Lo prohibido es un gran aliciente para los que buscan el rush de la adrenalina, y tener sexo en público es una de esas actividades que, definitivamente, cualifica dentro de las aventuras más kinky que una pareja pueda tener. Ya sea en el estacionamiento de un mall, o como miembros de conocido “mile high club” (los que se dan su escapadita en el baño de un avión), la excitación de un encuentro en cualquier sitio donde se pueda ser descubierto es, para algunos, motivo suficiente para exponerse a ser arrestado.

De acuerdo con el sexólogo José Pando, “hay mucha gente que (lo hace) por el hecho del disfrute, el deleite, de ‘hacer una maldad’, ya sea en un parque, un carro, un balcón, etc.; para muchos es cuestión de excitación, ya sea solo o acompañado, de sentir que lo hace donde le da la gana, una sensación de libertad, pero no constituye la fuente esencial de excitación”.

Entonces, ¿qué tiene de malo? Para empezar, que es un delito ser descubierto teniendo sexo en público (exposición deshonesta).

¿Por qué lo hacen?

De acuerdo con SexInfo Online, un portal cibernético de la Universidad de California, Santa Bárbara, tener sexo en público activa la respuesta de “correr o defenderse” (fight or flight response), que compone (al igual que en el acto sexual) cambios biológicos, como aumento de adrenalina, aumento del pulso, respiración más profunda y músculos tensos. Por otra parte, “muchos de los químicos que componen la excitación sexual son los mismos que determinan el miedo o la ansiedad” y que “los centros de nuestro cerebro que controlan el miedo, la ansiedad y la excitación sexual están localizados muy cerca en el sistema neurológico, por lo que dicha proximidad permite entremezclar (las sensaciones)”.

Si bien la respuesta física es, entonces, comprensible, entran también otros factores, como los psicológicos, morales o intelectuales, que señalan que esta conducta puede traer consecuencias.

“Cuando hacemos cosas indebidas, no es porque seas un criminal, es que decidiste romper la norma en busca de excitación, y puede ser más o menos enfermizo dependiendo de la intensidad o la necesidad que se tenga (de hacerlo) para poder disfrutar”, resalta Pando.

“ En la mayoría de los países (...) se parte de la premisa que el sexo es una expresión privada y estás ofendiendo la moral de la gente si lo haces en público. Pero en algunos lugares se ha convertido en práctica, no necesariamente por parafilia; es por la aventura”, explica el también psicólogo clínico. “Se convierte en una modalidad casual de la expresión sexual”.

Por otra parte, tienes que tener en cuenta que, si te involucras en esta conducta, te estás exponiendo a que no sólo alguien te vea, sino que te fotografíen o graben y que tu “escapadita” se convierta en una pesadilla por Internet.

Algunas motivaciones

Espacio: Muchos tienen relaciones sexuales en espacios a la vista de todos (carros, baños) porque no tienen dinero para pagar una habitación o, simplemente, ir a casa no es una opción.

Urgencia: Para algunos, las ganas de tener sexo son tan imperativas que no pueden esperar a  llegar a una cama y, entonces, se arriesgan a tener sexo en público.

Alarde: Como en el caso de los aviones, muchas personas buscan lugares difíciles o peligrosos para tener una aventura y, si lo logran, entonces pueden vanagloriarse de ello.

Fantasías: La playa, la oficina o la azotea de un edificio son fantasías comunes para aquellos a los que les gusta la adrenalina.

Variedad: Si eres de los que siempre tienes sexo en una cama, cambiar de habitación (un baño, la sala, el laundry) ya le añade chispa a la situación. Muchos buscan otros sitios más arriesgados (el patio, el carro).

“Portarse mal”: Si creciste bajo la doctrina de que el sexo es “malo” o “sucio”, exponerte a tener sexo en público puede ser una forma de rebeldía.

Fuente: www.soc.ucsb.edu

Opinan los cibernautas

-“En una ocasión tuve sexo con una chica en El Yunque en uno de los charcos donde hay una pequeña cascada; eran las 5:00 a.m. aproximadamente, el agua estaba superfría, fue excitante, aún estaba obscuro. En otra ocasión (...) lo hicimos en El Morro, en aquel entonces existían los arboles de pino que habían en el trayecto hasta el castillo, recuerdo que era la 1:30 am., llevamos unas sábanas y las pusimos cerca a una casa que creo es almacén ubicado cerca del castillo a la derecha, y bajo un cielo despejado y muy estrellado hicimos el amor; fue muy candente. Pero lo fue aún más cuando se acercaron un grupo de turistas americanos que iban con la intención de tomarle fotos al exterior del castillo se detuvieron a mirarnos, y eso nos encendió mucho más; realmente fue muy excitante”.

-“Lo hemos hecho en la cocina de la casa de mi suegra (en el counter), mientras ellos están en el cuarto viendo TV, lo hemos hecho en el carro dentro del patio de nuestra casa. Esta vez fue brutal. También en el ascensor de un edificio de oficinas médicas en Ponce. Hace poco fuimos a una tienda donde permiten entrar al probador a dos personas, así que allí será nuestra próxima sesión de sexo...”

-“Recuerdo hace unos años, muy enamorada que estaba de un chico en escuela superior, la noche del baile de graduación de cuarto año nos tiramos la maroma de subir al último piso del hotel Caribe Inn (...)  y en la azotea de ese hotel, bajo las estrellas y (el baile en el ball room encendido), nos olvidamos de todo e hicimos el amor allí en la azotea totalmente desnudos, nos quedamos y sellamos una vez más nuestro gran romance. Jamás me olvidaré, ¡fue el momento más romántico de mi vida!

-Pues fue el día de mi divorcio en el Tribunal de Aguadilla. El juez decretó un receso y cuando regresamos a la sala entonces era hora de almuerzo y todo el mundo se fue pero nosotros, mi ex y yo, nos fuimos por las escaleras hasta el último piso y nos aseguramos de q no hubiera nada y allí en la misma escalera hicimos el amor; luego terminamos y para la sala del juez a dívorciarnos, y créeme, quedó de película...”

-“Tuve sexo en la marginal de una avenida principal en Bayamón usando como soporte un palma. Es lo mas excitante q hecho en mi vida!”

-“Quizás les parezca de cierta manera espeluznante el lugar en donde yo y mi ex esposo hemos tenido sexo: un cementerio.  No somos góticos ni hacíamos pactos con los muertos, nada por el estilo... el tío de mi ex era cuidador de un cementerio en Bayamón y cuando salíamos de la universidad íbamos allí a nuestro encuentro amoroso.  A veces lo hacíamos dentro del carro, allí mismo, o nos bajábamos a un área con techo donde se hacen los servicios o despedidas antes de enterrar a las personas.  Y era nice; sólo la luz de la luna, ¡ y podíamos hacer todo el ruido que queríamos!!! Jeje!”

-“Yo lo he hecho en una cueva y en el estacionamiento de una iglesia! Jaja, increible!”

-“En los multipisos de los malls”