Además de legisladores, estadounidenses decidirán sobre salarios, religión y marihuana
Cinco estados consultarán a sus ciudadanos sobre la regulación de la marihuana.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 años.
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Lejos de los focos de los grandes candidatos, en las próximas elecciones legislativas los estadounidenses están llamados a pronunciarse también sobre asuntos en apariencia mundanos pero que quizás afecten aún más a su día a día, como los impuestos, la religión o el uso de la marihuana.
Son las llamadas propuestas o enmiendas legislativas y representan, en realidad, la esencia más pura del sistema democrático.
Muchas de las papeletas que servirán para renovar la Cámara de Representantes y un tercio del Senado, incluyen además una serie de preguntas que acabarán determinando el futuro de cada estado.
En un país en el que la legalización del consumo de la marihuana va en aumento no resulta sorprendente que uno de los temas estrella el próximo 6 de noviembre vaya a ser el uso del cannabis, ya que hasta cinco estados consultarán a sus ciudadanos sobre su regulación.
Mientras que Colorado, uno de los más progresistas del país y que legalizó el consumo recreativo de la marihuana hace tiempo, se limitará a preguntar sobre la definición legal de su producción industrial; otras regiones más tradicionales, como Utah o Misuri, plantearán a su electorado la aceptación de su uso medicinal.
El pago de determinados impuestos es otro asunto que ocupará un espacio significativo en las papeletas electorales este año.
Algunas consultas son más específicas, como la posibilidad de eximir de carga impositiva los productos de higiene femenina, una propuesta que se hace en Nevada; y otras, como la realizada en Arizona, afectan la idiosincrasia de un pueblo tan individualista como el estadounidense: ¿se debe prohibir al Gobierno federal subir los impuestos a los servicios?
El estado de Nuevo Hampshire también sopesa plantar cara a Washington con una norma que permita a sus conciudadanos "vivir libres de la interferencia del Gobierno" en asuntos que afecten su información "personal o privada".
En el ámbito laboral, a los arkansianos se les consultará si el salario mínimo debe subir hasta los once dólares/la hora de aquí a 2022, mientras que los californianos deberán decidir si el personal de una ambulancia debe permanecer de guardia durante sus descansos pagados.
En Luisiana, una de las principales preocupaciones, a juzgar por sus propuestas legislativas, es la situación de los criminales convictos. Por un lado, se consultará si debe exigirse un veredicto unánime en procesos judiciales con jurados y, por el otro, se planteará que los condenados no puedan optar a cargos públicos durante cinco años.
En Idaho se preguntan si se deben autorizar apuestas de caballos en "algunos lugares específicos" distintos a los hipódromos, mientras que las autoridades de Arkansas quieren saber si la población da su visto bueno a que se abran cuatro nuevos casinos.
Pero sin duda es en Alabama, todo un símbolo del sur más profundo del país, donde los votantes deberán enfrentarse a dos de las cuestiones más controvertidas que se deberán dilucidar en estos comicios: ¿Debe apoyarse "la santidad de la vida nonata" y, por lo tanto no financiar el aborto? Y, más llamativa aún, ¿deben exhibirse los Diez Mandamientos en los edificios públicos?
En definitiva, un sinfín de pequeñas preguntas que, no obstante, servirán para escribir la intrahistoria de un país tan democrático como diverso.