WASHINGTON. Hace veinte años, en una isla indonesia, los científicos descubrieron fósiles de una especie humana primitiva que medía alrededor de 1.07 metros (3.51 pies) de altura, lo que les valió el apodo de “hobbits”.

Ahora, un nuevo estudio sugiere que los antepasados del ‘Homo floresiensis’ o hobbits, eran incluso algo más bajos.

“No esperábamos encontrar individuos más pequeños en un yacimiento tan antiguo”, afirma en un correo electrónico el coautor del estudio, Yousuke Kaifu, de la Universidad de Tokio.

Los fósiles originales de hobbit datan de hace entre 60,000 y 100,000 años. Los nuevos fósiles se excavaron en un yacimiento llamado Mata Menge, a unos 45 kilómetros de la cueva donde se descubrieron los primeros restos de hobbit.

Relacionadas

En 2016, los investigadores sospecharon que los primeros parientes podrían ser más bajos que los hobbits tras estudiar mandíbulas y dientes recogidos en el nuevo yacimiento. Análisis posteriores de un pequeño fragmento de hueso del brazo y dientes sugieren que los antepasados eran apenas 6 centímetros más bajos (3.31 pies) y existieron hace 700,000 años.

“Han demostrado de forma convincente que se trataba de individuos muy pequeños”, afirmó Dean Falk, antropólogo evolutivo de la Universidad Estatal de Florida que no participó en la investigación.

Los resultados se publicaron el martes en la revista Nature Communications.

Los investigadores han debatido cómo los hobbits -llamados Homo floresiensis por la remota isla indonesia de Flores- evolucionaron hasta ser tan pequeños y qué lugar ocupan en la historia de la evolución humana. Se cree que fueron una de las últimas especies humanas primitivas en extinguirse.

Los científicos aún no saben si los hobbits evolucionaron a partir de una especie humana anterior, más alta, llamada Homo erectus, que vivió en la zona, o de un antecesor humano aún más primitivo. Según Matt Tocheri, antropólogo de la Universidad canadiense de Lakehead, se necesitan más investigaciones y fósiles para determinar el lugar de los hobbits en la evolución humana.

“Esta cuestión sigue sin respuesta y seguirá siendo objeto de investigación durante algún tiempo”, declaró Tocheri, que no participó en la investigación, en un correo electrónico.