Austin, Texas. El Honda Civic blanco avanzaba a toda velocidad por la carretera 57, una vía rural de dos carriles que llega hasta la frontera con México, después de que un policía de Texas intentara detener el automóvil y lo persiguiera luego de que no se detuvo.

Las persecuciones a alta velocidad de migrantes y presuntos traficantes se han convertido en algo de rutina en Texas. Pero la persecución del miércoles tuvo uno de los finales más letales de los últimos años: un choque frontal en el que murieron ocho personas, entre ellas ciudadanos hondureños y dos residentes de Georgia.

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Los restos retorcidos del accidente ocurrido cerca de La Pryor, una pequeña ciudad a unos 160 kilómetros (100 millas) al oeste de San Antonio, evidenciaron el peligro de las persecuciones a alta velocidad emprendidas por fuerzas del orden en la frontera, cuya presencia es cada vez mayor. Por sí solo, Texas ha destinado cientos de agentes adicionales en los dos últimos años con el fin de frenar el flujo de migrantes y drogas.

El choque también reactivó las críticas de que las persecuciones son demasiado rápidas y que se han seguido dando durante mucho tiempo a pesar de que han acabado con heridos o muertos. En enero, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza publicó una nueva política para la persecución de vehículos con el fin de aumentar la seguridad.

Para algunos, los cambios no se han difundido lo suficiente.

Esta imagen, proporcionada por el Departamento de Seguridad Pública de Texas, muestra un vehículo destrozado luego de un choque, el miércoles 8 de noviembre de 2023, cerca de Batesville, Texas.
Esta imagen, proporcionada por el Departamento de Seguridad Pública de Texas, muestra un vehículo destrozado luego de un choque, el miércoles 8 de noviembre de 2023, cerca de Batesville, Texas. (The Associated Press)

“Pueden mitigar el meterse en estos problemas y estas persecuciones a alta velocidad que acaban en muertes”, dijo David Stout, comisionado del condado El Paso.

Según Stout, tan sólo en su condado fronterizo los agentes policiales de Texas han participado este año en unas 500 persecuciones a alta velocidad, más de la mitad de las cuales superaron los 160 kilómetros (100 millas) por hora.

Las autoridades aún no habían dado a conocer las identidades de las víctimas el jueves, entre ellas la del conductor de 21 años del Civic y la de los cinco pasajeros del vehículo. El Civic colisionó con una Chevrolet Equinox, que se incendió con un hombre y una mujer en su interior. Ambos fallecieron.

No está claro cuales fueron las velocidades máximas que los vehículos alcanzaron durante la persecución, que comenzó cuando un policía del condado Zavala intentó detener el Civic hacia el amanecer. La comisaría no hizo comentarios el jueves más allá de proporcionar un breve informe.

El choque está siendo investigado por el Departamento de Seguridad Pública de Texas, que supervisa la extensa misión fronteriza del gobernador republicano Greg Abbott, conocida como Operación Estrella Solitaria. El departamento no proporcionó de inmediato cifras sobre persecuciones a alta velocidad. Pero el director Steve McCraw no negó que sus propios agentes han estado involucrados en miles de persecuciones en los últimos dos años.

Una persecución puede ser cancelada, dijo McCraw, si “se convierte en un riesgo irrazonable para el público o para ti mismo”. Dijo que los agentes también retrocederán si llegan aeronaves de la policía para vigilar al vehículo que huye.

“El problema es que cuando hemos hecho eso, (los que huyen) siguen conduciendo rápido”, dijo McCraw en una entrevista el jueves. “Así que, una vez iniciada la persecución, no es que reduzcan la velocidad”.

El año pasado, la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) y otro grupo defensor de los derechos civiles enviaron una queja al Departamento de Justicia federal por las persecuciones a alta velocidad a lo largo de la frontera de Texas. Citando informes de prensa, los grupos dijeron que habían contabilizado 30 personas muertas y 71 heridas en persecuciones en las que participaron policías estatales durante los primeros 16 meses de la misión fronteriza de Abbott.

Pedro Rios, un director del organismo activista American Friends Service Committee, ha estudiado las políticas de los agentes federales involucrados en persecuciones vehiculares y cree que deberían prohibirse por completo.

“Lo que hemos pedido es que terminen las persecuciones vehiculares porque pueden poner en riesgo la seguridad no sólo de los migrantes, sino también de los oficiales o de los agentes y de otros transeúntes, como en este caso”, dijo.

El choque en Texas tuvo la mayor cifra de víctimas mortales en un accidente que haya involucrado a migrantes desde que 13 personas murieron en una colisión en la remota Holtville, California, en marzo de 2021. Otra persecución de la policía local el año pasado cerca de la frontera de Texas también terminó con la muerte de cuatro migrantes.

McCraw dijo que nunca ha despedido a un policía por sus acciones durante una persecución.

“Estoy seguro de que hemos recibido algún entrenamiento o asesoría”, dijo. “Es algo que ocurre por naturaleza, porque hay una diferencia muy pequeña con respecto a si la velocidad a la que se conduce (es segura o no). Y a veces puede que no sea un riesgo para el público como lo es para el policía que conduce a 245 kilómetros (153 millas) por hora por la carretera”.

En El Paso, Stout dijo que las persecuciones a alta velocidad este año han provocado más de 60 accidentes. Recordó una persecución que terminó con un coche estrellándose en un puente. Cuando dos migrantes que iban en el coche salieron, cayeron al vacío y murieron.

“Eso es algo que realmente me viene a la cabeza cuando pienso en estas cosas”, dijo.