¿A dónde se fue el deseo sexual y cómo lo recupero?
“Para las mujeres, el deseo sexual no es un simple reflejo biológico, es una experiencia compleja que involucra emociones, pensamientos, experiencias pasadas y el contexto en el que se encuentran”.
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Seguramente, al escuchar el término deseo sexual nuestra mente se inunda con escenas de pasión, furor y sobre todo acciones espontáneas entre dos personas que se desean uno al otro con mucha intensidad.
Pero no siempre sucede así en la vida real. El deseo sexual entre las parejas no siempre esta sincronizado y lo que antes encendía la chispa puede ya no funcionar igual. Y es que los seres humanos estamos en constante evolución, lo que incluye nuestros gustos y placeres.
El deseo sexual es una parte natural y esencial de la vida misma, que impulsa nuestras conexiones, tanto físicas como emocionales. El deseo ha sido muchas veces malinterpretado, minimizado o envuelto en mitos que dificultan su exploración, especialmente en la sexualidad de la mujer.
Como sexóloga, creo que es crucial entender qué es el deseo sexual, qué factores lo afectan y cómo podemos cultivarlo para que podamos vivir una sexualidad de manera libre, auténtica y plena.
¿Qué es el deseo sexual?
Es la motivación o impulso para participar en actividades sexuales. Puede ser desencadenado por estímulos, tanto físicos como psicológicos, y varía significativamente entre personas e inclusive en diferentes etapas de la vida. El deseo sexual no es un fenómeno constante o uniforme; es dinámico y puede fluctuar a lo largo del tiempo, dependiendo de una variedad de circunstancias. Para las mujeres, el deseo sexual no es un simple reflejo biológico, es una experiencia compleja que involucra emociones, pensamientos, experiencias pasadas y el contexto en el que se encuentran.
Es importante destacar que no existe un nivel “normal” de deseo sexual y que hay dos tipos de deseos.
La mayoría de las personas cree que el deseo sexual es algo que simplemente surge de manera natural. Este es lo que conocemos como deseo sexual espontáneo, que aparece sin necesidad de un estímulo externo específico; puede ser desencadenado por pensamientos sexuales, imágenes eróticas o, incluso, nada en particular. Este tipo de deseo es comúnmente asociado con los hombres, aunque también está presente en mujeres.
Por otro lado, el deseo sexual reactivo es aquel que se despierta como respuesta a un estímulo, como el contacto físico o una situación emocionalmente íntima. Para muchas mujeres, el deseo sexual no se presenta de manera espontánea, sino que se activa durante el proceso de la intimidad. Este tipo de deseo es igual de válido y común, y no es una señal de que algo esté mal. Comprender y aceptar el deseo reactivo puede ser un paso importante hacia una sexualidad más plena y libre de prejuicios.
De hecho, existe un modelo de respuesta sexual femenino creado por Rosemary Basson, médica y sexóloga, que ofrece una visión más detallada de la sexualidad femenina. Este modelo sugiere que el deseo sexual en las mujeres a menudo no sigue un patrón lineal y espontáneo, sino que está profundamente conectado con la intimidad emocional y la motivación para buscar cercanía con la pareja. Recuerda, la satisfacción sexual no se mide solo por la excitación o el orgasmo, sino también por la conexión emocional y el placer de estar con la pareja. De igual forma, el orgasmo no debe ser la única finalidad de un encuentro sexual.
El deseo sexual puede ser influenciado y afectado por diversos factores, algunos de los más comunes incluyen:
Físicos: La vida moderna, con sus demandas constantes, puede llevar a un agotamiento tanto físico como mental. El estrés crónico puede afectar negativamente el deseo sexual, reduciendo la energía y la capacidad de disfrutar de la intimidad.
Cambios hormonales: La menopausia, el postparto y otros cambios hormonales pueden influir significativamente en el deseo sexual. Estos cambios pueden llevar a una disminución en la lubricación vaginal, lo que puede hacer que la actividad sexual sea incómoda o incluso dolorosa, reduciendo el deseo.
Emocionales: El deseo sexual está profundamente ligado a nuestro estado emocional. Factores como la autoestima, la imagen corporal, la depresión y la ansiedad pueden influir. Una relación de pareja saludable y la comunicación abierta también son esenciales para mantener un deseo sexual positivo.
Problemas de pareja: La conexión emocional con la pareja es esencial. Los conflictos no resueltos, la falta de comunicación o la desconexión emocional pueden disminuir el deseo sexual.
Culturales y sociales: Los mitos y tabúes sexuales, así como las expectativas sociales sobre cómo “debería” ser el deseo sexual femenino pueden inhibir la capacidad de una mujer para experimentar su deseo de manera libre y satisfactoria. La presión cultural para conformarse a ciertos roles o comportamientos sexuales puede llevar a la represión del deseo.
¿Cómo recuperar o aumentar el deseo sexual?
Comencemos aclarando que no se trata de un interruptor que se enciende y se apaga a voluntad; ojalá fuera así de fácil. Sin embargo, hay estrategias que pueden ayudar a cultivarlo:
- Conexión con el propio cuerpo: Tómate el tiempo para explorar y conocer tu propio cuerpo de forma individual y en pareja. La exploración sin culpa ni vergüenza te permite descubrir qué es lo que te produce placer, lo que a su vez puede aumentar el deseo.
- Educación y comunicación: Desmitificar la sexualidad a través de la educación sexual es esencial. Habla con tu pareja sobre el deseo, compartan fantasías y tengan una conversación honesta sobre las necesidades y deseos. Esto puede revitalizar su vida sexual.
- Reducción de estrés: Desconectar para conectar. El autocuidado incluye tanto el bienestar físico como emocional; aliméntate mejor, bebe más agua y ejercítate. Pueden recurrir a diferentes métodos de relajación de forma individual o en pareja, como la meditación, masajes y el tiempo de calidad, esto puede reducir el estrés y como resultado mejorar el deseo sexual.
- Crear un ambiente íntimo: Un espacio que promueva la intimidad, libre de distracciones, puede facilitar el deseo sexual. Dedíquense tiempo para simplemente estar sin la interferencia de la rutina diaria. Esto les permitirá fortalecer la conexión y el deseo mutuo.
Entender y recuperar el deseo sexual es un viaje profundamente personal. Al liberar tu sexualidad de los mitos, tabúes, presiones, expectativas y al aceptar las diferentes formas en que el deseo puede manifestarse pueden reconectar con su placer de manera auténtica y plena. Si estás lista, sígueme en redes sociales para más contenido que te ayude a explorar y mejorar tu sexualidad o agenda una consulta hoy mismo.
(Puedes sguir y consultar a la autora a través de sus redes sociales como @LaylaMParty.)