Una hija de María.

Como a muchos puertorriqueños, el huracán María le cambió la vida a Verónica Cordero Nieves, una orgullosa camuyana que 20 días antes del azote del ciclón, salió con su esposo italiano e hijo a un viaje que suponía ser solo para bautizar a su pequeño de seis meses en Italia, pero que terminó convirtiendo a ese país europeo en su hogar.

Hoy día, con evidente entusiasmo en su voz, Cordero Nieves recuerda lo “feliz” que fue su niñez en la llamada “ciudad romántica”. Solía visitar recurrentemente la casa de sus abuelos en el barrio Piedra Gorda, y admirar la costa cercana a donde creció, una vista que hoy dice extrañar.

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La primera vez que Vero –como le gusta que la llamen- le dijo adiós a su amado pueblo fue para perseguir sus sueños de convertirse en comunicadora en la Universidad del Sagrado Corazón. De allí se fue con estudios en Relaciones Públicas y Publicidad.

Para entonces, siguió situada en la zona metropolitana de Puerto Rico y durante años combinó su amor por las comunicaciones y los niños, trabajando como payasa y siendo parte del equipo del popular grupo de animación para bebés, ¡Atención, Atención!

Pero los sueños de esta joven no pararon ahí. Dentro de sí siempre existió pasión por la moda. Ese tipo de pasión que, según cuenta, la llevaba a gastar parte de su dinero en los diseños de la conocida Ágatha Ruiz de la Prada, una empresaria de la moda con la que anhelaba trabajar.

“Ella (Ágatha) fue a hacer promociones en Puerto Rico… Y yo dije, ‘bueno, tengo dos oportunidades de conocer a Ágatha: una, me voy a vestir de payasa y me voy a presentar (en la tienda de Plaza las Américas donde estaba haciendo promoción) como para hacer el camino. Yo quería ir a trabajar con ella… y dos, ella va a estar en Telemundo’. Entonces, pues me presenté en la tienda de payasa, y después fui a Telenoticias, en Telemundo, y me presenté como Verónica”, rememoró sobre el encuentro.

La conversación con la diseñadora evolucionó al grado de que esta la instó a ir a España y buscarla. En ese momento, Cordero Nieves tenía en agenda comenzar una maestría en protocolo, precisamente, en Madrid, España.

“Siempre me ha llamado mucho la atención las casas reales. Yo recuerdo que me llevaban de chiquita a la farmacia Solmari para comprar la revista Hola. Así que me fui a Europa persiguiendo un sueño… Se me metió esto en la mente: Me voy a ir para España, voy a trabajar con esta diseñadora y voy a estudiar”, contó también.

Esa fue la primera vez que la joven se fue a vivir a otro país.

Aunque abandonó su isla con una maleta llena no solo de ropa, sino también de sueños, una vez en Madrid, la tarea de contactar a la diseñadora y trabajar para ella parecía imposible.

“Yo pensé que era más fácil”, aceptó Cordero Nieves al agregar que se presentó varias veces en las oficinas de la empresaria sin que la atendieran.

“Yo estuve meses buscándola… A mí me tiraban la puerta en la cara, porque hay muchas nenas que quieren trabajar allí, y buscar oportunidad”, dijo también.

Pero un 5 de enero, como si se tratara de un regalo adelantado por el Día de Reyes, consiguió lo que tanto buscó.

“Una víspera de Reyes me paré frente a la tienda, y algo me dijo que no me fuera de allí. Estuve como tres horas y media con mucho frío en la calle Serrano, esperando que ella apareciera. Y apareció, y cuando me vio, se acordó de mí. Dos días después empecé a trabajar con ella”, contó.

Durante un tiempo todo transcurrió según soñado, hasta que se mudó a la Ciudad de Nueva York para atender asuntos de la diseñadora en la conocida ciudad que nunca duerme.

Nueva York no era para mí”, aceptó la joven, que entonces decidió emprender un viaje a República Dominicana -donde conoció a su hora esposo, un italiano que también estaba de vacaciones en esa isla- y luego regresar a vivir a Puerto Rico.

Una vez en Puerto Rico, se mudó a Condado, se centró en su trabajo con ¡Atención, Atención! y en el 2017 dio a luz a su primer hijo. El 1 de septiembre de ese año se montó en un avión con su esposo y el retoño con destino a Italia.

El viaje tenía como propósito bautizar al niño allá, pero aunque su regreso a la isla estaba programado para el 21 de septiembre, ese boleto de avión nunca se ponchó.

Primero llegó el huracán Irma a Puerto Rico, que afectó parte de la zona metropolitana y este de la isla. Días después llegó María, un poderoso huracán categoría cuatro que no solo destrozó estructuras, sino que también dejó sin energía eléctrica y agua potable gran parte de Puerto Rico durante meses.

A la llegada del ciclón y el estrés por no saber de su familia durante días se sumó la noticia de la cancelación del vuelo de regreso a Puerto Rico.

“Primero la aerolínea nos pospuso –el vuelo de regreso- por una semana. Después dos meses. Después cancelaron el vuelo un año”, dijo.

En ese momento la joven madre estaba informada de todo lo que estaba ocurriendo en Puerto Rico como consecuencia del huracán, y tras tener contacto con sus padres y recibir su consejo sobre la situación en la isla, determinó que permanecer en Italia durante un tiempo era lo correcto.

Según dice, siempre pensó que cuando la situación mejorara, regresaría a Puerto Rico.

Pero el tiempo cobró factura.

A medida que avanzaban los días y la situación en Puerto Rico no mejoraba, su vida fue simplemente acomodándose en el norte de Italia. Primero, permanecieron en casa de sus suegros, luego su esposo consiguió un empleo, y después, coordinó para que su mamá entregara el apartamento en el que vivía en Condado.

“Nunca hubo un día en que nos sentamos a decidir qué vamos a hacer con nuestras vidas porque siempre estábamos como que esperando que todo se normalizara para ver si podíamos volver. Pero la recuperación fue lenta”, reveló con pesar en su voz.

Esa se convirtió en la segunda vez que se mudaba a vivir a Europa. La diferencia es que su “mudanza” no fue planificada y que vino acompañada de un periodo de depresión.

“Me gustaría que la historia siempre fuese feliz, pero la verdad me encontraba como todos. Aunque no vivía esa necesidad que se vivía allá –tras el huracán- era un poquito difícil encontrarme aquí… Él –su esposo- como era italiano, pues podía trabajar. El nene iba creciendo, pero yo no me encontraba en este país porque no es como que podía retomar la vida que tenía”, mencionó

“Pasé de tenerlo todo a encontrarme sola en casa con el bebé”, recordó también Cordero, quien se encuentra embarazada y en unos meses dará a luz una niña.

Fue un regalo de su esposo lo que la animó y la ayudó a construir una vida en Italia, sin dejar de lado a Puerto Rico.

“Mi esposo se dio cuenta que estaba yo en una grave depresión postparto. No diagnosticada, pero obviamente, pues...Y de regalo de cumpleaños me regaló una cámara”, dijo.

Así nació su proyecto “Hola, Soy Vero”, un canal de YouTube en el que inicialmente publicaba contenido para niños, y que ahora utiliza para presentar la vida en Italia a sus compatriotas puertorriqueños.

“Yo viajé con una maleta pequeña. Tú nunca te vas de vacaciones diciendo ‘me voy a quedar’… La gente dice mucho cuando viaja, ‘ay, me encantaría quedarme aquí toda la vida’, yo ya no digo eso ni de broma porque puede pasar. Me pasó”, cerró diciendo Cordero Nieves, al denominarse “una hija de María”.