¿Fuiste su amante y ahora, temes que te sea infiel?
Él abandonó a su esposa para establecer una relación contigo, pero ahora, temes que te pague con la misma moneda que a ella.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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Después de vivir en las sombras, Alexandra (nombre ficticio) logró su objetivo: Manuel, quien ha sido su pareja por los pasados tres años finalmente dejó a su esposa para iniciar con ella una relación con todas las de la ley.
Ahora que viven juntos y el parece ser un compañero comprometido, Alexandra podría estar celebrando, pero algo muy en el fondo no la deja vivir a plenitud esta nueva etapa entre ellos, y es el temor a que Manuel repita la historia y le sea infiel, así como lo hizo con su esposa.
Para la sicóloga clínica Libna Sanjurjo las dudas y el miedo en un caso como este siempre van a depender de las circunstancias en que se dio la infidelidad. Es importante, a su juicio, identificar los verdaderos fundamentos de esos sentimientos para poder plantearlos a su pareja de la manera correcta y buscar la ayuda que necesita para poder echar adelante su relación.
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“Ese miedo que experimenta esta mujer que ahora es la pareja, pero que fue la amante, puede ser con fundamento o sin fundamento”, afirmó.
Los miedos con fundamentos, explicó la experta, son aquellos en los que se tienen hechos concretos que sostienen esa emoción. Por el contrario, los infundados responden mayormente a experiencias propias y su juicio sobre situaciones, temores, inseguridades y conductas que refleja en otras personas, en este caso, en su pareja, y que es lo que se conoce como proyección.
“Hay veces en que tú tienes un historial de esa persona que te puede hacer pensar que ese miedo que estás experimentando tiene unos fundamentos, y es importante tomar ciertas acciones para poder lidiar con eso”, señaló.
Es por esa razón que es importante para las mujeres que se encuentren en la posición de Alexandra, entender los posibles motivos por los que su actual pareja fue infiel.
“Quizás la fidelidad no es un valor para esa persona y no le da peso y no lo considera importante en sus procesos de toma de decisiones. Para mí, esa (razón) es preocupante en el sentido de que él no considera la fidelidad como un valor que lo va a ayudar a establecer límites claros para no ser infiel porque la infidelidad no está en su categoría de valores”, subrayó.
Otra de las causas más comunes de la infidelidad es la ausencia de un buen manejo de emociones. En este renglón, es donde se clasifican aquellas personas que recurren a la infidelidad como escape a los conflictos que pueda estar enfrentando en su matrimonio.
“Es importante que si una persona, por esas razones fue infiel, en sus próximas relaciones haya cobrado conciencia de que tomó la puerta de la infidelidad por esta carencia de destrezas sociales y que asuma su responsabilidad al respecto y se adiestre en lo que son estas destrezas sociales para que cuando vengan conflictos posteriores no caiga en estas dinámicas”, recomendó.
En otros casos, recalcó, la infidelidad se produce cuando el individuo no sabe cómo controlar sus impulsos sexuales, carece de dominio propio y se dejan llevar por sus instintos. De acuerdo con la experta en parejas, cuando el engaño se produce por el motivo antes mencionado es alarmante porque se entiende que la carencia de autocontrol en los impulsos sexuales puede llevar a la persona a volver a cometer infidelidad.
Para poder atender este tipo de casos, donde el miedo ser víctima de la infidelidad cuando antes se fue la tercera persona en la relación, es fundamental ver cada caso por separado.
“He tenido casos, por ejemplo, donde ella conoce el nivel de actividad sexual de la persona y las razones particulares que lo llevaron a él a ser infiel porque vivieron esa experiencia sexual-pasional en el proceso extramarital, y ellas si no ven algún tipo de conciencia o introspección de esa persona en torno a ese aspecto puede ser que le genere mucha desconfianza y miedo, que se traduce en ansiedad. Los he visto en terapia. No es siempre porque hay parejas donde los conflictos son otros”, comentó.
De la mano con los temores y dudas, puede que la mujer experimente también sentimientos de culpa y arrepentimiento. Esas emociones van a depender de las circunstancias en que se haya dado la relación, cómo haya sido la dinámica de pareja, sus valores y concepciones sobre la vida.
Cuando esos sentimientos comienzan a acechar a una persona, lo primordial es que esta lo comunique a su pareja.
“En toda buena relación de pareja es importante que yo exprese mis emociones, sean cuales sean. Eso me va ayudar a mí a clarificar, a no malinterpretar y a no asumir porque son precisamente los pensamientos que uno tiene lo que abonan a los sentimientos del miedo o culpa. Es importante comunicar eso para que esa otra persona me dé feedback (retroalimentación) y entonces yo pueda de cierta manera organizar mis pensamientos y manejar mis emociones”, sostuvo.
“Con ese feedback yo sigo procesando mis emociones para al final yo poder manejar mi miedo y mi sentimiento de culpa porque si no yo no voy a poder disfrutar mi relación de pareja”, continuó.
Sin embargo, más allá de expresarle a su pareja cómo se siente, es fundamental que esta mujer, que fue la amante en su momento, asuma la responsabilidad por las inquietudes que esté experimentando y las procese de forma individual.
“Es bueno que en toda relación emocional que haya esa intimidad emocional y que ambos se expresen porque la relación es de dos”, observó.
Sanjurjo además enfatizó en que hay que separar la culpa del arrepentimiento y entender que el segundo de estos sentimientos conlleva la toma de acciones que remedien el daño cometido, lo cual incluso podría implicar terminar con la relación.
“Hay que ser bien cauteloso porque de qué vale pedirle perdón a alguien y seguir todavía con esa persona que le quité. No sé cuan genuino la otra persona puede ver eso. Quizás, yo creo que debe ser un proceso un poco más personal”, reiteró.
La sicóloga, por otro lado, invitó a este tipo de parejas a invertir en su relación independientemente del pasado, y hacer lo posible por tomar las mejores decisiones en adelante.
“Muchas veces uno tomó ciertas decisiones en la vida porque era inmaduro, porque no tenía consciencia de sus actos, porque no tenía claras sus metas y tenía un mal manejo de sus emociones. Yo siempre creo que no debemos juzgar a nadie y que debemos más bien trabajar con nosotros mismos, con nuestras propias emociones y áreas personales, que la historia de pareja que ambos tengan puedan trabajarla en conjunto con lo bueno y lo malo de esa historia. Quizás tomamos malas decisiones en el pasado, pero ahora tenemos la oportunidad de tomar mejores decisiones en el presente”, puntualizó.