Podría dispararse la obesidad por cuarentenas
Problemas de aumento de peso durante las cuarentenas también pueden llevar a problemas de salud mental.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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La Organización Panamericana de la Salud advirtió el martes sobre el peligro de que aumente la obesidad en la región debido a largas cuarentenas impuestas como consecuencia de la pandemia de COVID-19.
“No debemos descartar la posibilidad de que se disparen las tasas de obesidad por los consumos de comida chatarra, de bebidas no recomendables”, dijo Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles de la OPS.
Durante la conferencia semanal que la organización realiza con periodistas, Espinal mencionó que en situaciones de pandemia, cuando se recomienda el distanciamiento social y uno pasa muchos días en su casa, “se puede llevar a cabo que la gente no tome más cuidado del que se necesita para mirar las dietas y hacer ejercicio”.
Es por eso que no se puede descartar la posibilidad de que haya “un aumento en la obesidad en el futuro debido a esto”.
La cuarentena impuesta en la zona metropolitana de Buenos Aires, por ejemplo, es la más larga que hay en la región. Comenzó el 20 de marzo y recientemente el presidente Alberto Fernández la extendió hasta el 30 de agosto. En Argentina se han registrado más de 350,000 casos del nuevo coronavirus.
Problemas de aumento de peso durante las cuarentenas también pueden llevar a problemas de salud mental, indicó Espinal.
Según la directora de la organización, Carissa Etienne, la región de las Américas ha registrado más de 12.5 millones de casos de COVID-19 y casi 450,000 muertes.
En la llamada del martes Etienne denunció “la desconexión” entre las medidas de prevención para evitar contraer el nuevo coronavirus y la reapertura económica que están haciendo muchos países.
“Eso no es una buena señal. Actuar como que el virus desaparecerá no funciona. Sólo se conseguirá así tener más casos”, indicó. Los líderes de la OPS destacaron que la reapertura debería hacerse sólo en zonas con control de la transmisión.
El Salvador, por ejemplo, levantó todas las restricciones impuestas a las operaciones comerciales el lunes, mientras que Panamá también reabrió algunas actividades económicas y suspendió las restricciones a la movilidad en un esfuerzo por activar la economía.
El Salvador ha registrado hasta ahora 24,986 casos de COVID-19 y 678 fallecidos, según el Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins. El Ministerio de Salud salvadoreño informó que hay una tendencia a la baja en los contagios.
En Panamá el total acumulado de casos es de 87,485, una cifra considerada elevada para un país de apenas 4.5 millones de habitantes.
Etienne también destacó que la gente joven es la que está transmitiendo de forma más prominente la enfermedad en la región. La directora dijo que la mayoría de los pacientes con COVID-19 tienen entre 20 y 59 años pero que casi un 70% de los fallecimientos ocurren entre gente de más de 60.
“Esto nos demuestra fríamente que vencer al COVID-19 es una responsabilidad compartida”, indicó.
La directora destacó la importancia de que los países de la región hagan un seguimiento de los casos que registran y estén al tanto de los datos para poder lidiar con posibles rebrotes.
Estados Unidos, Brasil, Perú y México son algunos de los países de las Américas que registran más casos de COVID-19.