Terapia acuática para la salud

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
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Antes de llegar al mundo, estamos rodeados de líquido y, naturalmente, nuestro cuerpo se inclina a un estado de paz y relajación cuando volvemos al agua. Si a esto le agregamos temperaturas tibias y un ambiente de confianza y seguridad, los beneficios, además de físicos, son mentales y espirituales.
Ésta es la filosofía del médico ocupacional Carlos Canales Quintero, quien junto con sus hijos Mario Canales Dávila y Carlos Canales Dávila crearon Aquatic Rehab & Fitness, donde ofrecen terapia acuática como una alternativa para mejorar la función corporal.
“Cuando coges la terapia física nada más, te ayuda, pero vas mejorando lentamente”, señala Canales. “Cuando la combinas con el agua, ésta da una oportunidad que no hay sobre tierra, que es la flotabilidad que ayuda enormemente a moverse”, asegura el galeno.
El secreto está no sólo en la flotabilidad. “Te metes en el agua y, al caminar, todo tu cuerpo actúa, porque tienes que vencer la densidad del agua... además, se recibe presión hidrostática, que causa mayor flujo de sangre que vuelve al corazón y favorece otras condiciones, y se aumenta la tonicidad, por la resistencia pasiva que ejerce el agua”, enumera Canales.
Uno de los elementos claves de la terapia acuática es la temperatura misma del agua. “Si yo meto a un paciente en una piscina fría, no le va a agradar nada porque los músculos se van a contraer”, explica Canales. “En una piscina fría, el primer instinto es huir, pero la tibia es más agradable y, además, la temperatura dilata. El paciente sale totalmente relajado”, asegura el médico.
El factor psicológico también es vital para que la terapia funcione. “Hay personas que tienen temor al principio, pero tan pronto se dan cuenta de que la profundidad son tres pies y tienen flotadores, van cogiendo confianza y se relajan. El agua es maravillosa”, dice Canales sonriendo.
La terapia acuática debe ser realizada por un terapeuta físico, un asistente de terapeuta físico o un médico que conozca las condiciones, indicaciones y contraindicaciones del paciente. Mario y Carlos son los encargados de dar las terapias, y ambos están certificados en reumatología, ortopedia y estabilización lumbar. Mario, por su parte, es terapeuta físico.
La terapia acuática no es milagrosa ni curará una parálisis permanente. “Hay que saber hasta dónde se puede llevar al paciente”, indica Canales. “Por ejemplo, luego de una o dos semanas, se puede aumentar la intensidad del ejercicio, porque la idea es ir retando al organismo, llevándolo de escalón en escalón, para que aumente la tonicidad y se alcance el resultado que queremos”.
Para Canales, esta técnica llena un vacío en el área de rehabilitación. “En EE.UU. hay un instituto (Acuatic Therapy and Rehab Institute) que da certificaciones de terapia acuática en distintas condiciones, como estabilización lumbar, pediatría, ortopedia, neurología, fibromialgia, osteoartritis.... Hace dos años nos empapamos de todo esto”, recalca señalando que su sueño es crear un centro con una piscina bajo techo, atemperada y con instalaciones para impedidos.
*** Para más información sobre terapia acuática, llama al 787-787-3637 o escribe a aquaticpr@gmail.com.
¿Para quién se recomienda?
Todo dependerá del nivel de tratamiento que requiera el paciente y sus condiciones de salud, pero la terapia acuática está recomendada para tratar:
Atletas
Condiciones de espalda
Condiciones cardiovasculares
Espasticidad
Pacientes amputados (para reforzar la movilidad en otros miembros)
Pacientes geriátricos
Obesidad
Osteoporosis
Condiciones circulatorias
Problemas respiratorios
Rango limitado de movimiento
Remplazos articulares
Condiciones reumatológicas (como fibromialgia o artritis)
Trauma
Problemas ortopédicos
(Fuente: Aquatic Rehab & Fitness)
Sorprendente mejoría
El pasado 11 de abril, en plena Semana Santa, Luis Alberto Cintrón Pimentel estaba compartiendo con unas amistades en Culebrita cuando, al final del día, decidió saltar al agua desde un bote, sin saber que su vida cambiaría en segundos.
