Presentan a la abeja boricua como solución para salvar a estas polinizadoras en el mundo
Científicos han confirmado que nuestra especie tiene una combinación de rasgos favorables que ha podido asimilar de las abejas europeas y africanas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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La abeja boricua, conocida científicamente como gAHB o abeja de miel dócil africanizada, podría ser la solución para revertir la pérdida de este insecto en el mundo, ayudando a crear y fortalecer poblaciones de esta especie que poliniza dos de cada tres alimentos y es crítica para el sector agrícola.
Esta especie de abeja es híbrida, tiene una genética única y se ha proliferado localmente bajo los esfuerzos de científicos y la organización Karma Honey Project.
“Las abejas de miel del planeta, en su mayoría están muriendo por enfermedades, a las cuales las abejas boricuas son resistentes. Nuestras abejas podrían contribuir a solucionar esta crisis mundial”, destacó el doctor Bert Rivera Marchand, biólogo especialista en Ecología Molecular y experto en el estudio por más de 15 años.
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Rivera Marchand ha trabajado en coordinación con otros científicos estudiosos de las abejas, incluyendo al doctor Tugrul Giray.
Se estima que un 80% de todas las siembras dependen de la polinización de las abejas y actualmente hay una severa crisis en la agricultura por la drástica reducción en las poblaciones a nivel mundial.
Recientemente, los científicos han confirmado que esta abeja, exclusiva de Puerto Rico, tiene una combinación de rasgos favorables que ha podido asimilar de las abejas europeas, así como de las africanas. La abeja puertorriqueña es relativamente dócil, produce y almacena una amplia cantidad de miel de una manera parecida a las abejas de Europa (Apis mellifera), mientras que es muy resistente a los parásitos y enfermedades de climas cálidos.
Esa resiliencia y fortaleza de nuestra abeja contra factores debilitantes y mortales, la adquirió de la especie africana (Apis mellifera scutellata). El resultado de este cruce es una especie mansa y productiva con mayor fuerza para enfrentar airosamente los retos climáticos y las plagas.
“Las abejas puertorriqueñas son ejemplo de la resiliencia, pasión, el carácter dócil y la capacidad de trabajar en equipo que nos destaca como pueblo y nos ayuda a salir fortalecidos de cada crisis enfrentada. Celebramos este descubrimiento con Puerto Rico y los exhortamos a proteger las abejas para garantizar un futuro de seguridad alimentaria y prosperidad”, precisó Rivera Marchand.
Protección para nuestras abejas
El proyecto Karma Honey Project, fundado en el 2018 como una iniciativa educativa sin fines de lucro, cuenta actualmente con 325 colmenas instaladas en Río Grande, Dorado, El Yunque, Cataño, Fajardo y Canóvanas. Las colmenas se han establecido en los techos de hoteles, escuelas, fincas agrícolas y granjas, así como en hogares.
Karma Honey Project se nutre de más de 235 voluntarios y seis empleados para llevar a cabo las labores de recolección de miel, instalación y manejo de colmenas, entre otras tareas.
“En Karma Honey Project queremos contribuir y educar para la protección de las abejas, la agricultura y la seguridad alimentaria en la Isla. Sin las abejas, no hay futuro porque al no haber polinización natural, no habría alimentos”, expresó en declaraciones escritas Candice Galek, fundadora de Karma Honey Project.
La miel envasada se distribuye y vende en la Isla. Cada colmena produce entre 50 a 150 libras de miel cruda por año, dependiendo de la ubicación de las colmenas, así como de la flora y fauna de la región.
Según Galek, el 100% del dinero procedente de las ventas se reinvierte en la producción e instalación de más colmenas a través de todo Puerto Rico, ayudas a agricultores para polinizar sus siembras, apoyo a estudios de investigación, y educación a niños y adultos.
Conforme a datos de Karma Honey Project, las abejas aumentan la producción de frutas, vegetales, legumbres y verduras hasta un 60% debido al proceso de polinización, factor vital para la agricultura y seguridad alimentaria.
La organización mencionó que de acuerdo a estadísticas de la industria de alimentos en Puerto Rico, aquí se importa más de un 80% de los alimentos. La seguridad alimentaria promedio es de 21 días si se viera afectada la llegada de carga marítima y/o aérea que transporta alimentos a Puerto Rico.