Con los niños en la casa, jugando todo el día; con amiguitos entrando y saliendo del hogar, hay que ser más precavidos que de costumbre con las mascotas, tanto perros como gatos. La mayoría de los incidentes de mordidas de perros y arañazos de gatos, ocurren por descuido de los adultos y no por “maldad” de los animales.

Es vital, pues, que consideremos tres criterios básicos para prevenir accidentes.

Temperamento y socialización

Si la mascota de la casa -ya sea perro o gato- es tímida, miedosa o huraña, o si nunca se le acostumbró a estar alrededor de personas ajenas a la familia, mientras haya visitas adentro, nunca deberá estar suelta por la casa.  La solución tampoco será amarrarla, pues eso le creará más ansiedad. Lo recomendable será mantenerla en una terraza o en un área debidamente techada y ventilada en el patio, lejos del bullicio.

De hecho, si desde que el animalito era pequeño se le acostumbró a estar en un "kennel" (jaula de transporte), mantenerlo ahí le hará sentir seguro y protegido de los "intrusos".

Si, por el contrario, el animalito pasa la mayor parte del tiempo en el patio y hay niños y adolescentes jugando y corriendo, lo propio será “guardarlo” en un cuarto amplio y fresco, donde pueda descansar tranquilo.

En ambos casos, siempre se debe dejar a la mascota con su camita, juguetes y platos de agua y comida para que se sienta segura.

Por otro lado, perros o gatos que no hayan sido debidamente socializados pueden morder o arañar, no por vicio, sino por temor a sentirse atacados. Recuerda que hasta el niño más pequeño suele ser más grande que el perro o el gato promedio, y el animal puede sentirse intimidado, sobre todo, cuando se trata de nenes que se ponen a correrle detrás, que tratan de agarrarlo contra su voluntad o “juegan” halándole las orejas o la cola, o azuzándolo pra que les corra detrás a ellos.

Cuando haya comida de por medio

Los perros y gatos provienen del lobo y los felinos grandes, y como ellos, son depredadores. Por instinto, ambos harán todo lo posible por proteger su comida,  pero los perros, sobre todo, intentarán “robar” la que encuentren mal puesta para guardarla para “cuando no haya”.  Y si, encima de eso, un perro se roba un pedazo de carne y el niño trata de sacársela de la boca, ¿cómo crees que ese perro va a reaccionar?

Mascotas enfermas o geriátricas

¿Te has fijado lo cascarrabias que se ponía tu abuelo o los regaños que, de buenas a primeras, te daba tu abuela? La ancianidad y el dolor van de la mano tanto en humanos como en perros y gatos, pues a ellos también sufren de artritis, entre otras enfermedades propias de la vejez. 

Una mascota viejita o enferma, con dolor o molestias crónicas podría no reaccionar bien a muchachitos que le pasen corriendo por el lado o a una pelota que se le escape a alguien y le pegue un cantazo. Y si a eso se añade el que, con la edad,  a los perros y gatos se les afectan el oído y la visión, un revolú de gente en la casa es como para irritar a cualquiera.

¿Has considerado sacarlo de la casa?

Tú necesitas vacaciones y, a veces, las mascotas también. Lo mismo si la parentela llega de Morovis que de Miami, introducir dos o hasta cinco personas a la vez en la casa -entre ellas, niños- donde haya una mascota que no sea muy sociable que digamos es como que "cucar" al destino y "tentar" la mala suerte. 

Si tu perro o gato es arisco o nervioso y la casa se llena de gente que viene a pasar unas vacaciones, considera dejar a tu animalito en un hotel de mascotas, así sea por una sola noche. Le estarás haciendo un favor tremendo... y te estarás quitando un montón de preocupaciones de encima.