Toma control del asma
Aunque no tiene cura, puede ser controlada con el tratamiento y las previsiones adecuadas
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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El asma es una enfermedad que no tiene cura, pero que puede ser controlada con tratamientos. Afecta a cerca del 16% de los niños de hasta seis años y el 10% sigue siéndolo en la vida adulta.
Debido a que el asma es la enfermedad crónica más común entre los niños es importante un diagnóstico temprano y reconocer síntomas y señales de alerta.
Si bien los ataques se pueden dar en cualquier época del año, el invierno y la primavera son las estaciones más frecuentes y sus manifestaciones principales son: falta de aire, sensación de “pecho cerrado”, fatiga, tos y muchas veces respiración ruidosa, que produce sonidos similares a silbidos o ronquidos.
En el mundo se estima que la padecen 235 millones de personas.
“En el mecanismo por el cual se producen los síntomas, están implicados tanto el espasmo (contracción) del músculo bronquial como la inflamación de la mucosa respiratoria. Ambos provocan la reducción del diámetro de las vías respiratorias con obstrucción al flujo del aire y dificultad para respirar, situación que se conoce como broncoespasmo, en la cual se cierran los bronquios”, explicó Dionisio Leonardo Der Jachadurian, miembro del equipo médico de la Clínica Zabala, en Buenos Aires.
“Las crisis asmáticas pueden ser potencialmente graves, por lo que el paciente deberá tener en claro los pasos a seguir en caso de empeorar sus síntomas. A esto se le llama el plan de acción, que debe ser acordado con el médico”, agregó el especialista.
En este punto, Juan José Bosch Fragueiro, jefe del Servicio de Neumonología Infantil del Hospital Universitario Austral, también en Argentina, explicó: “Reconocer los detonantes y evitar los que sean posible es fundamental, como por ejemplo, mantener una higiene adecuada y ventilar las habitaciones. Además, no se debe permitir que se acumule polvo (ácaros) en las alfombras, bibliotecas y peluches. Se deben poner fundas en almohadas y acolchados de plumas. Controlar la humedad, no usar sahumerios ni desodorantes de ambiente, no abusar de los antisépticos en aerosol, evitar el humo de cigarrillo, mantener la limpieza de mascotas y animales domésticos, y no generar humo ni gases tóxicos”.
El ejercicio, que si bien puede desencadenar una crisis asmática, no debe ser evitado porque produce un importante efecto benéfico en el asmático al fortalecer el aparato respiratorio y cardiovascular. El profesional de la salud debe medicar apropiadamente al paciente asmático que desee practicar deportes e indicarle cuál es la mejor forma de realizar la actividad física, que sea compatible con su problema de salud.
Qué puede provocar una crisis o ataque de asma
•Una reacción alérgica a un agente presente en el ambiente: ácaros, esporas microscópicas de hongos, pelos y partículas de la piel de gatos y perros, y gérmenes responsables de infecciones respiratorias.
•El aire frío, humo de cigarrillo, polución ambiental o gases de escape de motores.
•Sustancias que se rocían, como pinturas y productos de limpieza, vapores de solventes.
•Medicamentos (como la aspirina) y algunos aditivos de los alimentos.
•El estrés emocional y el ciclo menstrual.