Restaurantes reclaman el fin de las restricciones por la pandemia del COVID-19
Presidente de ASORE reclama que es hora de regresar a la normalidad.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
PUBLICIDAD
Agobiados por los altos costos de operaciones, la falta de mano de obra y las restricciones que a lo largo de los pasados dos años se les ha impuesto contra el COVID-19, el presidente de la Asociación de Restaurantes (ASORE), Mateo Cidre, abogó por que el gobernador Pedro Pierluisi le ponga fin a las restricciones que se le impone a esta industria.
“Esperamos que se llegue al 100% de aforo sin limitación, que no sea obligatorio que para comer tengas de que estar vacunado y que la mascarilla sea opcional, sea una recomendación”, manifestó en entrevista con Primera Hora.
Fue más lejos, al estipular que ya es hora de acabar con la pandemia.
“Se debe estar mirando a declarar esto una endemia, que ya no estamos en la crisis que estábamos antes y poco a poco empecemos a tomar la normalidad”, indicó, al tiempo en que recordó que la tasa de positividad es menor de 5% y las hospitalizaciones por COVID-19 van por 88.
“El país ha puesto de su parte… El trabajo ya se hizo para decir hoy que Puerto Rico está listo para retomar la normalidad. Esperamos que se acabe las órdenes ejecutivas, que el ciudadano entienda que cada uno tiene que ser responsable de cada uno”, añadió.
Cidre, quien es propietario de Sobao by Los Cidrines e hijo del secretario de Desarrollo Económico, Manuel Cidre, estipuló que la apertura no tiene que ser inmediata. No obstante, indicó que el mercado de los restaurantes está demasiado agobiado por los altos precios de operación y la falta de empleados como para continuar bajo parámetros de restricciones. Sobre todo, cuando la mayoría de los países del mundo y en los Estados Unidos se promulga la normalización.
“Puerto Rico está listo para unirse a todos los países que han dicho se acabó la pandemia. No estoy viendo a todo el mundo quitándose la mascarilla. Es algo gradual y poco a poco”, aseveró.
Añadió que “los resultados que tenemos hoy son alentadores. El puertorriqueño puso de su parte y hay que flexibilizar para poder recuperar lo que perdimos”.
Cidre aceptó que no puede estipular cuántos millones de dólares ha perdido la industria de los restaurantes ni cuántos de los 4,600 negocios que existían antes de iniciar la pandemia han cerrado operaciones desde que el 15 de marzo de 2020 se decretó un cierre para aprender a vivir con el coronavirus. Indicó que la Asociación ha encomendado un estudio sobre este particular, que se daría a conocer próximamente.
No obstante, argumentó que han sido la industria más golpeada. Dijo que un inicio el gobierno solo les dejaba vender a los restaurantes por servicarro o a modo de recogido. Indicó que cada vez que se registraba un repunte, le limitaban el aforo. Mientras tantos, destacó que los comerciantes continuaban pagando agua, luz, renta y préstamos sin ningún recorte o beneficio.
Actualmente, los restaurantes operan bajo un 75% de aforo. Sin embargo, sus comensales deben estar vacunados o presentar una prueba negativa de COVID-19 realizada 48 horas previo a entrar a sus negocios.
Esta orden está vigente hasta el 31 de marzo. Sin embargo, Pierluisi anunciaría mañana cambios, inclinados a una mayor flexibilización.
Cidre lo que espera que es que le remuevan las restricciones al sector de los restaurantes.
Comentó que el sector siempre ha mantenido un protocolo estricto contra el COVID-19. Pero, lamentó que los vean como parte del problema. Alegó que los contagios no se dan en sus negocios, sino cuando la comunidad es encerrada y comienza a realizar reuniones en sus hogares.
Del mismo modo, el presidente de ASORE aludió a que son “la industria más golpeada por la pandemia”. Más, sin embargo, las ayudas que han recibido no han sido suficientes.
“Entre negocios que no han podido abrir hoy día, porque no tienen personal, hay que sumarle los altos costos de luz, agua, teléfono, la comida que compra te sale más cara y a eso suma que estás en negativo desde que empezó la pandemia. Las ayudas que han llegado no han sido suficiente para poder salvar a una industria que emplea 60,000 personas directas y 40,000 indirectas. Es una industria que hay rescatar”, afirmó.