El uso de teléfonos inteligentes para la búsqueda de información que muy bien podría estar en la cabeza se ha hecho tan continua que los usuarios de esta tecnología se han vuelto, no necesariamente más brutos, pero sí más vagos a la hora de poner a funcionar el almacén de datos que está en la mente.

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Waterloo, en Canadá, sugiere que los usuarios de teléfonos inteligentes que son pensadores intuitivos –más propensos a confiar en el instinto y la intuición a la hora de tomar decisiones- con frecuencia utilizan el motor de búsqueda del celular en lugar de su propia capacidad intelectual.

“Pueden buscar información que realmente ya conocen o que fácilmente pueden aprender, pero no están dispuestos a hacer el esfuerzo de pensar”, indicó Gordon Pennycook, uno de los autores del estudio, según reseñado en el portal noticioso de la Universidad.

Los pensadores analíticos, por el contrario, analizan los problemas valiéndose de la lógica.

“Décadas de investigaciones han revelado que los seres humanos están deseosos de evitar el esfuerzo a la hora la solucionar problemas, así que parece probable que las personas utilicen cada vez más sus teléfonos inteligentes como una extensión de su mente”, auguró el también autor del estudio, Nathaniel Barr.

En tres estudios con 660 participantes los investigadores  examinaron varias medidas, incluida el estilo cognitivo que varía desde intuitivo a analítico, además de destrezas verbales y matemáticas. Luego, observaron los hábitos de los participantes con sus teléfonos inteligentes. ¿Qué encontraron? Que mientras más habilidades cognitivas y mayor disposición a pensar analíticamente eran, menos tiempo pasaban en el motor de búsqueda del teléfono.

“Nuestra investigación respalda que hay una asociación entre el uso repetido del teléfono inteligente y un bajo intelecto”, dijo Pennycook. Lo que todavía está sin contestar es si el celular disminuye la capacidad intelectual.

Barr expuso que es probable que ya estemos en el punto en el que no recordamos cómo era la vida sin la asistencia de los “smartphones”.