Se rompe récord de nidos de tinglares en litoral de San Juan
Sin embargo, a diario luchan contra algunas prácticas que amenazan los nidos.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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En el litoral de San Juan, específicamente el área comprendida entre Condado y Ocean Park, ya hay 22 nidos de tinglares que han llegado al área a dejar sus huevos.
La noticia tiene a 7 Quillas, grupo tortuguero dedicado a la preservación y protección de la especie en el área de fiesta. Con esta cifra ya sobrepasaron el número de nidos en comparación con el año pasado. “Este año el primer nido fue el 2 de marzo y ese nido fue muy cerca del mar y perdimos casi todos los huevos…ya abrimos el segundo y salvamos cinco tortugas”, dijo una emocionada Debbie Feliciano, portavoz del grupo.
“Hemos roto el récord de nidos y eso es buenísimo porque quiere decir que ellas están regresando a esta playa, que se sienten cómodas, que les gusta”, abundó sobre le temporada de anidaje entre los meses de febrero y agosto.
Los miembros de 7 Quillas han tenido unos meses activos identificando los nidos. En esta ocasión han logrado hasta darle nombre a las tortugas que han llegado a anidar. “Tenemos una que se llama Huequito porque tiene un hueco en un lado del caparazón. Huequito ha venido seis veces a la misma área para anidar y para nosotros eso es grandísimo porque nunca habíamos tenido esa data”, agregó Feliciano al mencionar que también los han visitado Scratchy, que ha venido tres veces y Scratchy II y Fiona, ambas han anidado en dos ocasiones.
“Eso nos permite saber cuántas tortugas visitan nuestras playas versus cuántos nidos son. Tenemos cerca de seis a siete tortugas anidando”, sostuvo.
En medio de la felicidad que tiene el grupo por su aportación a la preservación de esta especie en peligro de extinción, a diario luchan contra algunas prácticas que amenazan los nidos, como el encendido de fogatas en la zona y el alto de nivel de contaminación lumínica debido a la gran cantidad de condominios y comercios.
Debido a su instinto de seguir la luz, la tortuga se desorienta y se deshidrata intentando regresar al mar. También puede terminar en la calle y ser golpeadas por algún vehículo. El calor emitido por las fogatas, por su parte, puede hacerle daño a los neonatos que no tienen la capacidad de evitar las temperaturas calientes.
El llamado a la ciudadanía es a cooperar y a aprender a convivir con las tortugas. “No le estamos pidiendo que apaguen las luces, sabemos que la seguridad es importante, lo que estamos pidiendo es que las cambien y las redirijan hacia su área y no hacia la playa”, apuntó Feliciano.