“¿Y la novia, pa’ cuándo?” “¿No me vas a dar nietos?” “¡Ya estás jamona!”

Esto suelen escuchar las personas solteras a diario, máxime cuando se acerca la fecha de festividades como el Día de San Valentín, en el que –principalmente– se celebra el amor entre parejas.

La presión no solo es social y familiar, sino también comercial, pues son bombardeados por productos repletos de corazoncitos rojos y las ventas de ramilletes gigantescos de rosas, peluchitos y joyería.

Es por esto que surge el Día Mundial del Soltero, fecha que busca reafirmar que no supone una necesidad apremiante estar en una relación amorosa para vivir una vida plena, para aquellos que no tienen pareja.

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La celebración –lea bien– tiene dos fechas: el 13 de febrero y el 11 de noviembre.

Y es que en nuestra cultura es común ver, desde la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, el cumplimiento de estándares sociales que incluyen entrar a un matrimonio a una edad relativamente joven y, rápidamente, procrear hijos. Esta ideología persiste, pese a que la mentalidad y estilo de vida de los jóvenes modernos ha evolucionado.

“La historia ha cambiado, no obstante, la presión social todavía está ahí', aseguró la doctora Nina Martínez, catedrática asociada del programa de consejería psicológica de la Universidad Albizu.

La mayoría de los cambios, especialmente en la manera en que las féminas se comportan en la sociedad, son influenciados por “los aspectos del feminismo”, pues “tenemos más mujeres que son estudiantes y las mujeres prefieren tener hijos más tarde, porque quieren tener más estabilidad económica, quieren enfocarse más en ellas mismas”, analizó Martínez.

Tenemos que mirar que hay otros factores que han hecho que hoy día tengamos más gente soltera a edades más tardes. No obstante, tenemos la situación de que muchas veces son asediadas de nuevo por esta mentalidad que todavía está ahí, de que ‘Dios mío, ¿no te vas a casar? ¿No vas a tener hijos?, etcétera, etcétera”, agregó.

Desligándose de costumbres retrógrados, Martínez resaltó que el entrar a una relación e, inclusive, en un matrimonio es, simplemente, una “opción” de vida, así como lo es mantenerse soltero.

“La gente hoy en día quiere estar con una pareja porque realmente quiere estar en esa relación... Estamos viviendo unos tiempos donde, yo diría, es el momento donde más opciones las personas tienen, de que, si quieren estar en pareja, si no quieren estar en pareja. De hecho, hasta la maternidad y la paternidad, porque hoy en día cualquier mujer puede decidir congelar sus óvulos, porque no quiere tener hijos (a una edad tan joven). Así que, no hay para mucha gente este ‘rush’ biológico, porque es más importante o puede ser más importante estudiar, enfocarme en mí mismo”, recalcó.

Cumplir con un estándar social que no alinea con los deseos individuales de cada persona puede terminar en una vida catastrófica, pues estas relaciones apresuradas “no terminan bien”.

¿Cómo sobrevivir San Valentín sin pareja?

Martínez compartió varias herramientas para armar a aquellos solteros y solteras ante la presión familiar, social y comercial que suele arrastrar el 14 de febrero.

En primer lugar, recomendó hacer un “trabajo de introspección constante” para analizar los deseos futuros, la validez de sus creencias religiosas y culturales y, así, establecer si realmente estar en una relación o casarse es un deseo personal o si es influenciada por terceros.

“Por ejemplo, ¿es verdad que yo me tengo que casar para realizarme? ¿Quién estableció eso? Porque puede haber personas que deciden soltería por opción. (Hay gente que dice) ‘Yo decido que yo no quiero comprometerme, que no quiero tener hijos’. Pero, ¿cuáles son mis razones? Eso es un trabajo personal que cada persona tiene que hacer”, indicó.

De igual manera, sugirió mantener un cierto grado de privacidad de la vida íntima de cada persona, por lo que es mejor abstenerse de publicar el estatus romántico en las redes sociales. De esta manera, evita el “bombardeo” de comentarios de personas ajenas a las razones personales de cada persona por su estatus social.

Además, dijo que la comunicación abierta con la familia es sumamente importante y ayuda en evitar comentarios pocos deseados.

“Si hay comunicación abierta dentro de la familia, los hijos pueden explicarles a los padres ‘pues mira, ya tú hiciste tu vida y escogiste tener hijos. Esta es mi vida y yo escojo’”, estableció la doctora.

Sobre todo, es menester evitar que el “qué dirán” dicte la pauta de nuestras vidas.

“Eso requiere mucha introspección, porque tienes que llegar al punto de saber si mi decisión de estar solo o sola es por opción o es que tengo miedo de tener pareja, o si es por aspectos quizás egoístas, porque no quiero complicarme la vida o, simplemente, creo que no es una opción que yo considero que es mejor para mí. ¿Por qué no?”, enfatizó.