El constante hallazgo de desperdicios biomédicos en las costas de Mayagüez y Añasco no solo es motivo de preocupación para los vecinos y personas que frecuentan esa zona, sino que, además, pone en peligro la vida marina en el lugar, especialmente al tinglar que anida en esa área.

Así lo aseguró Sheila Bonet, coordinadora del Proyecto Tortugas Marinas del Oeste, una agrupación voluntaria que vela por el anidaje de dichas especies en la costa occidental de la Isla.

Cientos de bolsas plásticas con residuos de sangre, además de jeringuillas y frascos de insulina, entre otros desperdicios, fue el resultado de la más reciente limpieza de la costa en el sector Boquilla de Mayagüez, celebrada a principios del mes de marzo.

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“Cuando nosotros monitoreamos el área, tenemos que abrir los nidos. En muchos casos, ya hay tortugas vivas adentro. Eso se hace con guantes nada más y este tipo de desperdicios pueden ser un riesgo para nosotros porque nos podemos contaminar. Si no se pueden atender adecuadamente los nidos, las tortugas pueden morir”, destacó Bonet en conversación con este medio.

Según Bonet, la problemática de desperdicios en ese sector lleva años son resolverse.

“El reporte más antiguo que hemos encontrado sobre desperdicios biomédicos en esta zona es de 1993 y la persona que estaba monitoreando especificó en el reporte que había muchas bolsas de sangre”, sostuvo la voluntaria, quien especificó que durante el monitoreo de tortugas que realiza su agrupación han encontrado hasta 91 bolsas plásticas con residuos de sangre en un solo día.

La situación provocó que los representantes José “Ché” Pérez Cordero y Maricarmen Mas Rodríguez radicaran la resolución 298 para investigar la situación.

“Personas inescrupulosas y de forma irresponsable están disponiendo de deshechos y desperdicios biomédicos en nuestros cuerpos de agua... lo que queremos es buscar quiénes son los responsables y que respondan por esto”, sostuvo Pérez Cordero durante una vista ocular realizada en el sector Boquilla.

Augusto Márquez, ayudante especial de la Junta de Calidad Ambiental, indicó que su agencia ha trabajado con muestras de desperdicios similares en la misma zona que datan del 2013 y los hallazgos preliminares reflejan que se trata de sangre animal. Sin embargo, se comprometió a llevar muestras de los nuevos hallazgos para evaluación.

El funcionario confirmó que se ha entrevistado a veterinarios de la zona. Sin embargo, a pesar de ser un problema de décadas, todavía no se ha encontrado al o los responsables.