¿Qué temperatura hay en la Luna?
Las temperaturas del satélite son extremas, ya que no tiene una capa atmosférica.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
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La Luna es el único satélite natural de la Tierra y, según la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, en inglés), este satélite tiene un diámetro ecuatorial de 3,474 kilómetros cuadrados y es el quinto satélite más grande del Sistema Solar.
Por décadas, este satélite ha sido estudiado y se sabe que viaja alrededor de la Tierra en una órbita ovalada a 3,680 kilómetros por hora.
De igual forma, son muchos los mitos que se han creado acerca de la Luna y una de las preguntas más frecuentes es la temperatura que hay en su superficie. La NASA ha indicado que, como este satélite no tiene atmósfera que pueda mitigar o moderar los rayos del sol, se somete a temperaturas extremas en las diferentes horas del día.
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Como las temperaturas de la Luna son tan variadas y peligrosas es imposible que allí habite alguna forma de vida. Se sabe que un día en la Luna corresponde a 29 días terrestres, de los cuales la mitad del tiempo son de día y la otra de noche.
La NASA también ha indicado que las temperaturas que se pueden presentar varían entre los -299.2 grados Fahrenheit (-184 grados centígrados) durante las noches y 417.2 grados Fahrenheit (214 grados centígrados) en el día. Estas temperaturas aplican en toda la superficie de la Luna, excepto en los polos, donde se tiene una temperatura constante de-140.8 grados Fahrenheit (-96 grados centígrados), lo anterior según informes de la NASA.
Además, la lenta rotación del satélite también tiene influencia en la distribución adecuada del calor en su superficie. Como se dijo anteriormente, por décadas las diferentes organizaciones han estudiado la Luna y han registrado temperaturas de menos -418 grados Fahrenheit (-250 grados centígrados).
Asimismo, desde hace algún tiempo, la NASA ha notado que el tamaño de la Luna se está reduciendo de manera paulatina, causando algunas arrugas y temblores en su superficie.
Gracias a las mediciones captadas por la sonda espacial ‘Lunar Reconnaissance Orbiter’ de la NASA lanzada en 2009, los astrónomos tienen la posibilidad de mapear la estructura de la misma desde entonces.