Señales del déficit de atención e hiperactividad
Una vez iniciadas las clases, los padres deben estar pendientes de las etapas de desarrollo de sus hijos y de cualquier señal de alerta que implique un retraso.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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El regreso a clases es un momento de mucha emoción y también de mucha ansiedad, tanto para los niños como para los padres. Estos sentimientos están presentes la mayoría de las veces, pero pueden ser mucho más evidentes si los pequeños han cambiado de escuela, o están iniciando una nueva etapa escolar, como puede ser pasar de un centro de cuidado a prekínder o kínder, de escuela primaria a intermedia o de escuela intermedia a superior.
En cualquier caso, los padres pueden ayudar a sus hijos a superar la ansiedad dándoles toda la información que sea posible para que vayan más tranquilos e informados a la nueva aventura que supone un nuevo año escolar.
Todo listo
Como parte de los preparativos, los padres ya han llevado a los chicos al pediatra, los han vacunado y les han comprado sus materiales escolares, libros, bultos y uniformes. Todo va de maravilla. Sin embargo, una vez iniciadas las clases, la labor de los padres, además de apoyar a sus hijos y proveerles las herramientas necesarias para su buen desempeño escolar, va más allá. Esta involucra estar pendientes de sus etapas de desarrollo y de cualquier señal de alerta que implique un retraso, que pueda afectar su salud y, de paso, su aprovechamiento académico.
Atención a los indicadores de desarrollo
Luego de un verano lleno de mucha diversión en campamentos de verano, giras a la playa, paseos y dormir tarde viendo televisión, la rutina de los niños y adolescentes se trastoca y puede llegar a ser difícil controlar algunos impulsos, como hablar mucho en el salón de clases, no seguir instrucciones o quedarse embelesado por momentos. Pero, ¿cuándo son estos comportamientos de la simple emoción de reencontrase con sus amiguitos y compañeros de escuela, y cuándo son una señal de una condición más delicada, como el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), que amerite tratamiento?
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), si tu hijo no está alcanzado los indicadores del desarrollo para su edad o si crees que puede haber un problema en la forma en que juega, aprende, habla, actúa y se mueve, debes hablar con su pediatra y manifestarle tus preocupaciones sin dilación alguna.
¿Qué es el TDAH?
Este es un trastorno común que puede afectar a los niños de distintas maneras. El TDAH hace que a un niño le sea difícil concentrarse y prestar atención. Algunos niños pueden ser hiperactivos o tener problemas para tener paciencia. El TDAH puede hacer que a un niño le resulte difícil desempeñarse bien en la escuela o comportarse en su casa.
No obstante, la buena noticia es que el TDAH se puede tratar y los médicos y los especialistas pueden ayudar a desarrollar un plan de tratamiento integral para ayudar a tu hijo.
¿Cuáles son las señales de alerta?
Según los CDC y el Instituto Nacional de Salud Mental, adscrito a los Institutos Nacionales de la Salud (NIMH, por sus siglas en inglés), estas son las señales que pueden indicar que tu niño o adolescente tiene TDAH:
* Se distrae fácilmente y se olvida de las cosas con frecuencia.
* Cambia rápidamente de una actividad a otra.
* Tiene problemas para seguir instrucciones.
* Sueña despierto o fantasea demasiado.
* Tiene problemas para terminar cosas como la tarea y los quehaceres domésticos.
* Pierde juguetes, libros, y útiles escolares con frecuencia.
* Está muy inquieto y se retuerce mucho.
* Habla sin parar e interrumpe a las personas.
* Le cuesta esperar su turno.
* Corretea mucho.
* Toca y juega con todo lo que ve.
* Es muy impaciente.
* Dice comentarios inadecuados.
* Tiene problemas para controlar sus emociones.
¿Tiene mi hijo TDAH?
Nadie conoce a tu hijo mejor que tú, pero, para asegurarte de que tus niños no tengan dificultades que empañen su desempeño escolar, debes estar muy atento a las señales mencionadas. También es recomendable que hables con sus maestros, en el centro de cuidado y con otros miembros de la familia para verificar si estas conductas se repiten en otros escenarios.
Luego de realizado el diagnóstico, que puede incluir evaluaciones por psiquiatras y psicólogos, y otras pruebas, se establece el tratamiento, el cual incluye: medicamentos o terapia conductual. En muchos casos se combinan ambas modalidades.
Si tu hijo tiene problemas en casa o en la escuela frecuentemente, observa la lista de signos y habla con su médico. Después de todo, nadie conoce a tu hijo mejor que tú, y reconocer los signos que pueden levantar la voz de alerta puede ayudar a los profesionales de la salud a realizar un diagnóstico certero y a tener éxito en el tratamiento.
Habla con el médico
Si tienes dudas sobre el comportamiento de tu hijo en casa o en el salón de clases, habla con el médico. Para que no se te olviden los detalles, el NIMH aconsejan:
1. Escribir las preguntas que le quieras hacer.
2. Explicar cuáles son los indicadores del desarrollo que te preocupan.
3. Discutir las pruebas y avalúos necesarios para confirmar o descartar un diagnóstico de TDAH.
4. Discutir la posibilidad de referir a tu niño a otros profesionales de la salud/conducta.
Los padres, la familia, los profesionales de la salud y de la conducta, y los maestros pueden trabajar en conjunto para asegurar que el niño reciba el mejor tratamiento posible.
Fuentes: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) y el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH, por sus siglas en inglés)