Preguntas incómodas que hacen los niños
Aunque a muchos padres les genera ansiedad, es importante responderles sus dudas de una forma adecuada para su edad.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
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“¿Por qué tú tienes el pecho más grande que el mio?”, le pregunta Sofía, de cinco años, a su mamá. Camilo, por su parte, le dice a su papá a los cuatro años: “¿por qué mi hermanita no hace pipí de pie?” Mientras que Alana, también de cuatro años, le cuestiona a su mamá un día cualquiera: “¿cómo salí de dentro de tu barriga?”
Los niños son curiosos por naturaleza, así que, más tarde o más temprano, empezarán a hacerles a sus padres preguntas sobre sexualidad. El problema para estos últimos, sin embargo, es que generalmente sus pequeños empiezan a interrogarles mucho antes de lo que esperaban.
De acuerdo con el Dr. Enrique Gelpí Merheb, psicólogo clínico especializado en niños y adolescentes, el interés por el tema comienza en los primeros años de vida, incluso tan temprano como a los tres.
En esa etapa las preguntas se enfocan más bien en las diferencias entre géneros (por ejemplo, “¿por qué mi hermano es distinto a mí?”).
No obstante, por más que se trate de inquietudes bastante sencillas, el especialista explica que para muchos papás y mamás no es nada fácil contestarlas, pues -cuando llega la hora de la inesperada conversación- la ansiedad los traiciona.
“Casi siempre, las primeras dudas y preguntas van a venir alrededor de las diferencias físicas, especialmente de los órganos sexuales, y de la masturbación, porque es bastante común que los niños desde bien pequeñitos –de cinco y seis años– empiecen a masturbarse. Esto es una práctica común porque los órganos sexuales producen placer; ellos no lo hacen con ningún tipo de erotismo en mente, como es el caso de los asultos”, revela el Dr. Gelpí Merheb.
“Los padres van a sentirse muchas veces incómodos, ansiosos y medio perdidos porque, aun con toda la educación sexual que existe y lo abierto que es el tema del sexo en muchos lugares, todavía muchos de ellos no se sienten preparados. Y en muchas ocasiones esto les crea tanta tensión que están tomándose demasiado tiempo antes de educar a sus hijos sobre sexo, especialmente en esta generación donde el tema está tan adelantado”, observa el psicólogo.
En este sentido, el experto destaca que vivimos en una cultura que está sobreestimulada sexualmente -desde videojuegos abiertamente sexuales hasta muñecas con ropa provocativa-, así que es tarea de los papás ofrecerles a sus niños información correcta sobre el tema para ir resolviendo sus dudas con datos veraces.
“A diferencia de hace unas décadas atrás, ahora mismo tenemos tantas maneras en las que nuestros niños están expuestos a comportamientos sexuales: la música, los videos, los juegos, el Internet, los medios de comunicación en general... Esto ha hecho que su conducta se haya sexualizado demasiado, y muchos papás no se han puesto al día con todo esto que sus nenes están recibiendo desde tan temprano”, advierte el Dr. Gelpí Merheb.
Las inquietudes de los niños en torno al sexo surgen por tanto, desde que son muy pequeños. Sin embargo, muchos padres no saben cuándo es el mejor momento para comenzar a hablar del tema.
El psicólogo precisa que no existe una edad en específico para hacerlo, sino que más bien la educación sexual debe iniciar justo cuando empiezan a surgir esas primeras dudas. Lo ideal, según señala, es hablarles a cuentagotas, es decir, en la medida de su curiosidad, la edad y los conocimientos previos que tengan sobre el tema.
“Yo creo que con nenes preescolares, el tema de la sexualidad se empieza a trabajar con la orientación de sus partes (íntimas) y su cuidado. Así que nosotros, como padres, desde que nuestros hijos son pequeñitos debemos de ir educándolos sobre la sexualidad, y ya más adelante –cuando vemos que se están exponiendo a la televisión, el Internet y todos los demás medios– pues vamos añadiendo información”, aconseja el Dr. Gelpí Merheb.
“Pero no hay una edad en específico porque yo tampoco puedo adelantarme a esa discusión sobre el sexo si mi hijo o mi hija todavía no está preparado(a) para recibir esa información. La idea es como ir buscando un balance entre la información que mi niño me está pidiendo y lo que yo como padre entiendo que mi hijo necesita”, reconoce.
El especialista recomienda escuchar las preguntas que tienen los pequeños y ofrecer respuestas concretas que se ajusten a ellas. No es necesario abundar demasiado o dar más de la información requerida.
Ya cuando están en la escuela elemental, la educación sexual debe ir ampliándose para satisfacer las curiosidades que surgen en esa etapa, como es el caso de la reproducción humana.
“En las clases de ciencia, los nenes se van a exponer y entender lo que es el embarazo, así que es un buen periodo para entrar en ese otro aspecto de la sexualidad de cómo se hacen los niños. Porque ya los bebés no sólo vienen de la barriga de mamá, sino de una relación entre dos personas”, apunta el psicólogo.
Una clave importante cuando se van a abordar temas sexuales con los niños es hacerlo con palabras y contenidos sencillos que sean fáciles de entender y que satisfagan sus dudas.
Aunque se trate de una conversación incómoda para algunos padres, lo mejor es hablar con la mayor naturalidad que sea posible, jamás inventando o mintiendo.
Un último consejo que ofrece el Dr. Gelpí Merheb es siempre relacionar el sexo con el amor, el cariño, la intimidad y el respeto.
“El lenguaje debe ser uno franco y apropiado para la edad. En esos primeros años de educación sexual, hay que trabajar con los ninos para que desarrollen un vocabulario concreto, o sea, que se usen las palabras correctas para, por ejemplo, describir los órganos sexuales”, observa el psicólogo.
“Si trabajamos, además, con los valores, el modelaje positivo y una comunicación abierta, vamos a tener una probabilidad mayor que los niños se desarrollen dentro de una sexualidad saludable y responsable. Así, cuando lleguen a la adolescencia, tendrán también una probabilidad mayor de tomar mejores decisiones respecto al sexo y la sexualidad”, concluye.
A la hora de hablar...
1. Reconoce tus ansiedades y limitaciones No debes sentirte mal si el tema te genera ansiedad. De hecho, hacerles saber a tus niños que a ti -como a ellos- te crea cierta incomodidad es una buena forma de crear empatía.
2. Comienza desde pequeñitos Aunque nunca es tarde para hablar sobre sexualidad con tus hijos, lo ideal es comenzar desde el momento en que les surgen sus primeras inquietudes (usualmente en la edad preescolar).
3. Incorpora valores positivos Explícales que el sexo está relacionado con el amor, el respeto, la intimidad, la integridad y el buen trato de ambos miembros de la pareja. Esto hará que desarrollen una sexualidad sana.
4. Aprovecha las oportunidades Si encuentras a tu niño(a) tocándose sus partes íntimas o aparece una escena sexual en una película, es un buen momento para hablar sobre sexo. Estas situaciones ayudan a romper el hielo.
5. No te apresures Aunque sientas que tu niño(a) se está exponiendo mucho a contenidos sexuales, evita adelantarte para explicarle todo de una vez. Puedes hacerle preguntas y darle la información que requiere.
Fuente: Dr. Enrique Gelpí Merheb, psicólogo clínico