Tenía una personalidad problemática, pero no era una persona que, del saque, aparentara ser agresivo. Sí solía hablar mucho de las mujeres, pero no de una manera elegante: de hecho, era grosero, despectivo y sus comentarios se convirtieron en un serio problema para los miembros de una banda de jazz donde Ariel Castro, el principal sospechoso del secuestro de las tres mujeres de Cleveland, tocaba el bajo como suplente.

Este es el retrato que presentó el profesor de ética Ángel Pagán, de la Universidad Interamericana, del sujeto cuyos crímenes se comenzaron a conocer desde el lunes y con bastante más detalles ayer.

Relacionadas

El educador, quien tocó las congas y cantaba para la misma banda mientras realizaba sus estudios universitarios en Cleveland, aseguró que ayer, martes, se quedó “frío” al conocer la identidad del detenido. Como cualquier otra persona en su situación, no lo pudo creer, pero después pensó en por qué siempre intentó mantenerse alejado del sujeto. De hecho, recuerda que una vez por poco pelea con él en la tarima durante una de las presentaciones.

La banda, Roberto Ocasio’s Latin Jazz Project, era un grupo respetado en los círculos del jazz en Ohio, ya que traía un sabor caribeño a una comunidad heterogénea compuesta por muchos boricuas. Se cree que Castro pudo haber tocado de manera intermitente por unos tres años.

Pero fue el mismo líder de la banda, Roberto Ocasio, quien botó a Castro del grupo luego de varios encontronazos. Algunos tenían que ver con la manera que el individuo se refería a las mujeres.

“Había problemas constantes con él. Siempre había issues. Casi tuve una pelea en una ocasión en la misma tarima. Tenía una actitud desafiante. En actividades hablaba mal de las mujeres, era bastante incómodo...”, sostuvo Pagán, quien envió a Primera Hora una foto de la banda cuando tocaron en una librería durante la presentación del ex pelotero venezolano de los Indios de Cleveland Omar Vizquel.

La banda se disolvió cuando Ocasio, el pianista del grupo, murió en un accidente de tránsito.

Castro había visitado a Pagán para ofrecer sus condolencias, pero la mujer del profesor le dijo a su marido que bajo ninguna circunstancia quería que el bajista volviera a pisar su hogar. Ella había acompañado a su marido a varias presentaciones del grupo, compuesto por una decena de músicos.

“Uno tenía un feeling. Era una mirada sádica; como mujer, sentía eso”, aseguró Isbelia Ramírez.

La policía no dio detalles de inmediato sobre el hallazgo de las mujeres pero dijo que parecía que estaban en buen estado de salud.