El acusado de cuatro asesinatos en serie que aterrorizaron a los vecinos de un barrio de la ciudad floridana de Tampa en 2017 se declaró este lunes culpable para evitar ser condenado a muerte, informaron fuentes judiciales.

Howell Donaldson III se declaró culpable de cuatro cargos de asesinato en primer grado en un acuerdo con los fiscales, lo que conlleva ser condenado a cuatro cadenas perpetuas, según dijo a medios de Tampa el portavoz de la corte, Mike Moore.

El juicio con jurado, que ya no tendrá lugar, estaba fijado para el próximo agosto, después de muchos retrasos.

El llamado “asesino serial de Seminole Heights” acabó a tiros con las vidas de Benjamin Mitchell, Monica Hoffa, Anthony Naiboa y Ronald Felton.

El primer asesinado fue Mitchell, de 22 años, quien fue hallado muerto en una parada de autobús en el barrio Seminole Heights el 9 de octubre de 2017.

Cuatro días después en la misma zona se localizó el cuerpo sin vida de Monica Hoffa, de 32 años.

El tercero fue Naiboa, de 20 años, un joven autista que ese día se había equivocado de autobús y fue a parar a Seminole Heights, quien fue asesinado el 20 de octubre, y por último, Ronald Felton, de 60 años, murió de un disparo cuando cruzaba una calle del mismo vecindario.

Tras el segundo asesinato la policía determinó que había un mismo patrón y que probablemente el autor de los dos era la misma persona.

El pánico cundió en la zona y la policía redobló sus esfuerzos para dar con el asesino, del que por testigos se sabía que era un joven afroamericano de 1.85 metros de altura, y la recompensa fue aumentando progresivamente hasta llegar a 110,000 dólares.

Finalmente, a finales de noviembre, la empleada de un restaurante McDonald’s en Ybor City, en las afueras de Tampa, dio a la policía una pista segura para capturar al presunto autor de los cuatro asesinatos.

La empleada entregó a la policía una pistola propiedad de Howell Emanuel Donaldson III, otro trabajador del mismo restaurante, quien fue detenido tras una persecución el día 28 de noviembre.

Los casquillos de bala hallados junto a las víctimas coincidieron con la munición del arma entregada por la compañera de trabajo de Donaldson, pero, además, por el teléfono celular del detenido se pudo determinar que anduvo cerca de los sitios donde se produjeron los asesinatos y a las horas precisas.

También, según el acta de detención, se hallaron en el automóvil de Donaldson ropas como las descritas por un testigo de uno de los asesinatos y como las que llevaba un sospechoso captado por las cámaras de seguridad en la escena de otro de los crímenes.

En 2018 el juez Mark Wolfe declaró apto para un juicio a Howell Donaldson III.

Los abogados de oficio del joven habían pedido el pasado abril al juez Wolfe que Donaldson fuera sometido a exámenes psicológicos porque consideraban que podía estar incapacitado para participar e un juicio debido a una enfermedad mental.