ROCHESTER, Nueva Hampshire — James Foley fue un periodista capaz y compasivo que procuraba ver lo bueno de la gente, dijeron sus amigos en un homenaje al hombre de Nueva Hampshire asesinado por extremistas del grupo Estado Islámico.

Centenares de personas colmaron el sábado la iglesia de Nuestra Señora del Rosario durante una misa para conmemorar lo que habría sido el 41er cumpleaños de Foley. Después, amigos y parientes rindieron un conmovedor homenaje al periodista.

"Parece que Jim tenía dos aspectos categóricos en su vida, su fe y su familia, que fueron cimientos increíbles para él", dijo su viejo amigo Jeremy Osgood. "Eso le daba gran fuerza y valor cuando lo necesitaba".

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Osgood y Foley se hicieron amigos mientras crecían en Wolfeboro, en la región rural de los lagos en Nueva Hampshire. Foley era un estudiante reflexivo, un "chico sonriente de ojos grandes" y un buen deportista que sobresalía en el fútbol, declaró Osgood.

Era también un estudioso de la naturaleza humana que tenía un don para entender a las personas y podía mezclarse con cualquier grupo o situación.

"Lo maravilloso de Jim es que aprovechaba su capacidad para construir a las personas, no para destruirlas", declaró Osgood. "Sin importar si uno lo conocía desde hacía 30 años o 30 minutos lo consideraba su amigo".

Foley fue secuestrado en Siria el Día de Acción de Gracias de 2012 y no se supo nada de él hasta que en agosto fue colocado en internet un video en que es asesinado por extremistas.

Integrantes del grupo Estado Islámico dijeron que mataron a Foley y a otros extranjeros en represalia por la intervención de Estados Unidos en el conflicto en Irak y Siria.

Desde la muerte del periodista, su familia creó el Fondo del Legado de James W. Foley para apoyar a reporteros en zonas de conflicto y a familias de rehenes estadounidenses, así como para promover un diálogo global sobre la manera en que los gobiernos pueden afrontar crisis de rehenes.

Otro amigo, Thomas Durkin, dijo al auditorio que Foley "siempre quería aprender más, saber más, entender más".

Durkin, que conocía a Foley desde 1982, recordó el viaje que ambos hicieron a Puerto Peñasco, en México. Después de conducir hasta ese destino turístico, dijo que durante el día ambos visitaban la "zona turística" de la localidad.

"Ibamos a nadar a las piscinas y a estar allí durante el día", declaró. En la noche, regresaban a la parte pobre de la localidad para dormir en un motel barato y "volver a donde pertenecíamos".

"Era algo que yo nunca hice por mí mismo, pero con Jim se sentía natural", señaló.