Confesiones de una “swinger” en Puerto Rico
Para comprender mejor el mundo de los “swingers”, conversamos con "Priscilla", una mujer de 33 años que lleva ocho años en esta práctica junto con su esposo.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 11 años.
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Para comprender mejor el mundo de los “swingers”, conversamos con "Priscilla", una mujer de 33 años que lleva ocho años en esta práctica junto con su esposo.
¿Qué te motivó a iniciarte en esta práctica?
“Fue por acuerdo mutuo entre mi pareja y yo, hace ocho años. Ambos teníamos esta fantasía y queríamos realizarla y complacernos, además de salir de la rutina del día a día”.
¿De qué manera afectó –positiva o negativamente- la relación de ustedes?
“Ha sido bien bueno porque nos hemos dado cuenta de otras cosas que nos han gustado y que no conocíamos. Ahora podemos hacerlas nosotros dos como pareja y de verdad que nos gusta. Por eso hemos continuado (en el swinging)”.
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¿Puedes narrar alguna experiencia negativa de esta práctica?
“Ninguna. Tal vez, al principio, que había un poco de susto por ser algo nuevo”.
¿Cuáles son los requisitos para participar del “swinging”?
“Es bien importante que como pareja no hayan celos y que estén seguros de lo que tienen como relación. Y si piensan que en el matrimonio hay un problema y que con esto se va a solucionar, eso no es así. Deben sentirse muy seguros el uno del otro y tener en mente que esto es sólo una fantasía más que se va a cumplir, y ya”.
Una vez en la actividad, ¿es obligatorio tener alguna intimidad sexual?
“No. Cada cual decide lo que va a hacer. No deben sentirse forzados por su pareja a hacer algo que no quieran. Y siempre se recomienda el uso del condón”.
¿Dónde se llevan a cabo estas actividades?
“Hay gente que presta sus casas. En el caso de nosotros (como pareja), coordinamos fiestas para este propósito. Alquilamos algún local, y cobramos por actividad. No aceptamos hombres solos ya que muchas veces son casados. Hay juegos, sorteos de regalos, música y entremeses como una fiesta cualquiera”.
¿Cuánto suelen durar estas fiestas?
“Por lo general comienzan a las 9:00 de la noche, y terminan a las 4:00 o 5:00 de la mañana”.
Una vez en el local, ¿cómo se designan las áreas para tener contacto sexual?
“Se les llama VIP rooms. Son unas áreas designadas donde hay unas camas y unos sofás donde hay más privacidad. Hay cortinas y allí hacen lo que van a hacer. Las cortinas cerradas indican que las parejas que están ahí quieren privacidad, y que no puede entrar más nadie. Si están abiertas, y hay personas adentro teniendo sexo, es una invitación a que sigan entrando más personas”.
Basándose en sus experiencias, ¿qué edad promedio es la de las personas que suelen frecuentar esta práctica?
“Hay de todo, desde parejas de 21 años (de edad) hasta los 60. Pero, por lo general, fluctúan entre los 30 y 50 años, muchos de ellos gente madura y que llevan muchos años de matrimonio. En el caso de la chicas, la gran mayoría están ansiosas por probar estar con otra chica, y se hacen llamar “bicuriosas”. Otras están claras de que les gustan las chicas, y que son bisexuales. Sin embargo, en el caso de los hombres es diferente. Casi todos son heterosexuales. Aunque siempre hay de todo”.
¿Puedes mencionar algún concepto erróneo que tiene la gente que no conoce bien esta práctica?
“Sí. La gente piensa que cuando dicen que hay una fiesta swinger, lo que van a encontrar es una orgía, y eso no es así. Las actividades se llevan a cabo como en una discoteca. Todo el mundo va y bebe y socializa. Hay gente que quizás tenga sexo allí. Hay gente que no. Quizás los conozcan y en otro momento dado tengan sexo. Pero no necesariamente lo que van a encontrar allí es gente desnuda y teniendo sexo por todos lados”.
¿Consideras que el “swinging “implica infidelidad?
“No. No es ser infiel. Es simplemente sexo. No envuelve otras cosas que serían una infidelidad, además de que ambas partes están de acuerdo haciendo lo que están haciendo. En una infidelidad una de las partes no está de acuerdo, y hay otras cosas como lo que llamamos chillería, donde hay algo más, sentimientos envueltos, hijos fuera del matrimonio, y esas cosas.
¿Qué piensas de aquellos que critican esta modalidad?
“Yo lo veo cada experiencia de aprendizaje de la vida. Además, quiero decir que en Puerto Rico hay mucha gente metida en este ambiente, lo que pasa es que no lo dicen por eso mismo (por las críticas), pero de que hay mucha gente, la hay”.