¿Te ‘guillas’ de detective con tu pareja?
Mira lo que debes saber antes de ponerte a espiar el celular del ser amado.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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Maritza Ríos le faltaban motivos para desconfiar de su esposo, pero le sobraba curiosidad.
Esa inquietud natural de querer conocer más sobre el comportamiento de quien ha sido su pareja por 10 años fue lo que la llevó a escudriñar en su teléfono celular, esto, a pesar de que su relación era una de sumo respeto y confianza, a tal punto que no se ocultaban las contraseñas de sus dispositivos móviles. Lo que vio, aunque no le pareció alarmante, le disgustó.
“Fue simple curiosidad. Me dio con chequear, y me encontré con algo que no quería ver”, comentó la entrevistada a Primera Hora.
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“Encontré unos textos (de mi esposo) con una chica. No decía nada comprometedor, pero sí era como algo raro para mí. Ella era una persona que yo no conocía. Nada de fotos comprometedoras, ni nada comprometedor, pero sí era una comunicación bastante ‘cool’ por decirlo de alguna manera”, abundó.
Más que el contenido de los mensajes, la incomodidad se la produjo el hecho de que no conocía a la mujer con la que su pareja se texteaba y que el tono de la comunicación era “pícaro”.
“(Era) como el tipo de cosas que tú escribes cuando está despertando el interés en una persona. No me dio otras señales para que yo sospechara de él, pero de que los mensajes me sembraron la dudita, pues sí”, destacó.
A pesar de su molestia, prefirió guardar silencio. En lugar de confrontarlo sobre quién era la chica con la que se comunicaba vía mensajes de texto y qué era lo que estaba ocurriendo entre ellos, optó por indagar por su cuenta, poner más atención a sus patrones de comportamiento y revisar cada uno de sus perfiles en las redes sociales.
“Investigué todas las páginas que él tenía. Investigué Instagram; investigué Facebook... todas las redes sociales habidas y por haber, y hasta pensé en seguirlo un día. Le revisé el carro, le olía la ropa cuando llegaba para ver si olía diferente o a algún perfume (de mujer). Yo hasta probé si íntimamente él hacía algo diferente. Yo decía: ‘no, si él hace algo diferente, es que está con otra persona. Yo lo puse a prueba en todos los aspectos cuando empecé a dudar”, explicó. “Era una cosa de que yo veía el teléfono y pedía ‘¡que lo deje porque es que yo lo tengo que verificar!’”, reconoció.
Algún tiempo más tarde, cuando su esposo se dirigía a botar la basura, este olvidó su teléfono móvil sobre el sofá. “Y dije: ‘celular solo, aquí es que vamos’ y verifiqué. Vi un mensaje que no me gustó, y cuando llegó, lo confronté”, relató.
Se trataba de una compañera de trabajo que atravesaba por una separación y que había encontrado en su pareja alguien con quien desahogarse. Además, reconoció que ante los mensajes “simpáticos” de la muchacha, su esposo siempre respondió de manera “sosa”.
“Estamos hablando de que se trataba de alguien a quien yo no conozco. Me fijo, y la muchacha es superlinda. Fue como: ‘wow, ¿qué está pasando aquí?’. Además, la muchacha se veía que era supercool, mi esposo es bien cool también, y parecía como que podía haber un gancho para que algo pudiera pasar entre ellos, de que se interesaran ambos”, afirmó.
Recordó que entonces, le expresó su preocupación y sus razones para molestarse, como por ejemplo, que si en efecto, ella estaba pasando por un mal momento, ella podía confundirse con el trato que él le ofrecía.
“Él lo entendió, indicó.
Práctica común
La sicóloga clínica, Julia González González, dijo que espiar el teléfono celular de una pareja es un ejercicio recurrente en las parejas puertorriqueñas. Incluso, se trata de una conducta en la que ambos componentes de una relación tienden a incurrir.
Las razones para hacerlo son variadas, sin embargo, la más común es la desconfianza.
“De la mano de la desconfianza vienen las inseguridades. Muchas veces las propias inseguridades llevan a las personas a desconfiar de sus parejas sin ninguna razón aparente. La historia de vida de cada cual incide mucho en esto, la relación que vimos entre nuestros padres y seres más allegados a medida que fuimos creciendo o malas experiencias en relaciones anteriores influyen en nuestras creencias, pensamientos y en nuestra forma de relacionarnos con el otro. Cada uno trae su bagaje. Hay quien duda de la honestidad de su pareja porque precisamente, él o ella, no están siendo honestos”, abundó.
Del mismo modo, la experta en conducta humana explicó que, si bien se tiende a generalizar los motivos por los cuales una persona invade la privacidad de su pareja a través del celular, cada caso es diferente.
“Hay parejas en donde dicha conducta se da de ambas partes y es completamente avalada, en donde ni siquiera hablan al respecto abiertamente, pero están conscientes de que se han espiado el celular a espaldas del otro y lo aceptan como una práctica normal”, argumentó.
Subrayó que a nivel cultural, muchos puertorriqueños justifican esa conducta como una prueba de confianza y dejan a un lado que la misma puede considerarse una falta de respeto y una intromisión a la privacidad.
“Culturalmente hablando, muchos puertorriqueños creen y aceptan como norma la monogamia. Sin embargo, así mismo la infidelidad es un tema común y a su vez, muchos lo ven ya como algo normal. Sí, en efecto, es una gran contradicción, una muy característica de nuestra cultura”, sostuvo.
Recomendaciones de la experta
Escudriñar el teléfono y otros dispositivos móviles de su pareja no es recomendable, y si ha de ser aceptado o tolerado en la relación, debe ser conversado y avalado por la persona espiada.
Hable abiertamente con su pareja de cómo se siente ya sea quien está tentado a espiar o ha espiado, o la persona que ha sido espiada. La comunicación afirmativa es clave. Procure siempre comenzar la conversación en un momento de calma y no cuando los ánimos estén caldeados.
Si a pesar de dialogar abiertamente, la conducta continúa, debe entonces reevaluar si está dispuesto a tolerar y continuar una relación así.
Es importante establecer límites y comunicarlos. Sólo usted puede determinar lo que está dispuesto a aceptar y lo que no y/o hasta cuándo.
Evalúe cuál es la raíz del problema: celos sin razón aparente, celos con fundamento, desconfianza debido a relaciones pasadas, inseguridad, trastorno de la personalidad, persona dominante, creencias erróneas.
Quien incurre en estos actos de forma repetida o sin razón aparente puede recurrir a un proceso de psicoterapia para identificar por qué actúan así y poder asumir otro posicionamiento.
Si usted reconoce que tiene un serio problema de desconfianza osufre de inseguridades, sea honesto con su pareja al respecto y hable sobre qué cosas activan esos sentimientos.
La única situación en que se justifica indagar el teléfono de la pareja es una emergencia en la que sea de extrema ayuda buscar algún número o información.