Kissimmee. Para la puertorriqueña Shakira Reyes, de 19 años, la tragedia vivida en la ciudad de Orlando debe de servir para unir más a la comunidad latina. 

Por eso era la tercera en fila para donar sangre para los sobre 50 heridos que sobrevivieron a la masacre en la discoteca Pulse la madrugada del domingo. 

A su lado estaba Kristian Wiscovitch, de 21 años y original de Cupey, quien también esperaba por donar un poco de vida en una guagua de la Cruz Roja que la entidad estacionó en el centro comercial The Loop.

"Estaba un poco asustado porque es bien cerca de casa. He vivido aquí 16 años y pensaba que este sitio era muy seguro y cuando escuché eso me asusté mucho”, agregó el joven. 

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Sara Saldaña, de 66 años, y Ángel R. Rosario, de 73, no dudaron un segundo en brindar su ayuda a los sobrevivientes de la peor masacre registrada en Estados Unidos.

"El tipo de sangre mío es 0 positivo y como en la televisión dijeron que necesitaban esa sangre, pues vine", explicó Saldaña, quien es de Nueva York. 

"He oído tantas cosas que han pasado acá, pero como esta ninguna. Todos somos humanos y tenemos que sentir lo mismo como hermanos", señaló Rosario. Igualmente, hizo un llamado a los padres para que  eduquen mejor a sus hijos, que les enseñen tolerancia y que hablando se pueden resolver las cosas.

La donación de sangre en Orlando se da en medio de un debate de quiénes pueden hacerlo. Hasta diciembre de 2015, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) prohibía que los homosexuales pudieran dar sangre, sin embargo, esa medida se flexibilizó.

Lee más sobre la masacre en la discoteca de Orlando.