Washington. Una nave de la NASA, llamada ‘Ingenuity Mars Helicopter’, ha tenido que poner fin a su misión en Marte después de casi tres años operando desde la superficie del planeta, debido a daños en su hélice que le impedían volar.

Así lo explicó este jueves la NASA en un comunicado en el que detalló que el personal de la agencia especial que controla la nave, la primera en explorar otros planetas, se dieron cuenta del deterioro el 18 de enero a través de las imágenes enviadas a la Tierra.

En esa fecha, el helicóptero estaba realizando un vuelo corto vertical y ya en el descenso, a un metro de la superficie del planeta, perdió el contacto con los servicios de control.

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La NASA detalló que se está investigando la causa de dicha interrupción de las comunicaciones.

Aun así, los daños fueron tales que la NASA tuvo que anunciar el fin de la misión de ‘Ingenuity Mars Helicopter’ que acabó haciendo docenas de vuelos más de los previstos, puesto que dicha aeronave, originalmente, estaba diseñada para realizar hasta cinco vuelos experimentales de prueba en 30 días.

“Ese notable helicóptero voló más alto y más lejos de lo que nunca imaginamos y ayudó a la NASA a hacer lo que mejor sabemos hacer: hacer lo imposible, posible”, aseguró el administrador de la NASA, Bill Nelson, según recoge un comunicado.

En los casi tres años que el helicóptero ha operado desde el Planeta Rojo -en el que aterrizó el 18 de febrero de 2021- realizó 72 vuelos y voló más de 14 veces más lejos de lo previsto, registrando más de dos horas de tiempo de vuelo en total.

Con las pruebas de vuelo al que le sometieron, el ‘Ingenuity’ amplió los conocimientos del equipo de científicos de la agencia y demostró que el vuelo motorizado y controlado en Marte era posible, tal y como se desprende del comunicado.

“A través de misiones como ‘Ingenuity’, la NASA está allanando el camino para futuros vuelos en nuestro sistema solar y una exploración humana más inteligente y segura a Marte y más allá”, añadió Nelson.

El ‘Ingenuity Mars Helicopter’ se construyó en el Laboratorio de Propulsión a Reacción (JPL por su sigla en inglés) en California y, a lo largo de su misión, fue capaz de realizar tres aterrizajes de emergencia y de sobrevivir al “gélido invierno marciano”.