De Ponce a Sydney: El joven veterinario puertorriqueño que salva animales icónicos de Australia
Jan Patrick Rosado Colón se ha dedicado al bienestar animal a través de la medicina veterinaria.

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Nota del editor: La serie Boricuas en la Luna destaca las historias de los puertorriqueños que han extendido las fronteras de la Isla al establecerse por el mundo, cargando con nuestra bandera, cultura y tradiciones.
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El amor hacia los animales siempre reinó en el corazón de Jan Patrick Rosado Colón, un joven de 28 años oriundo de Ponce. Atado a eso estaba, también, la pasión por la medicina, por lo que decidió, desde pequeño, que la veterinaria sería la profesión ideal para él.
¿Y qué mejor lugar que cuidar del bienestar animal que en Australia, hábitat de entre 20,000 a 30,000 especies?
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Es por esto que, una vez completó su bachillerato en ciencias naturales con concentración en biomédica de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Ponce, aplicó a escuelas de veterinaria, aprovechando y haciéndolo en instituciones “lo más lejos posible para tener nuevas experiencias, experimentar nuevas culturas, nuevos lenguajes”.
Fue así que fue aceptado a la Universidad de Sydney, facultad cuya excelencia lo llevó al puesto número 18 de universidades a nivel mundial y el primero en Australia, según se celebra en su portal web.
“Era una buena oportunidad para mí y no dudé en tomarla cuando surgió la oportunidad”, recordó el joven en entrevista con Primera Hora.
“Yo siempre he amado los animales desde muy pequeño y también siempre me ha gustado lo que es la medicina, la ciencia y pienso que, pues, medicina veterinaria es como la combinación perfecta para mí. Yo estoy súper feliz de ayudar a los animales y ayudarlos a que tengan una mejor calidad de vida y ofrecerle los tratamientos que se les puede dar, porque, como sabemos, ellos no pueden hablar, entonces para mí me alegra mucho ayudar a los animales”, continuó.
Fue en diciembre pasado que Rosado Colón culminó sus estudios de medicina veterinaria y en febrero que comenzó a trabajar. Sin embargo, ya ha abrazado experiencias enriquecedoras, como la de cuidar de los animales “icónicos” del continente.
“A veces se ven muchos de los animales que vienen a las clínicas acá que son así silvestres, como los canguros, los koalas. A veces se ve mucho que son atropellados o tienen heridas. Entonces, el poder tratarlos y ver que se mejoren y poder soltarlos a la vida silvestre nuevamente te hace sentir muy bien”, expresó al especificar que, aunque ha atendido a canguros, koalas, wombats, periquitos y cacatúas, son los koalas los que más le han robado el corazón.
Australia no ha sido la única experiencia diversa que ha vivido durante su carrera profesional. El pasado julio estuvo en la ciudad de Chiang Rai, en Tailandia, donde educó sobre “cómo se puede ayudar y salvaguardar la salud de los elefantes asiáticos de Tailandia y también cómo se puede evitar los problemas entre los elefantes y los humanos”.
Las charlas las ofrecía en un resort, el cual hace donaciones monetarias a una organización sin fines de lucro dedicada al cuidado de estos mamíferos.
“Se ha visto que a veces los elefantes entran a dónde los tailandeses crecen plantas y vegetales y, por enojo, abusan de los elefantes. Una de mis tareas era tratar de educar para evitar esos problemas, ese conflicto entre las personas y los elefantes. Fue una experiencia súper emocionante para mí, ya que nunca había estado cerca de elefantes así tan cerca y fue muy bonito, claro”, recontó.
El mensaje en contra del maltrato animal es algo que desearía que resuene más en Puerto Rico y que, así como en Sydney, se respeten más las leyes en pro de los animales.
“Algo que me encanta, por lo menos de Sydney en específico, es que ellos cumplen esas leyes animales y a los australianos les encantan los animales y siempre tratan de cuidarlos lo más posible, incluyendo las especias nativas de aquí. Las defienden muchísimo y aquí se ve que en realidad los australianos cuidan mucho de los animales, ya sean perros, gatos y las especies nativas que son tan importantes para el ecosistema de Australia como tal. En Puerto Rico, yo diría que lo que se necesita es un poquito más de promover las leyes (en contra) de la violencia animal”, estimó al también mencionar la urgencia de evitar la propagación de animales realengos.
Planes para el futuro
Los próximos dos años del joven veterinario serán de mucho trabajo, pues está enfocado en adquirir “la experiencia suficiente para poder aplicar a la especialización”, que haría en oftalmología veterinaria.
Pero primero, haría la reválida para trabajar en Estados Unidos y Puerto Rico.
“Mi plan sería ese, seguir trabajando aquí y eventualmente regresarme a Estados Unidos o Puerto Rico por lo menos un lugar más cerca de dónde está mi familia o mis amistades”, adelantó Rosado Colón, resaltando que sus padres, dos hermanos y hermana residen en la urbanización Brisas del Valle, en Juana Díaz.
Manteniendo la cultura puertorriqueña en Sydney
El encanto de Australia no ha estado exento de sorpresas y choques culturales.
El acento particular de los australianos, así como su jerga única, fue uno de los primeros cambios a los que se tuvo que acostumbrar.
“Al principio, se me hizo un poquito complicado con el idioma, porque ellos hablan inglés, pero su acento es diferente. Ellos también utilizan mucha jerga al hablar y se me hizo un poquito complicado entender lo que me estaban diciendo, porque para darte un ejemplo, ellos al ‘afternoon’ (tarde), en vez de decir ‘afternoon’, dicen ‘arvo’. Entonces, en una conversación casual, me perdía, perdía lo que me estaban diciendo. Pero, sí, eventualmente, al pasar los meses, me pude acostumbrar y ya no tengo problemas”, rememoró entre risas.

Además, aunque Rosado Colón describió a la ciudad de Sydney como el “Nueva York” de Australia, por cuanto hay una gran diversidad de culturas, confesó que es de los pocos puertorriqueños en el área. Encontrarse con sus compueblanos, sin embargo, fue una sorpresa agradable que no se esperaba.
“Cuando yo llegué, yo no había visitado a Australia nunca y tampoco había hecho mucha investigación antes de. ‘So’, cuando llegué sí fue un poquito de choque cultural, porque Australia es súper diverso. Ahora mismo yo digo que Sydney es como el Nueva York de acá, de este lado del mundo porque hay tanta gente de tantos países y yo no esperé ver tantos. Hay muchísimos latinos, hay muchísimos asiáticos y de verdad me alegró mucho la diversidad y la inclusividad en lo que es la cultura australiana.
“Yo no esperaba encontrarme puertorriqueños, ni siquiera en mi clase de veterinaria, pero cuando yo fui aceptado y tuvimos nuestra charla de iniciación, como de los primeros días, para mi sorpresa me encontré con tres (estudiantes) que ahora son veterinarias, estudiaron conmigo en mi misma clase, y me di cuenta que había muchos veterinarios también o estudiantes que estaban aplicando en la Universidad de Sydney para estudiar”, dijo al asegurar que mantienen la cultura viva, máxime al celebrar las navidades.
"Ahora, tengo un grupito, yo diría como de 10 a 15 puertorriqueños que han vivido acá, incluyendo personas que ya llevan muchos años viviendo en Sydney y, obviamente como somos los puertorriqueños, siempre buscamos cómo encontrarnos para salir y compartir y compartir la cultura y nuestras tradiciones. Pero, no hay muchos puertorriqueños aquí en Sydney o Australia en general”, agregó.