Los unicornios han sido representados a lo largo de la historia como caballos con un cuerno en la frente. Según la leyenda, se creía que la sangre de estos seres otorgaba la vida eterna a quien la bebiera.

Sin embargo, descubrimientos recientes indican que estas criaturas no solo son parte del mito. Científicos de la Universidad Estatal de Tomsk han desenterrado los huesos de animales que convivieron con el Homo sapiens hasta hace aproximadamente 29,000 años.

En 2016, un artículo publicado en la revista ‘American Journal of Applied Sciences’ presentó nuevos datos sobre un mamífero similar a un rinoceronte, más que a un caballo. Este animal, de pelaje marrón y originario de Siberia, habitaba en las estepas del centro de Asia y fue descrito como una “bestia aberrante” debido a su aspecto poco común.

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Durante siglos, se creyó que el unicornio, conocido científicamente como Elasmotherium sibiricum, se había extinguido hace 350,000 años. Sin embargo, esta suposición fue refutada con información reciente.

El paleontólogo Andrei Shpanski, encargado de una expedición, desenterró un cráneo de este animal en la región de Pavlodar, en Kazajistán. El cráneo presentaba un cuerno en la cabeza, similar a las representaciones fantásticas del unicornio.

A esta criatura se le denominó “unicornio siberiano” y tenía un aspecto más corpulento. Medía 1.80 metros de alto (5′9″), 4.50 metros de largo (14 pies) y pesaba aproximadamente 4,000 kilos (más de cuatro toneladas), lo que lo asemejaba más a un mamut lanudo que a un caballo.

En cuanto a las razones que permitieron a esta especie sobrevivir más tiempo de lo que se había pronosticado, el autor de la investigación explicó: “Lo más probable es que el sur de Siberia occidental fuera un refugio donde este rinoceronte perseveró durante más tiempo en comparación con el resto de su área de distribución”.

Además, mencionó la posibilidad de que la especie hubiera migrado hacia áreas más al sur, donde las condiciones en Siberia occidental le habrían brindado la protección necesaria para evitar una extinción repentina, como ocurrió con otras especies en diferentes partes del mundo.

A pesar de su impresionante y llamativa apariencia, el Elasmotherium sibiricum se alimentaba de hierbas y se presume que pasaba gran parte del día pastando, similar a sus parientes cercanos, los rinocerontes y caballos. El análisis del cráneo reveló que pertenecía a un macho de avanzada edad, cuya muerte probablemente fue natural, sin la intervención de depredadores.

Esta noticia generó ilusión entre los amantes de la ficción, quienes imaginaron que el unicornio podría haber tenido alguna característica especial. Sin embargo, los científicos que participaron en la excavación enfatizaron que se trataba de un animal común y corriente, sin rasgos mágicos.

La mitología transformó a estas criaturas, dotándolas de características mágicas, como un pelaje blanco y la capacidad de conceder deseos a través de sus cuernos. Sin embargo, estas representaciones pertenecen únicamente al mundo de los cuentos de hadas, ya que en la realidad, el aspecto del unicornio no fue tan “espectacular”.

En cuanto a la extinción de esta especie, se cree que los factores ambientales desempeñaron un papel importante en la disminución de su población. No obstante, aún no se ha determinado con precisión la causa exacta de su desaparición.

“La comprensión del pasado nos permite hacer predicciones más precisas sobre los procesos naturales en el futuro cercano”, comentó en su momento el paleontólogo Andrei Shpanski.

El unicornio de Magdeburgo

El unicornio de Magdeburgo fue el nombre que se le dio al primer hallazgo registrado en 1663, en Seweckenberge, una estepa alemana que alberga fósiles de la Edad del Hielo.

Durante esa época, no se conocía la existencia del rinoceronte lanudo, por lo que el naturalista prusiano Otto von Guericke (1602-1686) llegó a la conclusión de que los restos pertenecían a un unicornio.

Sin embargo, con el paso del tiempo y el avance de la ciencia, se encontraron más restos óseos que desmitificaron esta versión. Finalmente, el animal fue clasificado dentro de una nueva rama de mamíferos extintos.