Washington. ¿Qué hace únicos a los seres humanos? Los científicos dieron un nuevo paso hacia la solución de ese viejo misterio con una herramienta que pudiera permitir comparaciones precisas entre el ADN de los humanos modernos y el de nuestros antepasados extintos.

Solo 7% de nuestro genoma es compartido exclusivamente con otros humanos y no compartido con nuestros antepasados, de acuerdo con un estudio publicado el viernes por la revista Science Advances.

“Es un porcentaje muy pequeño”, dijo Nathan Schaefer, un biólogo computacional de la Universidad de California y coautor del estudio. “Este tipo de descubrimiento es por lo que los científicos están dejando atrás la idea de que somos muy diferentes de los neandertales”.

El estudio utiliza ADN extraído de restos fósiles de neandertales y de homínidos de Denísova que datan de entre 40,000 y 50,000 años atrás, además de ADN de 279 humanos modernos de todo el mundo.

Los científicos ya saben que el hombre moderno comparte ADN con los neandertales, pero diferentes personas comparten diferentes partes del genoma. Un objetivo de los nuevos estudios fue identificar los genes que son exclusivos de los humanos modernos.

Es un problema estadístico difícil, y los científicos “desarrollaron una herramienta valiosa que toma en cuenta datos ausentes en los genomas antiguos”, dijo John Hawks, paleontólogo de la Universidad de Wisconsin que no participó en el estudio.

Los científicos descubrieron, además, que una fracción aún menor de nuestro genoma —1.5%— es única de nuestra especie y compartida por todos los humanos actuales. Esas secciones de ADN pudieran contener las pistas más significativas sobre qué distingue realmente a los humanos modernos.

“Podemos identificar que esas regiones del genoma están muy enriquecidas con genes que tienen que ver con el desarrollo neural y el funcionamiento cerebral”, dijo Richard Greene, un biólogo computacional de la Universidad de California, campus Santa Cruz, que es uno de los autores del estudio.

En el 2010, Green ayudó a producir la primera secuencia preliminar del genoma del neandertal. Cuatro años más tarde, el genetista Joshua Akey coescribió un estudio que mostró que los humanos modernos tienen restos de ADN de neandertal. Desde entonces, los científicos han seguido refinando las técnicas para extraer y analizar material genético de fósiles.

“Mejores herramientas nos permiten hacer preguntas cada vez más detalladas sobre la historia y la evolución humanas”, dijo Akey, que ahora trabaja en la Universidad de Princeton y no participó en el estudio. Akey elogió la metodología del estudio.

Sin embargo, Alan Templeton, un genetista de población de la Universidad de Washington, campus San Luis, cuestionó las presunciones de los autores de que los cambios en el genoma humano están distribuidos aleatoriamente, en lugar de agrupados alrededor de ciertos ejes dentro del genoma.

Los hallazgos enfatizan “que somos una especie muy joven”, dijo Akey. “No hace mucho tiempo, compartimos el planeta con otros linajes humanos”.