Puerto Rico lleva ocho meses en los que consistentemente se ha reflejado una mejoría en la economía, según se registra en el Índice de Actividad Económica (IAE).

No obstante, al presidente del Banco de Desarrollo Económico (BDE), Luis Alemañy González, le preocupa que “la recuperación ha sido dispareja, debido a esto las cadenas de suministros no fluyen con normalidad por los brotes que persisten en diversas regiones del mundo, por la disparidad en el manejo de las medidas preventivas y la inequidad en el acceso a las vacunas”.

La información se dio a conocer en un comunicado de prensa en el que se resaltó que IAE alcanzó para el pasado mes de octubre un nivel máximo de 121.4 puntos, hecho que representa un aumento interanual de 2.8 por ciento.

“Este es el octavo incremento interanual luego de doce reducciones consecutivas. Si se compara con el mes anterior, la tasa de crecimiento del IAE-BDE subió 0.5 por ciento. Los resultados interanuales reflejan los efectos del cierre provocado por la pandemia en la Isla”, sostuvo el funcionario.

Pese a los constantes aumento, expuso que se requiere de la economía mantenga un ritmo positivo consistente y multisectorial. Le preocupa que la pandemia siga amenazando la economía.

“la novel variante ómicron del virus ha dejado manifiesto la fragilidad de la nueva normalidad, pues la incertidumbre sobre el alcance y virulencia que pudiera provocar esta cepa ha impactado negativamente los mercados de valores. El sector de las líneas aéreas y el turismo también ha admitido cancelaciones a días del comienzo de las festividades de la temporada invernal e incluso el precio del petróleo y de ciertos combustibles, como el de aviación, muestran signos negativos. Es por esto que la recuperación en la economía continúa restringida dentro de aquellos segmentos de la población que siguen siendo susceptibles al virus y sus mutaciones”, señaló Alemañy González.

Entre estos, destacó que la congestión en los puertos de trasbordo en Estados Unidos, las dificultades en el reclutamiento de personal, la insuficiencia de materiales para la manufactura, los incrementos en los costos de energía de cara a los meses más fríos del invierno y la falta de espacio para almacén son algunos de los elementos que están afectando e impactando la cadena de suministros. También, las actuales presiones inflacionarias representan un reto para la recuperación económica.

Por otro lado, explicó que los sectores en el empleo más afectados por las medidas que se implementaron para controlar el virus, que son los servicios en recreación y alojamiento, educativos y de salud, entre otros, les falta aún camino por recorrer para alcanzar los niveles que presentaban previos a la pandemia.

“De cualquier modo, el empleo asalariado no-agrícola mostró una mejoría en octubre, tanto a nivel mensual como interanual. La inversión en infraestructura, el apoyo al comercio, impulsados por las ayudas federales, el brío que ha conseguido el sector manufacturero al atraer la producción de medicinas y equipo médico a zonas más cercanas a Estados Unidos y la paulatina reintegración a la fuerza laboral de personas desempleadas a causa del COVID-19, a su vez deberán impactar positivamente el empleo en la Isla”, afirmó.

Mientras, dijo que “las ventas de cemento siguen por encima del millón de sacos de 94 libras mensuales, el consumo de gasolina ha ido escalando según el trabajo presencial vuelve a ser la norma y la generación de energía eléctrica se mantiene estable”.

Durante octubre de 2021, dos de los cuatro componentes del IAE-BDE -el empleo asalariado no agrícola y el consumo de gasolina- aumentaron en 1.2 por ciento y 6.3 por ciento, respectivamente. Mientras, las ventas de cemento bajaron 5.5 por ciento y la generación de energía eléctrica se redujo por 0.5 por ciento. Estos resultados fueron comparados contra las cifras de septiembre de 2021.

Cuando se comparan contra el mismo mes del año anterior (octubre de 2020), aumentaron el empleo asalariado no-agrícola en 3.6 por ciento, el consumo de gasolina por 11.1 por ciento y la generación de energía eléctrica en 2.8 por ciento, mientras que el componente restante decreció: las ventas de cemento (-9.9 por ciento).