“Había bajado la marea y me dí con la arena en la cabeza”, narra Cintrón, de 28 años, en compañía de su madre, Zoraida Pimentel. “Lo que recuerdo fue que me di”, indica, y añade que le contaron cómo lo sacaron y lo revivieron en la orilla, luego de haber tragado mucha agua. “Me llevaron en Aeromed al Centro Médico y estuve tres días crítico; me dio un paro respiratorio por toda el agua que tragué y me volvieron a revivir”, explica el vendedor de productos químicos.
Su madre, Zoraida Pimentel, recuerda cómo recibió la noticia. “Cuando nos dieron la noticia a nosotros, a mí se me nubló la vida, honestamente”, dice con ojos llorosos. “Pero, tanto a mi esposo como a mí, Dios nos dio calma en todo este proceso, y aunque ha sido una experiencia que no se puede olvidar, hemos sabido bregar entre todos (incluyendo a su hija, Delmary, de 21 años) y nos hemos entregado en cuerpo y alma a la rehabilitación de Luis, porque sabemos que va a salir de esto”, recalca la madre.
Cintrón fue operado para repararle varios discos cervicales. “Siempre tuve sensación en las manos y pies; me tocaban y sentía”, indica el paciente.
Luis comenzaba su rehabilitación en Health South, en el Centro Médico, cuando le mencionaron la terapia acuática. Al hacer las averiguaciones, se encontró con una feliz coincidencia: “Resulta que el muchacho era Mario, que estudió conmigo”, dice riendo. “Estaba un año más arriba que yo en la escuela”, explica.
Cintrón sigue con sus terapias en Health South, tres veces a la semana, y lo complementa con la terapia acuática dos veces por semana. “Pensé que, como tuve el accidente en el agua, me iba a dar susto, pero a mí me encanta”, indica sonriendo.
La mejoría ha sido inmediata, recalca el joven. “Con lo que me pasó, no podía despegar los brazos de los lados del cuerpo, pero en el agua puedo... puedo simular que estoy nadando y hacer cosas que no puedo hacer en tierra, y en la casa, sigo intentándolo aunque no me salga, porque hay que enviarle el mensaje al cerebro. Hay que cogerlo con calma; lo importante es que estoy vivo, lo demás viene por ahí”, asegura.
Reconocen beneficios
Sobre la condición inicial de Cintrón, el fisiatra José Báez, de HealthSouth, señala que “el paciente tuvo un daño incompleto, con una prognosis mejor que la de un daño completo... el daño fue alto, en el área cervical, con debilidad en las cuatro extremidades”, explica.
De acuerdo con el galeno, el joven de 28 años fue hospitalizado en HealthSouth para hacerse terapias físicas (como moverse en la cama, ejercicios para fortalecer las extremidades, balance del tronco para mantenerse sentado, transferirse a una silla de ruedas, tratar de pararse), terapias ocupacionales (vestirse, comer, acicalarse, etc.) y psicológicas, para aceptar su condición.
“Estuvo como un mes hospitalizado y luego empezó a venir ambulatorio”, indica Báez. “Fue recuperando fuerzas, pero tenía mucha debilidad en los brazos y eso le dificultaba la parte del cuidado personal, así que sigue con sus terapias físicas y ocupacional, tres veces a la semana”, explica el galeno.
Luego de incorporar la terapia acuática, Báez indica que “al día de hoy, se ha recuperado lo suficiente como para estar caminando con un bastón de cuatro puntos, y ha ganado fuerza en las extremidades superiores. El paciente indica que en las terapias lo han entrenado para caminar, mejorar el balance y fortalecerse, además de que el agua lo relaja y lo ayuda a estirar las extremidades”.
¿Ha sido beneficiosa? “Sí, ha sido efectiva como complemento con las otras terapias”, recalca Báez.
*** José Báez es fisiatra y catedrático auxiliar del Departamento de Medicina Física y Rehabilitación de la Escuela de Medicina de la UPR. Para información, llama al 787-274-5100.