Prácticas sexuales peligrosas que podrían afectar la salud
Profesionales de la salud levantan bandera.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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El mundo del sexo está lleno de experiencias; sin embargo, debe ser un lugar saludable y seguro, según varios sexólogos.
Existen nuevas prácticas sexuales que están fuera de lo recomendable por parte de los profesionales de la salud.
De hecho, EL TIEMPO habló con una experta sobre algunos de estos métodos, las consecuencias y por qué no hacerlos.
Algunas de ellas podrían ocasionar afecciones dolorosas, aumentar la probabilidad de contraer VIH o alguna enfermedad sexual, tener embarazos no deseados, perder el control de los esfínteres o experimentar fuertes dolores.
Bugchasing
El Bugchasing es una práctica en la que las personas buscan contraer intencionalmente enfermedades de transmisión sexual, como el VIH, también conocido como “bug” en este contexto.
Es importante tener en cuenta que este comportamiento es ampliamente considerado peligroso, poco ético y potencialmente perjudicial para la salud. De hecho, portales especializados la describen como autodestructiva y letal.
De acuerdo con Ana Giraldo, sexóloga de Pink Secret Colombia, esta es una peligrosa práctica de excitación, no recomendable, en la que unas personas que no tienen VIH pueden sostener relaciones sexuales con personas que sí, sin ningún tipo de protección, y estar en el límite de contraer o no contraer la enfermedad.
La experta señala que esta práctica es irresponsable debido a que “en todo encuentro sexual, el autocuidado y la prevención deben ser esenciales”.
La promoción de conductas de riesgo como el Bugchasing no solo es peligrosa para la salud individual, sino que también puede contribuir a la propagación de enfermedades y tener un impacto negativo en la salud pública.
Fisting
El Fisting es una práctica sexual que consiste en la dilatación vaginal o anal para insertar todo un puño. Es importante mencionar que las opiniones de los sexólogos en este tipo de praxis son muy variadas.
De hecho, según ‘ABC’, el Fisting se puede practicar siguiendo un protocolo muy específico, en el que el consentimiento, la comunicación, la lubricación adecuada, el conocimiento de los riesgos y el asesoramiento de expertos son esenciales.
La sexóloga Ana Giraldo señala que “cuando es una práctica de índole anal puede que a largo plazo genere incontinencia anal y dolores. Es una práctica extrema que debe tener muchos cuidados”.
Y explica que es posible que a largo plazo las personas que hagan el Fisting “defequen sin querer porque no tiene control del esfínter anal”.
La experta señala que las personas que les cause excitación este tipo de prácticas, las realicen de forma más segura. De hecho, recomienda que se usen “dilatadores anales que se encuentran en la industria”.
Chemsex
Chemsex, como su nombre lo indica ‘chemical’ (química) y ‘sex’ (sexo), es una práctica conocida por el uso de drogas en el contexto de encuentros sexuales para potenciar la experiencia sexual, ya sea aumentando el deseo, reduciendo las inhibiciones o prolongando la actividad sexual.
De acuerdo con medios especializados, los alucinógenos más comúnmente asociadas con el Chemsex son la metanfetamina (cristal de metanfetamina), la mefedrona (también conocida como M-Cat o Miau-Miau), el GHB (ácido gamma-hidroxibutírico) y la mefentermina.
De hecho, Ana Giraldo le cuenta a EL TIEMPO que es una práctica de mucho cuidado en el que la mesura, el autocuidado, y el consenso es vital; sin embargo, señala que no es responsable convertirse en usuarios recurrentes de estos encuentros.
Es como caminar en la cuerda floja, pues medios especializados señalan que el consumo prolongado de ciertas drogas puede tener efectos negativos en la salud general, como daño cerebral, daño renal o problemas cardiovasculares.
Además el Chemsex puede llevar a la pérdida de control, impulsividad sexual, prácticas sexuales de riesgo y una mayor exposición a infecciones de transmisión sexual.
Incluso, puede afectar la salud mental, ya que “una de las mayores consecuencias es pretender que la vida real sea como la vida que da estas drogas, que no es la realidad”, explica Ana Giraldo.
El juego del muelle
En 2017 se comenzó a popularizar ‘El juego del muelle’, una preocupante práctica sexual entre los adolescentes.
De acuerdo con expertos, esta praxis consiste en que varios hombres se ponen en círculo sin ropa interior y, mientras están erectos, las mujeres del grupo van rotando cada 30 segundos forzando la penetración. El que primero eyacula, pierde.
La también conocida ‘ruleta o carrusel sexual’ pone en peligro a todos los participantes, debido a que pueden contraer alguna enfermedad sexual o llegar a tener un embarazo no deseado.
De acuerdo con el diario ‘El Confidencial’, “esta práctica casi siempre está envuelta en un ambiente plagado de consumo de alcohol —y en ocasiones también drogas”.
Según la sexóloga, debido a que esta práctica se hace sin protección, “las consecuencias son el aumento de la probabilidad de contraer una enfermedad sexual y embarazos no deseados con el agravante de no saber quién es el padre”.
Además, como se realiza una penetración forzosa, “la mujer puede experimentar un dolor que no debe sentirse en la relación sexual”, según cuenta la experta a EL TIEMPO.
De acuerdo con estudios, los adolescentes son los más propensos a realizar el juego por aceptación.
Tenga en cuenta:
Estas son solo algunas de las muchas prácticas sexuales que no son recomendables debido al riesgo que puede generar en la salud general.
Ana Giraldo recomienda que “en las experiencias sexuales deben estar presentes el autocuidado, la comunicación, los límites y el consenso”.
El sexo puede estar lleno de experiencias saludables y placenteras, sin arriesgar la salud física ni mental. De hecho, los juegos de roles y los juguetes sexuales están diseñados para eso.
Por esta razón, evite practicar cualquiera de estas formas sexuales que causen dolores y afecten la salud general. Siempre es importante hacer un llamado al autocuidado.