La organización defensora de los derechos de la comunidad LGTBQ+ Human Rights Campaign (HRC) lamentó este viernes que EE.UU. siga siendo incapaz de evitar masacres como la perpetrada en la discoteca Pulse de Orlando (Florida), de la que se cumplen seis años el 12 de junio.

“HRC rinde tributo a las 49 personas -la mayoría jóvenes, LGBTQ+ y Latinx (latinos)- asesinadas en el ataque al club nocturno Pulse”, dijo la organización en un comunicado.

“Nunca olvidaremos las vidas perdidas en Pulse: amados amigos, hermanos, parejas y padres que estaban bailando en comunidad y celebrando solo para caer en un acto de terrible violencia contra los LGBTQ+”, dijo la presidenta interina de HRC, Joni Madison.

“La violencia armada sigue siendo un problema LGBTQ+”, agregó.

Madison lamentó que en los seis años transcurridos desde el tiroteo en Pulse no se haya podido avanzar en “una legislación federal significativa sobre la reforma de las armas”.

El programa de conmemoración del sexto aniversario del tiroteo desatado en Pulse durante una fiesta latina por el guardia de seguridad de origen afgano Omar Mateen, quien murió por disparos de la policía, se inició hace semanas, pero tendrá su epicentro este domingo en el lugar donde estuvo la discoteca.

Según la principal organización de derechos civiles de lesbianas, gays, bisexuales, transgénero y queer (LGBTQ+), este nuevo aniversario llega cuando Estados Unidos “continúa lidiando con el flagelo de la violencia armada, con tiroteos recientes en Buffalo, Uvalde y Laguna Woods, entre otros lugares, agregó.

HRC destacó que 32 personas, la mayoría de ellas de color, murieron en esos eventos.

Estados Unidos tiene más tiroteos masivos que cualquier otro país del mundo y casi 53 personas mueren por un arma de fuego cada día, pero los políticos “están más preocupados por censurar nuestras identidades y centrarse en los niños trans y no binarios que en proteger a nuestras comunidades de la violencia fatal”, agregó.

Madisón denunció la existencia de “una ola creciente de violencia de odio contra nuestras comunidades, ataques alimentados por el racismo, el sexismo, la transfobia, la homofobia, la xenofobia, la islamofobia y el antisemitismo”.

El comunicado termina con un llamado a unirse para pedir el fin de la supremacía blanca y una “transformación de nuestros sistemas e instituciones en sistemas que promuevan la justicia, la equidad y la igualdad”.