Nueva Orleans. “Esto aquí no es como Nueva York, ni como Houston, esto es más pequeñito”, advirtió Juan López Torres antes de dar una pequeña excursión por esta ciudad.

La conocida zona de poco más de 370 mil habitantes, llegó a tener una población de más de 400 mil, pero al igual que en Puerto Rico con María, sufrieron el embate del potente huracán Katrina y su densidad poblacional se redujo a la mitad. A casi 15 años del fenómeno, aun su demografía se mantiene por debajo a la del 2005 cuando fue azotada por el fenómeno.

Según datos del censo del 2010, la comunidad boricua en Nueva Orleans es de 0.3%. Es dominada por los afroamericanos con un 33% y la mayor cantidad de la comunidad hispana está compuesta por mexicanos y hondureños con 1.3% cada uno.

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Nueva Orleans tiene el principal puerto del río Mississippi y el séptimo de todo Estados Unidos.

La mayor parte de la ciudad, que fue fundada en 1718, está bajo el nivel del mar y se protege mediante diques, el cual uno de ellos colapsó en el azote del huracán y provocó que cerca del 80% de ese territorio quedara bajo agua del lago Pontchartrain y causara la muerte de 1,833 personas.

Esto provocó que las autoridades crearan murallas altas a lo largo de las autopistas, para que, en la eventualidad de si llega a ocurrir otra inundación de esa índole, el agua no sobrepase esas paredes.

La travesía seguía lo que comúnmente en Estados Unidos se le conoce como el downtown.

Por la autopista se veían muchos edificios, pero a diferencia de otras ciudades norteamericanas, pocos eran muy altos.

Antes de llegar al casco urbano de la ciudad, López Torres se desvió al Lake Pontchartrain Causeway.

“Te voy a llevar por este puente, que es superlargo. Pasa por encima del lago, pero el agua está bien pegaíta al puente. Toma como media hora pasarlo, pero nosotros vamos a coger una salida de regreso como en cinco minutos”, explicó el boricua.

Y no se equivocaba, pasamos sobre un extenso puente de 23.8 millas que fue el más largo del mundo, sobre agua, hasta que en el 2011 China completó la construcción del Jiaozhou Bay, con una extensión de 26.5 millas.

Desde la autopista también resalta otro de los atractivos famosos de la ciudad: el Mercedes Benz Super Dome, hogar de los New Orleans Saints de la NFL. El mismo ha sido sede de siete Super Bowls y volverán a hacerlo en el 2024. También ha sido escenario de conciertos de grandes artistas, como la fallecida Whitney Houston, Rihanna, Beyoncé y Ed Sheeran. La capacidad es de más de 70 mil espectadores en juegos de fútbol americano y baloncesto.

De camino también nos encontramos con el enorme cementerio de Metairie, cuyas tumbas enormes parecieran entradas de casas. La fascinación por el camposanto, al igual que la práctica del vudú, es algo muy autóctono de esta población.

Al llegar al centro de la ciudad, entramos al French Quarter o el barrio francés que hace recordar que Nueva Orleans fue una colonia de ese país.

Muchas de las estructuras conservan esa arquitectura colonial y guardan cierto parecido a las calles del Viejo San Juan. Estructuras viejas con balcones hacia afuera en el segundo y tercer piso traen similitud a la calle San Sebastián o la calle Fortaleza.

Allí también se encuentra la hermosa catedral de San Louis, construida en 1718 bajo la colonización francesa y remodelada bajo el dominio español en la ciudad, entre el 1762 al 1803. Es una de las pocas iglesias católicas en Estados Unidos que, siguiendo la tradición española, se ubica en una plaza pública.

Tres enormes torres de forma aguda de estilo neogótico hacen que esta basílica resalte desde la distancia.

Desde la entrada principal de la iglesia también se puede apreciar el emblemático Crescent City Conneciton, que consiste en dos puentes que cruzan el río Mississippi de forma paralela y que guarda un gran parecido al Golden Gate Bridge en San Francisco, California.

El recorrido siguió por la Bourbon Street, una extensa calle que no duerme y que tiene bares, clubes y restaurantes abiertos las 24 horas del día. Allí se concentra la mayoría de las personas para el famoso festival Mardi Gras.

Tal y como había advertido el boricua, Nueva Orleans no es una ciudad grande, pero al tratarse de una multicultural -que cuenta con influencias africanas, latinoamericanas, francesas y españolas- hace que sea uno de los 10 mayores destinos en Estados Unidos.