tribunal Supremo ha sido confirmado tan cerca de las elecciones presidenciales.