Accidente en California deja espantosas escenas
Gerardo y su novia Lluvia, en busca de un respiro, pagaron $40 por un paseo de un día a las montañas nevadas en California y terminaron accidentados.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 11 años.
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Yucaipa.- Gerardo Barrientos y su novia Lluvia Ramírez querían pasar una semana lejos del sufrimiento que ven a diario en un hospital público de Tijuana, México. En busca de un respiro, pagaron $40 cada uno por un paseo de un día a las montañas nevadas del sur de California.
Pero cuando el autobús de turismo en que viajaban perdió el control y se estrelló contra un coche y una camioneta mientras bajaba una montaña desde el poblado turístico de esquiar Big Bear, presenciaron cosas más espantosas que cualquiera otra de las que ven en su trabajo.
"Vi muchos muertos. Son imágenes muy horribles que tengo en la cabeza, cosas en que no quiero pensar", dijo el lunes Barrientos, que trabaja en la farmacia del hospital.
Las autoridades informaron que siete personas fallecieron y tres decenas más resultaron heridas en el accidente del domingo.
"Yo estaba abrumado", dijo Ramírez. "Soy residente de cirugía y por lo general sé cómo reaccionar, pero estaba en un shock tal que no sabía qué hacer. Me limité a quedarme con mi amiga".
Un día después del accidente, esperaban fuera de la sala de emergencias del Centro Médico de la Universidad de Loma Linda a tener noticias de otro amigo, un residente médico que sufrió una fractura de la cervical.
Barrientos, que estaba ileso, entró en acción después del accidente, moviendo a sus amigos a un lugar seguro. Trató de ayudar al conductor, cuya mano estaba atrapada entre varias rocas.
Ramírez, que tenía una oreja ensangrentada, hematomas y un arañazo en el cuello, sufrió una fractura ligera en una vértebra.
La severidad de las lesiones dificultó a las autoridades determinar cuántas personas habían fallecido. Inicialmente dijeron ocho, pero después redujeron la cifra a siete el lunes tras determinar que no había más cadáveres entre los restos del autobús.
Los fallecidos son Víctor Cabrera García, de 13 años; Elvira García Jiménez, de 40 años, y Guadalupe Olivas, de 61 años, todos de San Diego; y Aleida Adriana Arce Hernández, de 38 años; Rubicelia Escobedo Flores, de 34 años, y Mario García Santoyo, de 32 años, todos de Tijuana, informó Tony Campisi, supervisor de la Oficina del Médico Forense del Condado San Bernardino. Hay una mujer que no ha sido identificada.
Poco antes del accidente, el conductor gritó a los pasajeros que los frenos no funcionaban y les pidió que llamaran al 911.
Mientras varios pasajeros trataban angustiosamente de llamar por sus teléfonos celulares, un grupo de jóvenes pegaba alaridos y oraba en voz alta. Otros pasajeros lloraban y se protegían la cabeza mientras el autobús se desplazaba sin control cuesta abajo.
El autobús embistió por detrás a un automóvil Saturn, dio un giro, volcó y se deslizó sobre un costado. Una camioneta Ford que venía en dirección contraria embistió el autobús, lo enderezó e hizo que algunos pasajeros salieran despedidos por las ventanillas destrozadas antes que el vehículo se detuviera.
El accidente llenó la carretera estatal 38, una vía de dos carriles en el Bosque Nacional de San Bernardino, unos 130 kilómetros (80 millas) al este de Los Angeles, con restos de cadáveres, ropa de invierno y restos de vehículos. El autobús quedó atravesado en los dos carrilles con las ventanillas destrozadas, el frente aplastado y parte del techo desprendido como una lata de sardinas.
Investigadores federales en el lugar dijeron que el martes comenzarían una investigación a fondo del vehículo y las circunstancias del accidente, para determinar si la causa fue un fallo mecánico o error del conductor.
Documentos oficiales muestran que el autobús, operado por Scapadas Magicas LLC de National City, California, tuvo 22 infracciones de seguridad en las inspecciones anuales durante el año que terminó en octubre, incluidos problemas de frenos, parabrisas y neumáticos.