En momentos que el mundo esperaba un respiro en el sector comercial con la llegada del 2022, las interrupciones en la cadena de suministros de Shanghái, China, por los aumentos de contagios y muertes de COVID-19, que se suma a la depresión económica provocada por los dos años de la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania, podría exacerbar más la inflación que se experimenta en Puerto Rico y generar la escasez de productos manufacturados en el país de mayor exportación de bienes.

Economistas locales dialogaron con Primera Hora sobre cómo los cierres impuestos en la ciudad más rica del estado asiático -tras el incremento de casos nuevos por el sublinaje BA.2 de la variante Ómicron- también tendrá un impacto directo en el bolsillo de los consumidores, particularmente en el área de la tecnología y alimentos.

Según el portal Reuters, los “lockdowns” que se producen como parte de la política pública de “cero COVID” del mandatario Xi Jinping han afectado económicamente a unos 373 millones de residentes y generado dificultades para conseguir artículos de primera necesidad.

Heriberto Martínez, actual director de la Comisión de Hacienda y Presupuesto de la Cámara de Representantes, prevé que dicho conflicto, que está produciendo largas filas de contenedores de envío en el puerto de Shanghái, el más grande del mundo, fomentará un duro golpe a diversas industrias, por la reducción de exportación de materia prima.

“A eso le vamos a sumar el costo de transportación, que es algo que no mucha gente lo sabe. Pero los barcos que transportan mercancía tienen que cumplir con unas cuotas. Si los barcos se van vacíos, ¿qué pasa? Pierdes, porque suben el costo de acarreo para suplir esas pérdidas. Y eso también tiene impacto sobre los precios. Por lo tanto, tenemos el problema en origen en la producción y tenemos un problema en la cadena de distribución”, explicó Martínez a este medio.

“A eso se le suman los problemas iniciales inflacionarios del inicio de la pandemia; se le suma el conflicto entre Rusia y Ucrania, que eso pone presión inflacionaria sobre los carburantes, y la presión inflacionaria sobre sus carburantes tiene presión inflacionaria sobre el resto de la economía. Aquí tenemos dos eventos importantes que están provocando inflación”, agregó.

Igualmente, el entonces presidente de la Asociación de Economistas también apuntaló que el conflicto económico de China provocará un golpe duro en las empresas agrícolas, particularmente en la industria cárnica, dado que la misma es un campo “altamente tecnologizado”.

“Un problema de escasez que tenemos en este momento son los chips, que son fundamentales para el funcionamiento de la tecnología. Si se encarecen las maquinarias y las manufacturas que se utilizan para trabajar en el área de la producción agrícola, claro que va a tener aumento sobre los precios también. Muchas de estas maquinarias también tienen combustible y ese combustible ha subido el costo, pues también se va a ver reflejado en la inflación”, expresó, al tiempo que llamó a la creación de políticas públicas que puedan proveer un alivio energético a las familias puertorriqueñas y la moratoria del arbitrio a la gasolina y el aceite “diesel” que ha impulsado la Cámara Baja.

Mientras tanto, la economista Heidi Calero sostuvo que los cierres comerciales en distintas partes de Shanghái llevará a que Puerto Rico siga viendo “la saga de aumentos de precios por un ratito”.

La presidenta de H. Calero Consulting Group, Inc. manifestó que el índice de precios por alimentos, que en Estados Unidos se encontraba en un 8.6% a finales de marzo, aún no ha llegado a niveles históricos como los que se proyectaron en febrero de 1990, donde la inflación se vislumbraba en un 10.4%, en comparación con cifras de febrero de 1989. No obstante, las tendencias apuntan a que el incremento en precios seguirá.

“Hay otros componentes de inflación, pero me estoy concentrando en el de alimentos porque, en realidad es el que uno se fija. Cuando tú le les preguntas a las personas: ‘Oye ¿cómo está esto? Sí, te van a decir que la gasolina y la electricidad están caras, pero los alimentos es uno que se ve cuando vas al supermercado, cuando vas a comer fuera”, sostuvo.

“Puerto Rico es una isla. A veces nos creemos que somos un continente, pero somos una isla. Lo que quiere decir es que aquí todo lo importamos, lo bueno y lo malo. Y mucha de esta inflación es importada, y como Puerto Rico ha sido tan negligente, esa es la palabra que les cabe a todos los que han dirigido este país, que no han tenido la visión de realmente aumentar esa seguridad alimentaria en la agricultura. Lo que seguimos es importando, importando e importando, y pues ahí tienen los resultados y el cemento no podemos comer”, indicó.

“El que tenga oídos, que escuche”, expresó la economista, haciendo un llamado al Departamento de Agricultura y el Departamento de Desarrollo Económico y Comercio a tomar acción a promover la autosustentabilidad y la creación de una red agrícola “bonafide”.

Por otro lado, el economista José Caraballo Cueto, aunque no prevé que la industria alimentaria sea el renglón más afectado, enfatizó que si no se produce otros eventos que provoquen conflictos a la economía global, lo que pudiera experimentar la isla es “un poco de escasez en algunos productos, como vimos en la pandemia y más inflación”.

Ahora bien, en cuanto a los productos que se pudieran ver más afectados por la detención de la cadena de suministros en Shanghái, Caraballo Cueto planteó que serían los de ferretería, piezas de automóviles, parafernalias para el hogar y dispositivos de alta tecnología.

“La inflación se define como el aumento general en precio, no solamente en el área de los productos que se venden en el supermercado, eso es una sola canasta del índice de precios, Ahí entran artículos que se compran para el hogar, entra el costo de la vivienda, el costo de la transportación”, explicó el catedrático asociado de la Escuela Graduada de Administración de Empresas de la Universidad de Puerto Rico - Recinto de Río Piedras.

“Ahí entran artículos que se compran para el hogar, entra el costo de la vivienda, el costo de la transportación”, destacó.

“Así que cuando uno va a arreglar un vehículo, si las piezas cuestan más caras, se va a haber afectado tu bolsillo. Si tienes que reparar algo en tu hogar, se va a ver afectado tu bolsillo. Si tienes que comprar algún artículo para tu hogar, se va a ver afectado tu bolsillo. Ahora mismo, que están muchas personas moviéndose a energía renovable, también vas a ver escasez y aumentos de precio en esos bienes. Y las piezas que se utilizan para construir autos, cuando vayas a comprar un auto nuevo, sobre todo, vas a ver aumentos de precios. Así es que se refleja la inflación a través de muchos intermedios que se utilizan en la producción de otros bienes”, agregó.

Por otro lado, el también investigador indicó que la situación comercial de China, que se asemeja a los cuellos de botella de suministros que se generó durante la época de ventas navideñas en Estados Unidos por la falta de mano de obra y materia prima en las fábricas, abre la oportunidad para generar nuevas redes de apoyo con otros países asiáticos y latinoamericanos.

“Si los importadores locales utilizan las redes que contactaron durante la pandemia y buscan suplidores en otros países, pueden aminorar un poco esa escasez y esa inflación y comprarle a otros productores”, indicó. “Ahora hay que ver si ciertos actores locales, tanto los importadores como los productores locales, las fábricas locales, que deciden moverse en esa dirección o no”.