En el pulso de poder entre Elon Musk, el hombre más rico del mundo, y un juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil, Musk finalmente cedió.

La red social de Musk, X, ha acatado las órdenes del juez Alexandre de Moraes y ha pedido que se le permita restablecer su servicio en el país sudamericano, dijo una fuente el jueves.

X cumplió con las órdenes de bloquear ciertas cuentas, nombrar a un representante legal en el país y pagar multas por incumplir órdenes judiciales, dijeron abogados de Musk en una petición presentada el jueves, según una fuente enterada del documento. La fuente habló a condición de anonimato al no estar autorizada para hablar públicamente del tema.

El sábado, de Moraes le ordenó a X entregar documentación adicional sobre su representante legal para la revisión judicial, algo que según la fuente ya se cumplió.

X fue bloqueada el 30 de agosto en Brasil, un país de 213 millones de habitantes con un alto número de usuarios de internet. De Moraes ordenó el cierre tras meses de disputa con Musk por asuntos de libertad de expresión, cuentas ultraderechistas y desinformación. Tras el bloqueo, la empresa adujo que los esfuerzos de De Moraes por bloquear determinadas cuentas eran maniobras ilegales para censurar a “oponentes políticos” y que no acataría sus órdenes. Musk calificó al juez de enemigo de la libertad de expresión y delincuente.

En un giro, el nuevo representante de X en Brasil será la misma persona que ostentaba el cargo antes que X cerrara su oficina en el país sudamericano. Ello ocurrió luego que de Moraes amenazó con arrestar a la persona, Rachel de Oliveira Villa Nova Conceição, si X no cumplía con las órdenes de bloquear cuentas.

Brasil no es el primer país en bloquear X, pero hasta ahora, por lo general, esa medida drástica se limitaba a regímenes autoritarios. La plataforma y su versión anterior, Twitter, ha sido bloqueada, por ejemplo, en Rusia, China, Irán, Myanmar, Corea del Norte, Venezuela y Turkmenistán. Otros países, como Pakistán, Turquía y Egipto, también han suspendido a X temporalmente, usualmente para reprimir el disenso o evitar protestas.

En una medida insólita para un país democrático, de Moraes también estableció multas diarias exorbitantes para cualquiera que utilice una Red Privada Virtual (VPN, por sus siglas en inglés) para acceder a la plataforma. Las multas han sido cuestionadas por expertos jurídicos e impugnadas por la Órden de Abogados del Brasil, aunque hasta la fecha no se ha reportado que nadie haya sido sancionado bajo esta disposición. Los medios locales han informado que la policía brasileña está evaluando cómo aplicar las sanciones.

X nombró el viernes a Villa Nova como su representante y la inscribió en el registro mercantil de Sao Paulo. Para evitar que se le acuse de posibles infracciones de la legislación brasileña -y que corra el riesgo de ser detenida- se ha incluido en el contrato de representación una cláusula según la cual cualquier acción por parte de X que implique obligaciones para ella requiere instrucciones previas de la empresa, por escrito, según la inscripción pública de la empresa en el registro.