Verdades ocultas de las cirugías estéticas
Descubre los riesgos en la piel de procedimientos estéticos y cómo prevenirlos para obtener resultados seguros.
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Las cirugías estéticas ofrecen la promesa de mejorar la apariencia física, pero detrás de estos procedimientos hay complicaciones relacionadas con la piel que se mencionan poco, pero que ocurren con mayor frecuencia de lo que se piensa. Entre estas complicaciones, se destacan infecciones, necrosis y problemas de cicatrización, que pueden afectar gravemente tanto los resultados estéticos como la salud del paciente.
Complicaciones comunes
A pesar de los avances tecnológicos en el campo de la cirugía, las complicaciones relacionadas con la piel siguen siendo una realidad para muchos pacientes. Estas incluyen:
Infecciones postoperatorias. Las infecciones son uno de los principales problemas después de una cirugía estética. Pueden manifestarse en el sitio de la incisión o en la piel circundante, provocando enrojecimiento, dolor, secreción de pus e incluso necrosis cutánea si no se trata adecuadamente.
Necrosis cutánea. La necrosis ocurre cuando el tejido no recibe suficiente oxígeno y nutrientes, lo que resulta en la muerte del tejido. Factores como la mala circulación, el tabaquismo y la tensión excesiva en los tejidos durante la cirugía aumentan el riesgo de necrosis. Además, la presencia de tejido adiposo, que tiene menos vascularización, también predispone a la necrosis en cirugías como la liposucción o abdominoplastia.
- Factores internos: Incluyen la diabetes, el tabaquismo, la edad avanzada, la mala circulación y la presencia de tejido adiposo en el área (las áreas con mayor cantidad de grasa tienen menor vascularización, lo que predispone al tejido a la necrosis debido a la falta de oxígeno).
- Factores externos: Incluyen presión excesiva en los tejidos, uso inadecuado de técnicas quirúrgicas, tensión en los tejidos (cirugías que ejercen demasiada presión sobre los tejidos, como abdominoplastias, pueden comprometer la circulación), infecciones, uso prolongado de ropa de compresión postoperatoria y la inmovilidad por parte del paciente (lo que limita el drenaje linfático).
Uno de los aspectos clave en el manejo exitoso de las complicaciones postoperatorias en este tipo de cirugías es la intervención temprana, especialmente cuando se trata de complicaciones de la piel. La identificación rápida de problemas como infecciones, dehiscencias o necrosis es esencial para evitar que se agraven y se conviertan en problemas mayores.
La mayoría de estas complicaciones suelen manifestarse una vez que el paciente ha sido dado de alta del hospital, lo que hace crucial la vigilancia en el entorno comunitario. Aquí es donde la participación del paciente juega un papel vital. Involucrar al paciente en el cuidado de su herida, enseñarle a identificar signos de infección o problemas de cicatrización, y utilizar herramientas como la telemedicina con un experto en manejo de heridas para un monitoreo continuo son estrategias clave para el éxito del tratamiento.
De acuerdo con los estudios recientes, la implementación de programas de monitoreo posquirúrgico y la educación del paciente para el autocuidado pueden reducir significativamente el riesgo de complicaciones graves. Estas prácticas permiten un diagnóstico temprano y una intervención oportuna.
El desafío del referimiento oportuno y los “paquetes” postoperatorios
Uno de los principales desafíos que enfrentan los pacientes tras someterse a cirugías estéticas es el retraso en el referido a servicios especializados en manejo avanzado de heridas. Con frecuencia, el referido a estos servicios llega demasiado tarde, cuando ya se ha perdido una ventana crítica en la que los resultados podrían haber sido mucho más satisfactorios desde el punto de vista estético.
Es común en muchas clínicas estéticas, tanto en Puerto Rico como en el extranjero, que se ofrezcan paquetes postoperatorios junto con la cirugía, los cuales incluyen terapias como drenajes linfáticos, entre otros tratamientos. Estos paquetes, en ocasiones, priorizan más el beneficio económico que el bienestar del paciente, ya que la remisión a un especialista en manejo de heridas solo ocurre una vez que se han completado los servicios del “paquete”. Para cuando el paciente finalmente es referido, las oportunidades de mejorar los resultados con terapias avanzadas se han reducido considerablemente.
