Diagnosticada con un raro tumor, la vida de Sabrina Gomes, de 24 años, tuvo un giro inesperado cuando notó algo inusual: su piel cambió de color y pasaron cinco años durante el comienzo en la variación de la pigmentación.

En 2015, la joven de Brasil empezó a manifestar los primeros síntomas a la edad de 15 años. Su cuerpo experimentó hinchazón y le aparecieron manchas negras. Le diagnosticaron síndrome de Cushing y timoma, conocido por ser un raro tumor en el pecho.

De acuerdo con MedlinePlus, “se presenta cuando el cuerpo tiene un nivel más alto de lo normal de la hormona cortisol. Esta hormona se produce en las glándulas suprarrenales. El exceso puede deberse a diversos problemas. Uno de estos problemas es un tumor en una de las glándulas suprarrenales”.

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Entre el 2015 y 2017, Sabrina se sometió a dos cirugías, en el Hospital Infantil Albert Sabin, Brasil, con el fin de extirpar el tumor. Sin embargo, a partir de ese momento, empezó a notar el cambio del color de su piel.

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La vida de Sabrina Gomes, de 24 años, cambió por completo cuando le diagnosticaron síndrome de Cushing y timoma.
La vida de Sabrina Gomes, de 24 años, cambió por completo cuando le diagnosticaron síndrome de Cushing y timoma. (Captura)

Se oscureció

Para 2020, Gomes vio cómo el oscurecimiento en su piel empezó a esparcirse de manera progresiva en su cara, cuello y cuerpo. Esto sucedió cinco años después del diagnóstico. Dos años después tuvo que regresar al quirófano, pero esto aceleró aún más el proceso.

“Esta cirugía dejó mi piel mucho más oscura, junto con el tumor, que produce una hormona llamada ACTH. Entonces, esta hormona afectó el color de mi piel. Junto con el tumor, como es muy grande, cada vez que me salen más oscuro”, explicó en un metraje publicado en las redes sociales.

No obstante, a pesar de los procedimientos, el tumor siguió creciendo y, actualmente, mide 6.7 pulgadas.

¿Por qué su piel cambió de color?

A lo largo de los años, un equipo médico sigue el caso de Gomes. Una de ellas es Ana Rosa, una endocrinóloga, quien realiza el seguimiento hormonal del paciente.

La doctora explicó al medio ‘g1′ el motivo del cambio de pigmentación y aseguró que es un caso raro y poco común: “No todos los tumores producen hormonas. Lo más común es que no produzcan hormonas, por eso son entidades raras”.

Al parecer, las cosas cambiaron cuando el tumor no se pudo extirpar y siguió creciendo, a pesar de resolver el exceso de cortisol provocado por el síndrome de Cushing.

“Después de la extirpación de las glándulas suprarrenales, el tumor continuó estimulando la producción de la hormona ACTH”, dijo la experta.

Ante esto, su cuerpo produjo un exceso de melanina, lo que provocó una hiperpigmentación de la piel al crearse la hormona MSH que se entendió con la ACT.

El tumor no se puede extirpar

Un reciente examen médico les reveló a los médicos que, a pesar del esfuerzo de tantos años, definitivamente el tumor no se puede extirpar. La razón sería porque compromete órganos vitales de su cuerpo: el esófago, la vena cava y el corazón.

La endocrinóloga detalló que empezaron a ver otra posibilidad para un tratamiento: un intravenoso poco conocido, el fármaco lutecio.

“El radiofármaco entra en la célula y destruye estas células, lo que hace que el tumor disminuya de volumen y pueda controlar esta enfermedad”, aseveró.

Sin embargo, el costo de este sería elevado, a lo que la joven contactó a la Defensoría Pública Federal de Brasil, pero al día de hoy el proceso para proporcionarle el medicamento para su tratamiento sigue en debate.