Sobrevivientes de COVID-19 con anticuerpos de por vida
Estudio revela cómo permanecen en el organismo de quienes tuvieron coronavirus leve.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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De acuerdo con un estudio publicado por la Universidad de Washington, las personas que han presentado infecciones leves de COVID-19 desarrollan células que producen anticuerpos. El estudio fue publicado en la revista Nature y señala que los anticuerpos generados por la infección podrían durar mucho más de lo que se pensaba.
Según este nuevo estudio, después de recuperarse de un caso leve de COVID-19, las personas todavía tienen células inmunes en sus cuerpos, las cuales se encargan de crear anticuerpos contra el virus del SARS-CoV-2. Además, estas células podrían durar de por vida. Por otro lado, además de indicar que las personas que padecieron infecciones leves sí generan anticuerpos, la investigación señala que es poco probable que vuelvan a enfermarse.
“El otoño pasado se reportó que los anticuerpos disminuyen rápidamente después de presentar la infección por el virus que causa el COVID-19 y los medios convencionales interpretaron eso para decir que la inmunidad no duraba mucho”, dijo el profesor Ali Ellebedy, “pero esa es una interpretación errónea de los datos. Es normal que los niveles de anticuerpos bajen después de la infección aguda, pero no bajan a cero; se estancan. Aquí encontramos células que producen anticuerpos en personas, 11 meses después de los primeros síntomas. Estas células vivirán y producirán anticuerpos por el resto de la vida de estas personas. Esa es una evidencia concreta de inmunidad a largo plazo”.
Durante la infección, las células inmunes que producen anticuerpos se multiplican rápidamente y circulan en la sangre, incrementando los niveles de anticuerpos. Una vez que el paciente se recupera, la mayoría de estas células mueren y los niveles de anticuerpos en la sangre decaen. Un grupo pequeño de estas células, llamadas células plasmáticas, migran hacia la médula ósea y se quedan ahí, en donde continúan suministrando niveles bajos de anticuerpos a la corriente sanguínea para ayudar al cuerpo a protegerse contra el virus.
Para el profesor Ellebedy, la clave para descifrar si el COVID-19 conlleva a una protección a largo plazo gracias a los anticuerpos está en la médula ósea. Para determinar si aquellos que se han recuperado de casos leves de coronavirus tienen células plasmáticas de larga duración que producen anticuerpos dirigidos específicamente al SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, Ellebedy y otros expertos se unieron al proyecto para rastrear los niveles de anticuerpos en muestras de sangre de sobrevivientes del coronavirus.
El equipo de expertos contó con la participación de 77 personas, quienes proporcionaban muestras de sangre cada tres meses. Posteriormente, los investigadores obtuvieron muestras de médula ósea de 18 de los participantes entre 7 y 8 meses después de haber padecido de COVID-19. Meses después, cinco pacientes proporcionaron más muestras de médula ósea para el estudio.
Como era de esperarse, los niveles de anticuerpos en la sangre de los participantes disminuyeron rápidamente durante los primeros meses después de la infección y luego se estabilizaron, en su mayoría, con algunos anticuerpos detectados hasta 11 meses después de la infección. Además, 15 de las 19 muestras de médula ósea contenían células productoras de anticuerpos que se dirigían específicamente al virus que causa el COVID-19. Estas células aún se podían encontrar cuatro meses después en las cinco personas que regresaron para proporcionar una segunda muestra de médula ósea.
“Las personas con casos leves de COVID-19 eliminan el virus de sus cuerpos dos o tres semanas después de la infección, entonces no habría un virus impulsando una respuesta inmune activa siete u 11 meses después de la infección”, señaló el profesor Ellebedy, quien también declaró que “estas células no se están dividiendo. Están inactivas, solo permanecen en la médula ósea y segregan anticuerpos. Han estado haciendo eso desde que terminó la infección y continuarán haciendo eso indefinidamente”.
Por otro lado, estos expertos especulan que las personas que se infectaron con el virus y nunca tuvieron síntomas también podrían tener inmunidad a largo plazo, mientras que aún no investigan si aquellos que presentaron infecciones más severas estarían protegidos contra un nuevo brotes en el futuro.
“Podría ser de cualquier forma”, dijo el profesor Jackson Turner y añadió que “La inflamación juega un rol importante en los casos severos de COVID-19, y demasiada inflamación puede llevar a respuestas inmunes defectuosas. Pero por otro lado, la razón por la que las personas se enferman de gravedad es que tienen muchos virus en sus cuerpos y tener muchos virus alrededor puede llevar a una buena respuesta inmune. Así que no está claro. Necesitamos replicar el estudio en personas con infecciones moderadas y severas para entender si están protegidas de una reinfección”.