¿Comer mofongo en el metaverso? Las cosas que los boricuas podrían hacer en este mundo virtual
De primer plano, los puertorriqueños podrían sacarle una partida económica si deciden incursionar.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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¿Comer un mofongo en el metaverso? Suena extraño, inconcebible y hasta imposible, pero no está muy lejos de nuestra realidad... virtual.
La intención de esta ambiciosa apuesta de Mark Zuckerberg es replicar a la mayor precisión las actividades cotidianas, como ir al trabajo, salir de compras, bañarse en la playa, hablar con los amigos, asistir a la iglesia, viajar e incluso comer, todo a través de tu avatar, tu billetera digital, una computadora o un smartphone y unos auriculares de realidad virtual, como el Meta Quest 2 que se mercadea desde los $299.
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El metaverso apenas anda en pañales y las compañías aún no se interconectan para enlazar este mundo virtual abierto como pretende Zuckerberg, pero de primer plano, los puertorriqueños podrían sacarle una partida económica si deciden incursionar.
“Es ese espacio donde puedo vender, puedo comprar, puedo crear. Puedes tener la oportunidad de crear unos espacios de comercio que no vimos antes de la manera en que lo estamos viendo ahora, porque ahora tenemos más accesos”, explicó el consultor y experto en tecnología James Lynn.
“Cuando escuchas por ejemplo que una empresa compró por $4 millones un terreno en ‘x’ metaverso, ese terreno es una inversión porque esa empresa puede alquilar ese espacio para crear un Choliseo virtual, para crear un parque de béisbol virtual, para crear una sala de concierto virtual, para crear cualquier experiencia en ese espacio”, ilustró Lynn.
“Preparen sus carteritas porque van a invertir dinero mudándose a un espacio virtual”, comentó jocosamente.
Fortnite, el exitosísimo videojuego de Epic Games, es una perfecta probadita del metaverso: hay compraventa de skins y bailes, y conciertos como el del DJ Marshmello en el 2019 al que asistieron unas 10.7 millones de personas.
Justin Bieber hizo lo propio en la plataforma Wave el año pasado.
El metaverso también podría abrir las puertas a una educación en salones de tres dimensiones, algo más cercano a la realidad que una llamada por Zoom. “Hace más de 10 o quizás 15 años en varias universidades, y una de ellas queda en Chile, la biblioteca corre como si fuera un subsistema 3D completo. Si no puedes llegar a biblioteca, puedes caminar por ahí a través del mundo 3D”, mencionó Lynn. Algunas exposiciones virtuales de la Biblioteca Nacional de Chile pueden apreciarse en cuartos 3D desde su página web.
Como toda tecnología, el pillo siempre se las va a buscar. Una de las mayores preocupaciones del metaverso es la seguridad de los datos financieros y todos aquellos que se quieran mantener en privado.
“En el mundo digital hay gente igual que afuera. El mismo peligro que me encuentro en la calle, me lo encuentro en el espacio digital”, recordó Lynn. “Yo creo que el peligro más grande es que no te vayan a tumbar tu dinero, que entres a una plataforma que sea segura específicamente para tus datos privado, como el caso del AutoExpreso que es un caso típico de que confiamos en el gobierno, el gobierno nos confió la data a una empresa que no es del gobierno, y no lo supervisó y pasa cualquier cosa, como pasó”.