El calentamiento global está ahogando a las ciudades de todo el mundo, donde el estrés térmico urbano ya causa enfermedades, muertes, un elevado gasto energético, problemas de desigualdad social y problemas con las infraestructuras urbanas.

Por eso, muchas ciudades han empezado a aplicar estrategias de mitigación del calor, como la plantación de árboles. Pero, ojo, no todo vale: Plantar especies equivocadas o usarlas en ubicaciones poco óptimas, limita los beneficios, según un estudio de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) publicado este martes en la revista Communications Earth & Environment.

El estudio constató que los árboles urbanos pueden reducir hasta 12 °C la temperatura del aire a nivel de los peatones.

Además, comprobaron que la presencia de árboles reducía las temperaturas máximas mensuales por debajo de 26 °C en el 83% de las ciudades estudiadas, cumpliendo así el “umbral de confort térmico”.

Pero el mismo estudio descubrió que esta capacidad de enfriamiento varía significativamente en todo el mundo, según las características de las especies arbóreas, el trazado urbano y las condiciones climáticas.

“Nuestro trabajo echa por tierra el mito de que los árboles son la panacea definitiva contra el sobrecalentamiento de las ciudades de todo el mundo”, advierte Ronita Bardhan, catedrática de Medio Ambiente de Cambridge.

El estudio pretende ayudar a los urbanistas a elegir las mejores combinaciones de árboles y lugares de plantación para combatir el estrés térmico urbano: “Los árboles desempeñan un papel crucial en la refrigeración de las ciudades, pero debemos plantarlos de forma mucho más estratégica para maximizar los beneficios que pueden aportar”, avisa la experta.

Diversidad global

Aunque los árboles pueden refrescar considerablemente algunas ciudades durante el día, la investigación demuestra que las copas de los árboles también pueden atrapar el calor y elevar las temperaturas por la noche.

Para hacer el estudio, el equipo revisó los resultados de 182 investigaciones previas -relativas a 17 climas en 110 ciudades o regiones del mundo- publicadas entre 2010 y 2023 y observaron que los árboles urbanos suelen enfriar más las ciudades en climas cálidos y secos, y menos en climas cálidos y húmedos.

Según el estudio, los árboles funcionaron bien en climas áridos, enfriando las ciudades algo más de 9 °C y calentándolas por la noche 0,4 °C, mientras que en los climas de selva tropical, donde hay más humedad, el enfriamiento diurno se redujo a unos 2 °C y el efecto de calentamiento nocturno fue de 0,8 °C.

Además, en los climas templados, los árboles pueden enfriar las ciudades hasta 6 °C y calentarlas 1,5 °C, según el estudio.

Usar árboles de forma estratégica

El estudio señala que las ciudades con trazados urbanos más abiertos tienen más probabilidades de presentar una mezcla de árboles de hoja perenne y de hoja caduca de distintos tamaños, lo que, según los investigadores, ayuda a provocar un mayor enfriamiento en climas templados, continentales y tropicales.

El uso combinado de árboles en estos climas suele enfriar 0,5 °C más que en las ciudades donde sólo hay árboles de hoja caduca o de hoja perenne. Esto se debe a que los árboles mixtos pueden equilibrar la sombra estacional y la luz solar, proporcionando un enfriamiento tridimensional a distintas alturas.

En climas áridos, sin embargo, los investigadores descubrieron que las especies de hoja perenne dominan y refrescan con mayor eficacia en el contexto específico de trazados urbanos compactos como El Cairo (Egipto) o Dubai (EAU).

“Nuestros resultados subrayan que los urbanistas no sólo deben dotar a las ciudades de más espacios verdes, sino que deben plantar la combinación adecuada de árboles en posiciones óptimas para maximizar los beneficios del enfriamiento”, subraya Bardhan.

No obstante, concluyen los investigadores, no debemos limitarnos a los árboles como herramienta para enfriar las ciudades, sino que otras soluciones como la protección solar y los materiales reflectantes seguirán desempeñando un papel importante.