Katmandú, Nepal. Gilberto Santos es un fanático del béisbol. En su infancia y temprana juventud en la Isla jugó pelota hasta el nivel doble A juvenil.

A su llegada a Nepal descubrió que uno de los deportes dominantes es el fútbol y aunque “no soy muy bueno jugando”, alguna vez se mezcló entre nepaleses en el campo de juego. “Más bien es hablar y compartir”, dijo reconociendo su desconocimiento del deporte de talentos como Lionel Messi, Neymar y Cristiano Ronaldo.

Su corazón beisbolero latió de nuevo hace seis años, cuando comenzó a colaborar con la Asociación de Béisbol y Softbol de Nepal después de conocer de ellos en un evento deportivo al que asistió. “Al principio me pidieron que les ayudara a entrenar un equipo que estaba comenzando en el 2013, que es el equipo del Army y de la Policía Armada de Nepal, que son dos instituciones o parte del gobierno que tienen áreas de deportes. Entonces implementaron lo que es el béisbol dentro de su gama deportiva y me pidieron que específicamente entrenara ese equipo”, compartió. Actualmente existen seis equipos en el país, integrados por jóvenes entre los 18 y 25 años.

Gilberto habló de su desempeño como entrenador en un descanso de un partido amistoso que reunió a nepaleses (tres miembros del equipo nacional de béisbol de Nepal), japoneses, norteamericanos y, por supuesto, puertorriqueños (nosotros). Él aprovechó la oportunidad para exhibir su amor patrio luciendo una gorra y camisa alusiva al Equipo Nacional de Béisbol de Puerto Rico con el nombre de Javy Báez grabado en la espalda.

“De los deportistas de ahora, mi favorito es Báez, que aunque no es mi equipo favorito, creo que es un jugador bastante agresivo, bastante rápido, bastante fogoso y tiene una inteligencia de béisbol increíble, donde hace jugadas inesperadas y lo hemos visto cuando nos representa en el equipo de Puerto Rico”.

Su equipo favorito son los Orioles de Baltimore, Maryland, su lugar de nacimiento. Igual admiración siente por otros peloteros legendarios como Roberto Clemente, Carlos Baerga, Roberto Alomar y Edgar Martínez.

Esas influencias deportivas las comparte en el terreno mientras su esposa Mirely Rivera lo apoya desde las gradas vistiendo una camiseta que la identifica como miembro del #TeamGoya, nombre que adoptó para hacerse sentir.

“Yo crecí en el béisbol de Puerto Rico, desde los cinco años jugué, llegué a jugar hasta doble A juvenil y fue la manera en que adquirí lo que sé de béisbol, así que creo que lo puedo definir como un béisbol boricua, donde jugamos un poco más agresivo, y lo noto cuando veo los entrenamientos de los japoneses. El estilo japonés y el estilo puertorriqueño son diferentes. En el puertorriqueño estamos un poco más confiados en el tiro al bate y en nuestra rapidez, así que creo que es el estilo donde más me muevo o enseño”, detalló sobre el tipo de juego que enseña.

Mientras el juego entraba en calor en el campo de un colegio privado, otros miembros del equipo montaban mesas y sillas, y preparaban los entremeses y bebidas con los que cerrarían el encuentro. Lo hacían al ritmo del éxito Shaky Shaky, de Daddy Yankee, uno de los pocos artistas puertorriqueños que reconocen en esta parte del mundo.