El objetivo no es demeritar el valor de estos tratamientos postoperatorios, que pueden ser beneficiosos en su justa medida, sino subrayar la importancia de un referido temprano a los especialistas en heridas. Un abordaje multidisciplinario, que combine desde el principio la experiencia del cirujano plástico con la del especialista en manejo avanzado de heridas puede asegurar resultados más estéticos y reducir el riesgo de complicaciones.
Colaboración con el especialista en manejo avanzado de heridas
Es fundamental que el cirujano plástico trabaje en estrecha colaboración con un especialista en manejo avanzado de heridas, no solo para integrar las técnicas más efectivas, sino también para mantenerse actualizado en las mejores y más recientes prácticas de tratamiento. Lamentablemente, todavía hay profesionales que siguen recomendando métodos obsoletos como el uso de agua y jabón para limpiar las heridas y dejar la piel “al aire libre” para que “respire”, como si las heridas tuvieran una nariz ahí mismo. Estas prácticas, aunque comunes en décadas pasadas, ya no son recomendadas en el contexto de la medicina moderna.
Las técnicas actuales de manejo de heridas promueven un ambiente húmedo controlado, que ha demostrado ser mucho más efectivo para acelerar la cicatrización y prevenir complicaciones. Las curas dos veces al día y diarias son parte del pasado, ahora las terapias avanzadas como los apósitos bioactivos y las tecnologías de presión negativa, respaldadas por evidencia científica, son esenciales para asegurar que el paciente reciba el mejor cuidado posible. Por ello, la educación continua y la actualización en el manejo de heridas deben ser prioritarias para profesional comprometido con brindar resultados óptimos, dejando a un lado los “egos” y trabando multidisciplinariamente en pro del mejor beneficio para sus pacientes.
Recomendaciones en terapias avanzadas para el manejo postoperatorio
Existen terapias avanzadas que pueden hacer una gran diferencia en la recuperación de un paciente tras una cirugía estética:
- Terapia de presión negativa (NPWT): Mejora el flujo sanguíneo y la oxigenación de los tejidos, lo que reduce el riesgo de necrosis y acelera la cicatrización.
- Apósitos bioactivos: Estos apósitos interactúan con la herida a nivel celular, promoviendo la regeneración tisular y minimizando el riesgo de infección.
- Tecnología de telemedicina: Para facilitar el monitoreo de la evolución de las heridas, se recomienda el uso de herramientas tecnológicas que permitan a los pacientes enviar fotografías de la herida a sus médicos para una evaluación remota.
En conclusión, las cirugías estéticas, aunque populares y con resultados estéticos prometedores, conllevan riesgos importantes para la piel. La colaboración entre el cirujano y el especialista en manejo avanzado de heridas, junto con la educación del paciente y el uso de terapias innovadoras, es clave para prevenir complicaciones graves y asegurar una recuperación óptima. La intervención temprana y el seguimiento en el entorno adecuado y de avanzada y sobre todo la educación, son elementos esenciales para minimizar los riesgos y garantizar que los pacientes logren los resultados esperados.
El próximo Congreso Internacional de Piel y Heridas 2024 de la Puerto Rico Wound Healing Society,del 26 al 28 de septiembre, es un evento clave en el ámbito de la medicina y la investigación sobre el cuidado de heridas. Este congreso reúne a expertos de todo el mundo para discutir los avances más recientes en tratamientos y tecnologías innovadoras, como la medicina regenerativa, los apósitos inteligentes y las terapias con células madre. También se aborda el impacto del cuidado preventivo en pacientes con enfermedades crónicas como la diabetes, subrayando la importancia de la educación y la investigación continua en este campo para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
(La autora es presidente de Puerto Rico Wound Healing Society y catedrática asociada en Ciencias de la Salud de la Universidad Ana. G. Méndez.)